Un rey de copas comprometido

RETRATOSSabe que las 15.000 botellas de vino que produce cada cosecha en su terru?o del Barranco Oscuro est¨¢n vendidas antes de llenarse. Aunque descorcharlas en Espa?a ser¨¢ dif¨ªcil. Casi todas se exportan a Alemania y Suiza, donde sienten devoci¨®n por sus caldos. Jes¨²s Valenzuela ha conseguido algo impensable, criar vinos de calidad en la comarca alpujarre?a de La Contraviesa. Valenzuela elabora en el municipio de C¨¢diar tintos, blancos, rosados e, incluso, un espumoso achampanado con m¨¦todos puramente naturales. Producci¨®n que le ha supuesto veinte a?os de trabajo e investigaci¨®n y otros tantos de ser tachado de "hippy e iluminado". Porque la vida y el trabajo de este granadino de 55 a?os siempre han marchado contra corriente. De hecho, los conocimientos b¨¢sicos para la crianza de vino los adquiri¨® en Francia. "Durante una manifestaci¨®n de mayo del 68 en Barcelona, los grises detuvieron a la que entonces era mi novia y hoy mi mujer. La condenaron a tres a?os de c¨¢rcel, pero conseguimos cruzar la frontera y huimos hasta Par¨ªs". Gracias a sus inacabados estudios de perito industrial qu¨ªmico, consigui¨® trabajo en la f¨¢brica de Martini-Rossi. All¨ª se familiariz¨® con los tipos de uva y con las t¨¦cnicas de elaboraci¨®n. En sus vi?edos del paraje del Barranco Oscuro, Valenzuela ha conseguido adaptar las cepas m¨¢s ex¨®ticas: shyraz, riesling, cabernet sauvignon... para conseguir caldos dignos de ser rese?ados en revistas internacionales como Vinum y por Carlos Delgado en El Pa¨ªs Semanal. Y su labor de investigaci¨®n le ha llevado a recuperar una variedad de uva blanca casi desaparecida, la t¨ªpica vigiriega de La Contraviesa, para la elaboraci¨®n de vino achampanado. Con la amnist¨ªa concedida a los presos pol¨ªticos, Valenzuela y su mujer volvieron a Barcelona. Siguieron dando batalla varios a?os y reivindicando mejoras sociales para los barrios m¨¢s deprimidos. Contribuyeron a la creaci¨®n de un ateneo cultural y se integraron en "un movimiento neo-rural de gente progre desencantada de la vida en la ciudad". Los or¨ªgenes de Valenzuela estaban en Granada y su familia siempre estuvo vinculada al campo. "As¨ª que un d¨ªa, decidimos venderlo todo, dejar las comodidades urbanas y marchar en busca de cosas m¨¢s ¨ªntimas", recuerda. En la Alpujarra encontr¨® el silencio. Y en una casa sin agua corriente ni electricidad, pero con bodega, rompi¨® el cascar¨®n de un sue?o incubado durante a?os. De la mano de su inquietud, Valenzuela viaj¨® a zonas vin¨ªcolas como el Priorato catal¨¢n o la Provenza francesa, con climas y suelos parecidos a los de C¨¢diar. Y de vuelta se trajo el morral lleno de las mejores cepas y en la cabeza una sola idea: sorprender. "Esta comarca tiene una potencialidad vin¨ªcola impresionante, pero la falta de iniciativa la ha relegado al granel de garrafa", se queja Valenzuela, que promovi¨® una cooperativa disuelta por la falta de inter¨¦s de los viticultores.En un libro de 1830 dedicado al vino, un escritor alem¨¢n llamado Jacob public¨® las siguientes l¨ªneas refiri¨¦ndose a La Contraviesa: "Hay una zona donde los espa?oles ejercen muy mal la viticultura, pero que, cuando se descuidan, produce unos vinos tan buenos como los de la Borgo?a". A juzgar por las cr¨ªticas, el descuido de Manuel Valenzuela ha sido monumental.