Ni gracioso ni maciza

Existen tres tipos de programas: los buenos, los malos e Im presionante. Y es que la televisi¨®n se empe?a en ense?arnos una lecci¨®n contumaz: siempre es posible ver algo peor. ?Qu¨¦ guiones m¨¢s tristes, qu¨¦ chistes m¨¢s malos, qu¨¦ bromas m¨¢s crueles! Los circos que recorren los Andes siguen insistiendo con discreto ¨¦xito en la gracia del cubo de papel picado que se arroja sobre la platea, pero ver la misma payasada en televisi¨®n no es im-presionante sino pa-t¨¦tico.

"El objetivo es re¨ªrnos de nosotros mismos", aseguran los conductores de Im presionante, pero al cabo de las dos primeras semanas los ridiculizados son los de siempre: el p¨²blico, los transe¨²ntes y los actores de los esperp¨¦nticos v¨ªdeos caseros. El ¨²nico que ha sabido re¨ªrse de s¨ª mismo es Jesul¨ªn de Ubrique, inventor del aquel "en dos palabras, im-presionante", quien ha encajado con torer¨ªa todas las chanzas y burlas al respecto.

Antes del verano, creo, que Antena 3 ten¨ªa por lo menos dos programas de dudoso gusto protagonizados por im¨¢genes de v¨ªdeos caseros y c¨¢mara oculta (La cara divertida e Impacto TV), bien espolvoreados de animales travestidos, tropezones de ni?os y figurantes en calzoncillos.

?Qu¨¦ hemos hecho para que nos sirvan de nuevo ese rancho intragable? En cualquier caso, si la c¨¢mara oculta tiene tanto predicamento en la cadena privada con Im presionante se ha perdido la oportunidad de esconder tambi¨¦n a sus presentadores.

A caballo entre el vodevil y el reality show, Goyo Gonz¨¢lez e Yvonne Reyes no interpretan, sino perpetran. Y no toda la culpa es de los guionistas, una actuaci¨®n decorosa podr¨ªa redimir a un personaje deplorable. Ah¨ª est¨¢ el caso de Juana Cordero, cuyo modesto papel de azafata impertinente es de lo m¨¢s digno.

El d¨ªa de la rueda de prensa, Goyo Gonz¨¢lez e Yvonne Reyes rechazaron el t¨®pico de "la maciza y el gracioso", y al menos eso s¨ª lo han cumplido: ni gracioso ¨¦l ni maciza ella. No entiendo por qu¨¦ Goyo Gonz¨¢lez no ha conducido todav¨ªa un programa a la medida de su talento. ?Por qu¨¦ un profesional que podr¨ªa dar la talla de Dudley Moore o William Robins se conforma con esta tonter¨ªa? Un im-presionante misterio sin resolver.