Decepcionante encierro de Fraile

Decepcionante encierro de Juan Luis Fraile. Empez¨® mal el festejo, puesto que debieron devolverse varios toros, en especial el primero. Ese toro tuvo que mandarlo el presidente a los corrales. Al no hacerlo, denot¨® una falta de independencia, un extremado cuidado hacia la econom¨ªa de la empresa (Junta Administrativa). Los intereses del p¨²blico, ?qui¨¦n se encarga de velar por ellos? El fiasco de los toros se acentu¨® por la desigualdad de los pesos. Donde coincid¨ªan realmente era en la blandura. ?Qui¨¦n lo iba a decir, al paso de los a?os!

Poco pudimos percibir del buen toreo que atesora Jos¨¦ Antonio Campuzano.Tan s¨®lo algunos chizpazos en su segundo; unos apuntes a la ver¨®ncia; unos doblones profundos, a ese toro, y tres derechazos de buen son, fueron lo mejor de la tarde , con el a?adido de unos aceptables naturales. En su haber, el especial cuidado por no permitir a su cuadrilla que interviniera con la rueda de peones cuando mat¨® a su segundo toro. Los mand¨® retirar, en tanto el diestro se prepar¨® para descabellar ¨¦l solito. Como debe ser, pero que es justamente lo que nadie hace.

Mucho mejor con el capote estuvo Miguel Rodr¨ªguez en sus dos toros, que con la muleta. Vibrantes sus lances al quinto de la tarde. Chicuelinas apretadas forjadas en su primero, segundo de la corrida. Algunos derechazos de cierto valor, aunque no para besarle la mano al santo, y poco m¨¢s. Otros derechazos, de los que se olvidan antes de pisar el asfalto, y una estocada ca¨ªda, eso fue su bagaje en la tarde de ayer.El p¨²blico crey¨® que le hab¨ªan dado la faena del siglo y se puso a pedir la oreja desaforadamente. Ya s¨®lo hubiera faltado que el presidente se la concediera. En cuanto a las banderillas que dio a sus toros, bastante vulgares las puestas a su primer toro, y aceptables las que prendi¨® en su otro toro. El tercero de la terna, Uceda Leal, estuvo con ganas, y siempre buscando componer la figura. Busc¨® robarle pases a su primer toro, de embestida descompuesta. A su segundo, que se dio un topetazo contra un burladero, lo que contribuy¨® a que la blandura se acentuara, le dibuj¨® algunos derechazos, m¨¢s otros naturales, pero todo ello dentro de una evidente falta de pulsi¨®n. No calaba, porque el toro no daba ninguna garant¨ªa de poder.