"La m¨²sica electr¨®nica es nuestra droga"
Hace apenas dos a?os, Blanco A?¨® Barber¨¢ decidi¨® dejar vacante su plaza como disc jockey en una conocida discoteca valenciana cuando descubri¨® que le resultaba imposible mantener el equilibrio en una situaci¨®n en la que chocaban frontalmente sus propias inquietudes y gustos musicales con los intereses del empresario que regentaba la sala. Por entonces, la ciudad y sus alrededores bailaban a ritmo de m¨¢kina y la tristemente c¨¦lebre ruta del bakalao atra¨ªa, cada fin de semana, a miles de j¨®venes procedentes de cualquier rinc¨®n del pa¨ªs hasta las pistas de baile de la costa. Blanco, vinculado desde muy joven a la m¨²sica electr¨®nica, hab¨ªa iniciado tiempo atr¨¢s su cruzada personal contra un g¨¦nero que, ¨¦l mismo, no duda en tachar de "impersonal y carente de sensibilidad y creatividad", para, al mismo tiempo, profundizar en la cultura musical del fin de siglo y, con cierto af¨¢n did¨¢ctico, difundir sus hallazgos entre los aficionados al dance y a los sonidos m¨¢s innovadores. Su primera plataforma fue el programa radiof¨®nico Missing Channel que, entre 1994 y 1997, dirigi¨® y present¨® en Radio L"Horta. "Las discotecas m¨¢s punteras se quejaron e intentaron boicotear el programa porque lo que yo pinchaba no ten¨ªa nada que ver con la imagen y el sonido, supuestamente representativo de Valencia, que ellos deseaban vender", recuerda. Tambi¨¦n en el a?o 94, A?¨® organiz¨®, junto al artista multimedia Pistolo Eliza, una multitudinaria sesi¨®n, denominada Evolution rave, que pretend¨ªa conjugar la m¨²sica electr¨®nica alternativa con aquellas tendencias o manifestaciones art¨ªsticas (performances, teatro alternativo...) relacionadas, de alg¨²n modo, con las nuevas tecnolog¨ªas o la est¨¦tica de los clubes de baile. Por aquellas fechas, en ciudades como Madrid o Barcelona, ya se hablaba de una nueva cultura ligada a la escena del tecno y empezaban a popularizarse en la jerga del pop t¨¦rminos como trip-hop, jungle o chill out. Valencia todav¨ªa tardar¨ªa alg¨²n tiempo en abrir sus puertas a los nuevos ritmos, aunque aquel Evolution rave prendi¨® la mecha a otros proyectos posteriores, como Move o Art per a un nou mil¡¤leni, apadrinados por el valenciano Blanco A?¨®. Pregunta ?Existe una verdadera cultura vinculada a la m¨²sica electr¨®nica o se trata simplemente de un nueva moda juvenil sin mayor trascendencia? Respuesta Para las personas que estamos implicadas en el tema, la m¨²sica electr¨®nica es un mundo muy serio. Es una cultura o un movimiento multidisciplinar en el que resulta imposible separar la m¨²sica de una determinada est¨¦tica o arte que aprovecha las nuevas tecnolog¨ªas como instrumento creativo. Lo que me parece rid¨ªculo es hablar de un modo de vida propio del tecno. Algunos medios han intentado vendernos algo as¨ª, pero no tiene ning¨²n fundamento porque esta escena no persigue ning¨²n gran ideal ni propone un modelo de vida concreto. P. Es posible, pero, para muchas personas ajenas a este mundo, la m¨²sica electr¨®nica parece vinculada a determinados h¨¢bitos como, por ejemplo, el consumo de drogas. R. El consumo de drogas ha sido algo muy necesario para poder aguantar una m¨²sica tan poco creativa como el bakalao. En el terreno de la m¨²sica electr¨®nica, en cambio, el uso de las drogas es aceptado como algo muy serio. M¨¢s que como un simple estimulante, las drogas est¨¢n relacionadas con el proceso de investigaci¨®n y experimentaci¨®n, con el proceso creativo del m¨²sico. De todos modos, las drogas son algo secundario porque lo principal, nuestra verdadera droga, es la propia m¨²sica. Hay muchas personas que no necesitan consumir ninguna sustancia para disfrutar de la m¨²sica electr¨®nica. Adem¨¢s, hay determinados estilos, como el ambient o el trip-hop, que se pueden degustar mientras cocinas o lees. No es necesario nada m¨¢s para escuchar esta m¨²sica. P. En todos sus proyectos ha intentado conjugar la faceta l¨²dica propia de esta m¨²sica con una vertiente m¨¢s pedag¨®gica. ?Tanta preparaci¨®n, por parte del oyente, exige esta m¨²sica? R. Hay mucha confusi¨®n, en cuanto a estilos se refiere, en la m¨²sica electr¨®nica. La gente, por lo general, no sabe bien lo que baila. Muchas personas escuchan la m¨²sica, les gusta y la bailan, pero, adem¨¢s, tambi¨¦n les apetece conocer los diferentes estilos existentes y aprender a distinguir unos de otros. Por eso, siempre he intentado hacer algo divertido y, al mismo tiempo, did¨¢ctico. P. Con