Kohl regresa a la campa?a electoral y reitera su rechazo a aliarse con los socialdem¨®cratas

El canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, termin¨® ayer su descanso veraniego y se reincorpor¨® a su trabajo en Bonn para iniciar la fase caliente de la campa?a electoral, 48 d¨ªas antes de los comicios legislativos del 27 de septiembre. Con los term¨®metros de la regi¨®n del Rhin marcando hasta 37 grados a la sombra, Kohl rechaz¨® la perspectiva de una gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas y reiter¨® que considera como su delf¨ªn a Wolfgang Sch?uble, el jefe de la fracci¨®n parlamentaria formada por la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) y la Uni¨®n Socialcristiana de Baviera (CSU).

Kohl ya hab¨ªa expresado estos dos puntos de vista en diversas ocasiones durante la campa?a electoral que concentra las energ¨ªas de los pol¨ªticos desde hace varios meses. Sin embargo, cada nueva aseveraci¨®n del canciller alem¨¢n tiene sus propios matices y responde a diversas circunstancias.Ayer, el canciller sal¨ªa al paso de las declaraciones realizadas por su rival, el l¨ªder del Partido Socialdem¨®crata (SPD) Gerhard Schr?der, quien, en el caso de que se plantee una gran coalici¨®n entre la CDU-CSU y el SPD, prefiere al ministro de Defensa, Volker R¨¹he, antes que a Wolfgang Sch?uble.

R¨¹he, uno de los pesos pesados de la CDU, calific¨® ayer las declaraciones de Schr?der como una maniobra electoral y asegur¨® que el SPD cada d¨ªa se siente m¨¢s inc¨®modo en compa?¨ªa de los Verdes.

Kohl sali¨® ayer tambi¨¦n al paso de las declaraciones realizadas a la revista Stern por la esposa de Sch?uble, Ingeborg. Esta mujer, que ha tenido cuatro hijos con el delf¨ªn pol¨ªtico de Kohl, no ve con buenos ojos que su esposo, en silla de ruedas desde el atentado que sufri¨® en octubre de 1990, llegue a ser canciller de Alemania.

Kohl asegur¨® que conoce desde hace tiempo los argumentos de Ingeborg Sch?uble y afirm¨® que en la CDU nadie quiere una gran coalici¨®n con el Partido Socialdem¨®crata.

Otra opini¨®n distinta sostuvo ayer el l¨ªder de los socialdem¨®cratas alemanes, Oskar Lafontaine, seg¨²n el cual las preferencias de los electores determinar¨¢n si se forma o no una gran coalici¨®n. Lafontaine puntualiz¨® tambi¨¦n que las preferencias de Schr?der por R¨¹he son una cuesti¨®n personal, pero no un anuncio de intenciones para formar una gran coalici¨®n con un determinado l¨ªder democristiano.

Las encuestas alemanas siguen dando por favorito al SPD y a Schr?der, aunque la ventaja del partido socialdem¨®crata frente a la CDU se ha reducido a poco m¨¢s de tres puntos. El diario General Anzeiger, de Bonn, preven¨ªa ayer contra las conclusiones precipitadas. "La cifra de los indecisos contin¨²a siendo muy elevada, y con ello, posiblemente decisiva".

"Muchos encuestados no admiten en los sondeos que quieren votar a un partido de derechas", se?alaba el peri¨®dico, y a?ad¨ªa: "El SPD no puede estar seguro en absoluto de una victoria el 27 de septiembre".

A favor de la CDU juegan hoy la recuperaci¨®n econ¨®mica en Alemania y los resultados de la lucha contra el desempleo (considerados como coyunturales por el SPD). A los democratacristianos les beneficia tambi¨¦n la falta de temas frescos y atrayentes que caracteriza la campa?a de los socialdem¨®cratas, obsesionados por no cometer equivocaciones y no correr grandes riesgos.

A la hora de las confrontaciones personales entre Kohl y Schr?der, el segundo sale ganando con gran ventaja, lo que revela el cansancio de los alemanes ante el l¨ªder que lleva ya 16 a?os en el poder.