Clinton considera dirigirse a la naci¨®n para explicar su relaci¨®n con Monica Lewinsky
Mientras el D¨ªa D (17 de agosto) y la Hora H (una de la tarde, hora de Washington) se aproximan para el primer testimonio de un presidente en ejercicio que declara en una investigaci¨®n criminal sobre su conducta, Bill Clinton consideraba ayer en la soledad de la Casa Blanca la posibilidad de comparecer ante la naci¨®n para dar su versi¨®n de los hechos en el caso Lewinsky. La Casa Blanca no ha rechazado esa posibilidad y su portavoz, Mike McCurry, se limit¨® a decir el viernes que Clinton tomar¨ªa la decisi¨®n "s¨®lo despu¨¦s de declarar ante el gran jurado".
La posible comparecencia televisiva de Clinton ten¨ªa ayer al pa¨ªs en vilo hasta tal punto que la revista Time hab¨ªa anunciado en Internet que la Casa Blanca ya hab¨ªa hecho la correspondiente reserva de espacio en las cadenas nacionales de televisi¨®n, informaci¨®n que fue desmentida por la Casa Blanca. La expectaci¨®n ha sido recogida igualmente por los presentadores de los programas nocturnos de televisi¨®n. Uno de ellos ironiz¨® el mi¨¦rcoles se?alando que Clinton podr¨ªa pagar su factura legal, que ya asciende a 10 millones de d¨®lares (m¨¢s de l.500 millones de pesetas), si su actuaci¨®n se pudiera cobrar por el sistema de pago por visi¨®n. Clinton realizar¨¢ su testimonio desde la Sala de Mapas de la Casa Blanca, un hist¨®rico despacho situado en el ala oeste, desde donde Franklin Delano Roosevelt segu¨ªa la marcha de los combates durante la II Guerra Mundial y donde, en m¨¢s de una ocasi¨®n, se reun¨ªa con el entonces primer ministro brit¨¢nico, Winston Churchill.
Seg¨²n inform¨® McCurry, la agencia de comunicaciones de la Casa Blanca, en manos de los militares, ser¨¢ la encargada de realizar la transmisi¨®n del testimonio de Clinton por circuito cerrado de televisi¨®n hasta el edificio E. Barret Prettyman, situado a diez manzanas de la mansi¨®n presidencial, y que alberga el tribunal federal donde se re¨²nen los 23 miembros del gran jurado. McCurry sorprendi¨® a los periodistas cuando afirm¨® que la se?al televisiva ser¨ªa unidireccional y no de dos direcciones, ya que todo el mundo hab¨ªa asumido que los componentes del jurado podr¨ªan interrogar a Clinton. Ayer, la inc¨®gnita no se hab¨ªa despejado todav¨ªa.
Otra inc¨®gnita a¨²n sin respuesta era la presencia del fiscal Kenneth Starr en el interrogatorio. Ayer no se sab¨ªa con certeza si Starr realizar¨ªa personalmente las preguntas al presidente o dejar¨ªa esa labor a sus colaboradores. Lo que s¨ª parec¨ªa clara era la intenci¨®n de Starr de volver a requerir el testimonio de Lewinsky, si Clinton intenta ampararse en legalismos para sembrar la duda en el gran jurado.
Con el fin de evitar que la declaraci¨®n sea pirateada, la se?al, que ser¨¢ retransmitida por fibra ¨®ptica, saldr¨¢ cifrada de la Casa Blanca y se descifrar¨¢ autom¨¢ticamente a su llegada a los televisores instalados en la sala del gran jurado. Un experto en comunicaciones manifest¨® que la seguridad era total y que, incluso si alguien captaba la se?al, tardar¨ªa a?os en descifrarla.
El presidente, un lobo solitario por naturaleza, se ha quedado m¨¢s solo en esta ocasi¨®n. El vicepresidente, Al Gore, est¨¢ de vacaciones en Hawai; su director de gabinete, Erskine Bowles, est¨¢ jugando al golf en Escocia; su amigo y confidente durante 30 a?os Bruce Lindsey, segundo jefe de la oficina jur¨ªdica de la Casa Blanca, convalece de una operaci¨®n de espalda. S¨®lo su mujer, Hillary, su m¨¢s leal consejera, y su hija, Chelsea, le acompa?aban este fin de semana, aparte de su equipo privado de abogados. Clinton ten¨ªa previsto encerrarse con Hillary y sus abogados el s¨¢bado y el domingo para dar los ¨²ltimos toques a su declaraci¨®n. Su abogado David Kendall se quej¨® a principios de semana de la falta de tiempo para preparar cuidadosamente la declaraci¨®n presidencial como consecuencia de los constantes viajes de Clinton y de los atentados terroristas en ?frica oriental.
M¨¢s informaci¨®n en Domingo
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