Se acab¨® la discusi¨®n sobre el inicio del milenio

Pocas cuestiones filos¨®ficas, teol¨®gicas o pol¨ªticas habr¨¢n dividido tanto a la humanidad como la interminable y fatigosa refriega sobre la fecha correcta de entrada del tercer milenio: el 1 de enero del 2000, seg¨²n los vivaces y los epic¨²reos; o el 1 de enero del 2001, en opini¨®n de los sosegados y los estoicos. Pero la soluci¨®n ha acabado viniendo del lugar menos esperado: de un error inform¨¢tico. Si algo parecido a un apocalipsis ha de llegar con el milenio, ser¨¢ en el 2000, y no en el 2001. El leviat¨¢n ha resultado ser un monstruo de silicio.En realidad, la trifulca sobre el 2000 o el 2001 tiene tambi¨¦n su origen en un lamentable error: el cometido por un monje del siglo VI a quien sus colegas llamaban, con dudosa correcci¨®n pol¨ªtica, Dionisio el Exiguo (debido a su baja estatura). El papa Juan I encarg¨® a Dionisio una cronolog¨ªa del mundo y de la cristiandad, y como la cosa no cuadraba muy bien, el buen monje tuvo que echar mano de la contabilidad creativa de la ¨¦poca para salir del paso.

Sin a?o cero

Dionisio calcul¨® que Jes¨²s hab¨ªa nacido el 25 de diciembre del a?o 753, contando desde la fundaci¨®n de Roma. Pero, como el calendario romano empezaba a contar los a?os el 1 de enero, retras¨® unos d¨ªas el origen del tiempo cristiano para hacerlo coincidir con el 1 de enero del 754 tras la fundaci¨®n de Roma, con la excusa de que ¨¦se era el d¨ªa en que Cristo hab¨ªa sido circuncidado. Por desgracia, llam¨® a esa fecha "1 de enero del a?o 1", cuando es palmario que debi¨® llamarla "1 de enero del a?o cero", lo que habr¨ªa evitado las discusiones que nos martirizan ahora.El paleont¨®logo de Harvard Stephen Jay Gould escribe en su colecci¨®n de ensayos Un dinosaurio en un pajar: "Dionisio olvid¨® empezar el tiempo por el a?o cero, con lo que dio al traste con todas nuestras nociones usuales de c¨¢lculo. Durante el a?o en el que Jes¨²s ten¨ªa un a?o de edad, el sistema de tiempo que empez¨® con su nacimiento ten¨ªa ya dos".

Los escrupulosos que arguyen que la llegada del tercer milenio deber¨¢ celebrarse el 1 de enero del 2001 tienen raz¨®n, pero su raz¨®n se basa en el desatino de Dionisio el Exiguo, y por tanto no es un argumento vinculante. Y en cualquier caso los ordenadores han resuelto la cuesti¨®n por su cuenta. Para quien a¨²n tenga prejuicios milenaristas del tipo 2001, ah¨ª va un dato: seg¨²n una reciente encuesta elaborada por el Grupo Gartner en Estados Unidos, el 38% de los ejecutivos de empresas inform¨¢ticas piensa retirar su dinero de los bancos y fondos de inversi¨®n en diciembre de 1999. Ellos sabr¨¢n lo que hacen. ?O no?