Los llaman "deslucidos"

Profesionales de la fiesta, ganaderos y algunos cronistas llaman "deslucidos" a los toros de escaso o nulo juego. Es una palabra comod¨ªn, un vocablo caj¨®n de sastre, mal empleado, porque un toro deslucido ser¨ªa un toro de piel no brillante y, en sentido figurado, un toro que no ha podido lucirse. Y c¨®mo va a poder lucirse un irracional... Hoy, los toros de Criado Holgado lidiados ayer en Las Ventas van a ser llamados "deslucidos" en tertulias y redacciones. Pero las palabras que mejor les van son las de toros birria, toros caca, toros esperp¨¦nticos, toros basura. Y ya llevamos tres tardes as¨ª en Las Ventas. Los de Barcial, los de Los Eulogios y estos hijos de vacas y sementales de Atanasio Fern¨¢ndez que han malogrado las ilusiones de los toreros. O, como tambi¨¦n dicen los profesionales del toreo, taurinos y algunos cronistas: "no han servido". Med¨ªtelo la empresa, porque as¨ª no se puede seguir. Ni qu¨¦ decir tiene que los tres espadas se han estrellado contra la nulidad del ganado. Los de Criado Holgado han sido muy abantos de salida, cosa no extra?a dada su sangre Parlad¨¦. Pero despu¨¦s de pelear con desgana con los caballos y ser picados a base de taparles la salida, se han quedado parados, en pensativa y filos¨®fica quietud. Y los toreros, delante de ellos, dale que te pego, sin poder sacar un mal pase.

Los mejores muletazos fueron los trincherazos de Frascuelo a su primer antagonista. S¨®lo destac¨® el veterano madrile?o en esas trincheras y en las medias ver¨®nicas. Lo dem¨¢s fueron intentos de hacerlo bien, pero el toro se paraba y no le dejaba colocarse. Frascuelo se desconfi¨®, se movi¨® demasiado y anduvo a la defensiva. Con el cuarto, result¨® desbordado. La res se frenaba, punteaba, gazapeaba y cortaba los viajes. Un regalito. Frascuelo lo lidi¨® con muchas precauciones y el toro termin¨® entablerado. El diestro termin¨® de estropearlo con su desconfianza.

El Califa recurri¨®, para hacer sonar las palmas, a eso que los toreros llaman ahora "un arrim¨®n". Sobre todo, en el quinto del encierro. Estuvo ahog¨¢ndolo, encimista, metido entre los pitones. As¨ª s¨®lo pueden sacarse muletazos por alto sin que el toro pase y ¨¦sa fue su ¨²nica labor. Con el segundo, un aparatoso sobrero portugu¨¦s de corta embestida, intent¨® meterle el pico y termin¨® tambi¨¦n pegado a su hocico.

Tampoco pudo Encabo sacar agua del pozo. Tras algunos pases al hilo del pit¨®n en su primer toro y, a base de pisarle el terreno, dar zapatillazos, dejarse ver y sudar la taleguilla pudo tirar muy bien de su enemigo. Otras veces aprovech¨® los escasos viajes del morlaco. No cab¨ªa otra cosa.

Vamos a esperar mejores tiempos. Septiembre es el mes de los crep¨²sculos suaves y de los logros frutales. Aguardamos que, para las pr¨®ximas corridas podamos ver toros con embestida, casta y emoci¨®n.