Reflexi¨®n

Agosto es el mes de vacaciones por antonomasia de los espa?oles. Es tiempo de descanso, de paz, de sosiego, de silencio, sobre todo para los que se quedan en la ciudad y para los que eligen parajes tranquilos y no las m¨¢s que masificadas playas. En este periodo de tranquilidad, buena cosa es la reflexi¨®n. Y puestos a pensar, podemos caer en la cuenta de que urge la necesidad de un planteamiento po¨¦tico de la realidad que nos ha tocado en suertes; y urge, tambi¨¦n, un planteamiento po¨¦tico del lenguaje tan dejado de la mano de todos, porque de alguna manera tenemos la obligaci¨®n de recuperar la palabra creativa desde el silencio, que es lo m¨¢s cercano a la poes¨ªa. De ah¨ª que en poes¨ªa debe existir la vivencia de la palabra, la b¨²squeda de lo no conocido ni descubierto de ella. Hay que tensar el verso hasta tener noticia de la esencia del mismo, hasta llegar a plasmar aquello que ni ¨¦l mismo conoce: esa pluralidad de ecos que esconde. Hay que lograr perge?ar la propia m¨ªstica de la palabra y se debe perseguir y ofrecer al lector el hallazgo ling¨¹¨ªstico, esas sus im¨¢genes inquietantes y la propia sustancialidad del lenguaje po¨¦tico.- .