Agosto negro
Ni siquiera en aquellos pa¨ªses de Europa con una mayor dependencia de la tradici¨®n y de los rigores del clima se relaja durante este mes la implacable conexi¨®n al proceso de globalizaci¨®n financiera. Al t¨¦rmino de estos treinta y un d¨ªas, sin que entre ellos haya mediado indicador adverso alguno de car¨¢cter local, se habr¨¢ reducido significativamente la riqueza de los millones de espa?oles con inversiones en la Bolsa. La aparente inmunizaci¨®n frente a la crisis asi¨¢tica que los mercados de acciones europeos hab¨ªan exhibido durante la primera mitad del a?o se ha debilitado en las ¨²ltimas semanas, al tiempo que la entrada en una nueva fase de la crisis rusa ha situado a las puertas de Alemania amenazas no contempladas desde la convulsi¨®n rusa de 1993.
Los efectos suavizadores de las tensiones inflacionistas que los m¨¢s optimistas, o los m¨¢s c¨ªnicos, pensaban pod¨ªa originar la debilidad de las econom¨ªas del sureste asi¨¢tico han sido sustituidas por las presunciones depresivas consecuentes con la incorporaci¨®n de Jap¨®n a ese cuadro de recesi¨®n e inestabilidad financiera en aquella regi¨®n.
Aunque en menor medida que en EEUU, la menor demanda y la renovada competitividad asociada a las depreciaciones cambiarias en la mayor¨ªa de aquellos pa¨ªses, necesariamente acabar¨¢ incidiendo en el ritmo de crecimiento de las econom¨ªas europeas y en los beneficios de sus empresas. Y esto lo acusan los mercados.
La segunda l¨ªnea de impacto, la que en la jornada de ayer ha acusado en mayor medida el mercado burs¨¢til espa?ol, es la procedente a trav¨¦s de la desvalorizaci¨®n de aquellas empresas con importantes inversiones en Am¨¦rica Latina. La mayor vulnerabilidad del sector exterior de estas econom¨ªas, el mantenimiento de un elevado grado de dependencia del ahorro extranjero, renueva las probabilidades de depreciaciones en el tipo de cambio de la mayor¨ªa de las monedas, pieza esencial en los prop¨®sitos de estabilidad econ¨®mica de la mayor¨ªa de los Gobiernos.
Algunos de ellos se enfrentan adicionalmente a calendarios electorales que no facilitan precisamente la adopci¨®n de decisiones restauradoras de aquellos niveles de riesgo compatibles con la estabilidad cambiaria.
Es razonable, por tanto, que el mismo mercado que salud¨® las intensificaci¨®n de las inversiones en el subcontinente latinoamericano, ahora muestre sus cautelas valorativas, sin menoscabo de la exageraci¨®n de algunas de ellas. Exageraci¨®n que tambi¨¦n deriva del peso espec¨ªfico que en nuestro mercado de valores tiene esa media docena escasa de empresas m¨¢s directamente expuestas en Am¨¦rica Latina y que de persistir la inestabilidad actual, podr¨ªa terminar alimentando esa tercera l¨ªnea de impacto contractivo en la econom¨ªa espa?ola: la derivada de la merma de riqueza que esos millones de espa?oles sufrir¨¢n en el caso de que los mercados financieros extiendan sus purgas m¨¢s all¨¢ de este agosto negro y global.
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