Viajeros
Entre los ilustres viajeros que un d¨ªa pasaron por Denia, desde los fenicios hasta hoy, uno de ellos fue el escritor norteamericano John Dos Passos, que estuvo aqu¨ª en 1916, cuando ten¨ªa 21 a?os. Cruz¨® la ¨¢spera sequ¨ªa de estos parajes con el torso desnudo a bordo de una mula, camino de la Vila Joiosa, aliment¨¢ndose de salazones. Hasta que Wagons Lit Cook no impuso cierta racionalidad en el mundo, cualquier viaje al Sur era una de tantas formas de locura que en los anglosajones se acrecentaba a¨²n m¨¢s por la embriaguez que les proporcionaba la libertad solar. El verdadero Sur es el sexo. M¨¢s abajo s¨®lo est¨¢n las plantas de los pies, la tumba, la propia materia org¨¢nica y la resurrecci¨®n de la hierba. El paganismo que los anglosajones descubrieron en nuestra orilla les oblig¨® a imaginar este espacio como una geograf¨ªa de los sentidos entre el placer y la muerte. John Dos Passos escribi¨® en 1922 el libro A pushcard at the curb, en el que incluye poemas dedicados a Denia en la parte que titula Winter in Castile.
Ser¨ªa hermoso, dice el escritor, morir en Denia, joven, bajo el sol ardiente y el mar en calma, abrazado por los cerros de acero; Denia, donde la tierra es roja como la herrumbre y los cerros son del color de la ceniza, pudrirse en el suelo duro y fundirse en el fuego omnipotente de ese dios blanco y joven y ardiente del sol para encontrar una s¨²bita resurrecci¨®n en la c¨¢lida uva que los j¨®venes pisan para convertirla en mosto, y fluir en nuevas generaciones de hombres convertido en un vino lleno de sol.
Cuando, a los 21 a?os, John Dos Passos cruz¨® por aqu¨ª percibi¨® muy puros los latidos que le daban desde el fondo de la tierra otros viajeros como ¨¦l que ya hab¨ªan sido enterrados y que le llenaban todos los sentidos de placer, austeridad, violencia e inmortalidad. Unas sensaciones contradictorias que ya hab¨ªan sido descritas en los yambos arcaicos de los l¨ªricos griegos. Dos Passos fue uno de los ¨²ltimos pasajeros desnudos que percibieron todav¨ªa muy puras estas pulsiones.
Despu¨¦s llegaron los b¨¢rbaros y se bebieron el Mediterr¨¢neo otra vez.
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