Orden de retirada
La hermana Herminia tiene m¨¢s de setenta a?os. "Y pico", dice sin conceder m¨¢s precisiones. Casi la misma edad de muchos de los ancianos que cuida en la residencia San Juan de Dios de V¨¦lez M¨¢laga. Cuando hace dos d¨¦cadas lleg¨® a este centro dependiente del Ayuntamiento y gestionado por su Orden, la del Monte Carmelo, jam¨¢s pens¨® que en su vejez no habr¨ªa monjas para relevarla. Pero la realidad le ha dado un mazazo. Ante la falta de vocaciones, sus superiores han decidido abandonar la gesti¨®n de la residencia y dejarla en manos municipales. El alcalde, el socialista Antonio Souvir¨®n, se ha apresurado a garantizar que el centro no se cerrar¨¢. Pero aunque su continuidad no est¨¦ en juego, ni los 52 ancianos que viven en la residencia, ni el Ayuntamiento ni los vecinos se resignan a aceptar la decisi¨®n de la Orden. Y es que las seis hermanas que trabajan en San Juan de Dios -todas mayores de 65 a?os a excepci¨®n de una que tiene 45- son el alma y la esencia del centro, abierto en 1922. La residencia dista mucho del ambiente impersonal y fr¨ªo de otros asilos. Las ma?anas de tertulia en el patio cargado de plantas y las tardes de parch¨ªs dan un toque familiar a la vida cotidiana que hace comprender por qu¨¦ el alcalde se resiste a dejar ir a las religiosas. Souvir¨®n justifica su postura: "En una residencia se necesitan personas muy motivadas, no te puedes equivocar en quien pones al frente; y esto ha funcionado muy bien en los 76 a?os que lleva a cargo de la Orden". El regidor vele?o, que en los a?os en que a¨²n no hab¨ªa sido seducido por la pol¨ªtica fue m¨¦dico de cabecera de algunos de los abuelos, ha puesto sobre la mesa una propuesta para que la congregaci¨®n reconsidere su decisi¨®n. Sumar m¨¢s personal a los 17 empleados municipales que ya trabajan en el centro. As¨ª, las seis monjas ver¨ªan aliviadas sus funciones y podr¨ªan continuar al frente de la residencia. De momento no ha obtenido respuesta. La orden de retirada fue dada a las religiosas hace menos de dos semanas, al mismo tiempo en que se comunic¨® la decisi¨®n al alcalde. "Fue una bomba porque esper¨¢bamos una visita rutinaria de la superiora. Nada m¨¢s. Comprendemos la situaci¨®n, pero confiamos en que estudien nuestra oferta, hagan un esfuerzo y den marcha atr¨¢s", dice Souvir¨®n. La Orden ha aplazado tres meses la partida para que el ayuntamiento pueda tomar el relevo. "Es doloroso, pero detr¨¢s de nosotras no vienen generaciones j¨®venes. Desde hace tiempo ven¨ªamos viendo dificultades. Esta no es la ¨²nica congregaci¨®n que ha tenido que suprimir casas por falta de vocaciones", reconoce Josefina Mart¨ªnez. Con un pesar compartido por sus compa?eras, la hermana Herminia confiesa: "Me da mucha pena dejar esto, pero lo acepto con resignaci¨®n porque ya no soy la que era. Con nuestra edad ya no podemos tirar de esto". Los vecinos de V¨¦lez no se lo han pensado dos veces y ya est¨¢n recogiendo firmas para evitar que las monjas se marchen. Tampoco Antonio Pareja quiere que se vayan. A sus 81 a?os dice que, despu¨¦s de la casa que comparti¨® con su mujer en sus a?os mozos, es el lugar donde se ha sentido m¨¢s a gusto. Como ¨¦l, todos los que viven en la residencia entienden que la juventud prefiera otros derroteros a enclaustrarse en un convento, pero ninguno quiere que llegue la hora de la partida.
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