M¨¢xima alerta nacional en Estados Unidos por temor a una represalia terrorista

Estados Unidos se encontraba ayer en estado de alerta nacional ante el temor de una respuesta terrorista por los ataques sorpresa realizados el jueves contra bases fundamentalistas en Afganist¨¢n y Sud¨¢n. Por su parte, el presidente Bill Clinton se reuni¨® durante la ma?ana con sus asesores de seguridad nacional para analizar el efecto de los ataques mientras el Bur¨® Federal de Investigaci¨®n (FBI) alertaba a las polic¨ªas estatales y locales sobre la posibilidad de una represalia terrorista. Clinton ten¨ªa previsto reanudar ayer sus vacaciones, interrumpidas para dar cuenta de los ataques a la naci¨®n.

Todo el equipo integrante del Consejo de Seguridad Nacional -los secretarios de Defensa, William Cohen, y Estado, Madeleine Albright; el jefe del estado mayor conjunto, general Hugh Shelton; el director de la CIA, George Tenet, y el asesor de seguridad nacional, Sandy Berger-, acudi¨® a la Casa Blanca para discutir la situaci¨®n tras el ataque y examinar las reacciones exteriores. La efectividad de los ataques sobre un complejo de seis bases en Afganist¨¢n, aparentemente utilizadas como "universidad del terror internacional" en palabras de fuentes norteamericanas y financiadas por el millonario saud¨ª exilado, Osama Bin Laden, tardar¨¢ varios d¨ªas en conocerse. Seg¨²n declar¨® ayer el secretario de Defensa, Cohen, ¨²nico republicano que integra el gabinete de Clinton, las malas condiciones atmosf¨¦ricas reinantes desde el jueves en la frontera afgano-pakistan¨ª donde se realiz¨® el ataque han impedido recibir con nitidez las fotograf¨ªas transmitidas por los sat¨¦lites-esp¨ªa.

En cuanto al objetivo perseguido en Sud¨¢n, una f¨¢brica de productos farmac¨¦uticos situada en las afueras Jartum y utilizada, seg¨²n la versi¨®n de Washington, para fabricar un componente del gas paralizante VX, el ¨¦xito del ataque fue total y se sald¨® con la completa destrucci¨®n de la f¨¢brica. Funcionarios norteamericanos rechazaron ayer la versi¨®n oficial sudanesa de que la f¨¢brica era una inocente instalaci¨®n dedicada a la producci¨®n de vacunas contra la malaria y pusieron de manifiesto que un simple laboratorio no est¨¢ custodiado por tropas, como ocurre en el caso de la planta El Shifa, destruida en el ataque.

Con el fin de evitar v¨ªctimas propias y mantener la operaci¨®n en el m¨¢s absoluto secreto, el Pent¨¢gono utiliz¨® en los ataques unos 75 u 80 misiles de crucero Tomahawk, disparados desde los buques de la marina norteamericana que patrullan el Mar Rojo y el Golfo P¨¦rsico y cuya mort¨ªfera eficacia qued¨® demostrada en la guerra contra Irak de 1991. Seis de los misiles fueron utilizados en el ataque contra la f¨¢brica en Sud¨¢n y el resto, contra el complejo de bases Zhawar Kili Al Badr, situado a 150 kil¨®metros al sureste de Kabul y a menos de dos kil¨®metros de la frontera afgano-pakistan¨ª.

EEUU, en palabras de Madeleine Albright, se considera en guerra contra el terrorismo internacional, una guerra en la que los ataques del jueves representan s¨®lo "una batalla". Para evitar posibles represalias ante las amenazas de los grupos integristas isl¨¢micos, las medidas de seguridad eran ayer evidentes en todos los edificios federales y en los aeropuertos, especialmente, en los tres de Nueva York, donde se recuerda el atentado terrorista contra las torres del World Trade Center en 1993.

El FBI pidi¨® a todas las fuerzas de polic¨ªa estatales y locales que se mantuvieran en estado de alerta ante la posibilidad de una respuesta terrorista. "Todos los agentes deben observar en su trabajo una vigilancia especial", dijo el FBI. Igualmente, la seguridad ha sido reforzada en todas las instalaciones militares y diplom¨¢ticas en el exterior. Por su parte, el Departamento de Estado ha pedido a todos los ciudadanos norteamericanos que "viajen o residan en el extranjero que tomen precauciones [de seguridad] adicionales y permanezcan alerta."

En un intento de evitar una reacci¨®n adversa por parte de los pa¨ªses ¨¢rabes moderados, tanto Clinton, como sus m¨¢s cercanos colaboradores, han insistido desde el jueves en que los ataques no constitu¨ªan "un ataque contra el Islam", sino contra "los fan¨¢ticos que utilizan el escudo de la religi¨®n para justificar sus cr¨ªmenes".

Desde el punto de vista legal, Clinton est¨¢ perfectamente cubierto tanto por la Constituci¨®n, que autoriza al presidente, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, a "utilizar sus poderes para protesger la seguridad nacional", como por una ley antiterrorista de 1996, aprobada por el Congreso tras la voladura de un edificio federal en Oklahoma City en 1995. Esta ley autoriza al presidente a "utilizar todos los medios necesarios, incluidas las acciones secretas y militares necesarias, para desbaratar, desmantelar y destruir las infraestructuras utilizadas por los terroristas internacionales, as¨ª como sus instalaciones de entrenamiento y sus refugios".