esa pretensi¨®n surgi¨®, en 1996, el Colectivo de apoyo a la m¨²sica tecno Move. Sin embargo, cuando s¨®lo contaba once meses de vida y estaba en su m¨¢ximo apogeo desapareci¨®. R. Aunque era yo el que se encargaba de coordinar el proyecto, Move era un colectivo formado por 20 personas vinculadas a la m¨²sica tecno, el arte multimedia, el dise?o gr¨¢fico... que pretend¨ªa sentar las bases de un movimiento que en Valencia era pr¨¢cticamente desconocido. S¨®lo dese¨¢bamos prender la mecha y creo que lo conseguimos: llegamos a reunir a m¨¢s de 3.000 personas en la ¨²ltima fiesta, comenzaron a surgir tiendas de discos especializadas, salas de baile en las que se pinchaba esta m¨²sica... Demostramos que hab¨ªa un p¨²blico para esta m¨²sica y cuando pensamos que se hab¨ªa cumplido nuestro objetivo desapareci¨® Move. P. Despu¨¦s de aquello, en 1997, cre¨® la productora Art per a un nou mil¡¤leni y se embarc¨® en un ambicioso proyecto, The holy cities air company, con el que pretend¨ªa acortar las distancias entre Valencia y las principales ciudades del mundo, en cuanto a m¨²sica electr¨®nica se refiere. ?En qu¨¦ consisti¨® el proyecto? R. Se trataba de realizar un vuelo simulado a ciertas ciudades o escenas en las que se ha desarrollado un estilo musical determinado. El viaje comenz¨® en Detroit y concluy¨® el pasado mes de julio en Ibiza, despu¨¦s de haber pasado por Nueva York, Londres, Chicago... En total, se realizaron ocho monogr¨¢ficos. Lo que me interesaba, m¨¢s que ganar dinero o que la gente se divirtiera, era el aspecto cultural de la iniciativa: proseguir lo que hab¨ªa comenzado con Move. El p¨²blico entendi¨® muy bien este planteamiento. De hecho, la m¨²sica que se pinch¨® en algunos monogr¨¢ficos, como en los dedicados al drum"n"bass, al Goa o al sello de Sheffield Warp, resultaba muy dif¨ªcil de comprender y de bailar, pero muchas personas, aunque no les gustara esa m¨²sica, se quedaban en la sala escuchando como si estuvieran en clase estudiando. Cada sesi¨®n era como una lecci¨®n sobre un tema espec¨ªfico. Fue muy interesante para todos. P. Lo m¨¢s curioso, sin duda, fue que en cada monogr¨¢fico particip¨® un pinchadiscos concreto, procedente de la escena estudiada: Staccy Kidd de Chicago, Buzz Bangin" Goree de Detroit, Chantal de Sheffield... R. Algo as¨ª no lo hab¨ªa hecho nadie hasta ahora. Era dif¨ªcil llamar a un disc jockey de, por ejemplo, Detroit y pedirle que se preparara una sesi¨®n exclusiva con m¨²sica representativa de su ciudad. Sin embargo, todos han respondido muy bien y les ha parecido muy interesante el proyecto. De hecho, se preparaban las sesiones con mucho mimo. Lo m¨¢s dif¨ªcil fue encontrar un disc jockey que quisiera ilustrar musicalmente el monogr¨¢fico dedicado al acid house. Imag¨ªnate: convencer a alguien que en 1988 hubiera estado pinchando esa m¨²sica y que, ahora, quisiera realizar un monogr¨¢fico sobre un estilo que ya no se pincha en las discotecas desde hace una d¨¦cada. Al final, el disc jockey londinense Aubrey, que, en aquella ¨¦poca, hab¨ªa trabajado en Ibiza y en raves clandestinas por Gran Breta?a, accedi¨®. Curiosamente, a este ¨²ltimo monogr¨¢fico, donde tambi¨¦n se present¨® una exposici¨®n sobre el proyecto The holy cities air company, se proyect¨® un v¨ªdeo de animaci¨®n y se realizaron distintas performances, asistieron alrededor de 5.000 personas. P. En la ¨²ltima edici¨®n del Festival Internacional de M¨²sica Avanzada y Arte Multimedia de Barcelona (S¨®nar) particip¨® el valenciano Dj Hall 9000 e, incluso, por fin comienzan a aflorar algunas bandas de m¨²sica electr¨®nica, como ZIP o THC, en la escena local. ?Ha calado definitivamente el tecno en Valencia? R. Uno de los directores del S¨®nar afirm¨® recientemente que una de las mejores ofertas de esta edici¨®n, en cuanto a disc jockeys, ha sido la de Valencia. Aqu¨ª los disc jockeys nunca han tenido salas en las que pinchar, as¨ª que han tenido que hacerlo en sus casas. Eso les ha permitido experimentar y cultivarse musicalmente, sin necesidad de atender a las exigencias de los empresarios o a la respuesta del p¨²blico. Han aprendido por s¨ª mismos y, sin duda, son mucho m¨¢s creativos y arriesgados que la mayor¨ªa de disc jockeys de las salas m¨¢s importantes de Madrid o Barcelona. Ha sido un proceso lento y obstaculizado por el boom del bakalao, pero ya se han sentado las bases de la escena electr¨®nica en Valencia. Es algo imparable. LA TERRAZA
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