OPINI?N Preocupados por la educaci¨®n
Cuando un curso concluye, surge la necesidad de evaluar cu¨¢l ha sido su funcionamiento. No s¨®lo conviene hacerlo como ejercicio de reflexi¨®n, sino que resulta imprescindible si queremos -y todos queremos- disponer de elementos para poder mejorar el siguiente. Cualquier paisaje est¨¢ formado de luces y sombras. Tambi¨¦n el educativo es as¨ª. Si queremos resaltar, a veces, el segundo matiz, es porque nos interesa m¨¢s solucionar lo que no funciona que ensalzar aquello que s¨ª da buenos resultados. En cualquier caso, interesa eliminar cualquier reflexi¨®n cr¨ªtica que no contenga una parte propositiva. A partir de esa consideraci¨®n previa, podremos se?alar la existencia de factores positivos en el curso anterior, tales como la rectificaci¨®n de la imposici¨®n sobre el tema jornada, el incremento del presupuesto auton¨®mico andaluz destinado a educaci¨®n (por primera vez despu¨¦s de varios ejercicios en que permanecieron congelados), la relativa mejora en la cobertura de sustituciones, el impulso (ciertamente tard¨ªo pero no por ello menos necesario) a las infraestructuras dado mediante el Plan Aula 2000, el arranque (parece que definitivo) del anteproyecto de Ley de Solidaridad en la Educaci¨®n, as¨ª como otras medidas relativas a comedores, a centros de EPA, a oferta de empleo p¨²blico... En el contrapeso de la balanza habr¨ªamos de colocar el creciente clima de violencia (larvada o manifiesta) en los centros educativos, un progresivo desgaste de los profesionales del campo de la ense?anza, la insuficiencia de las plantillas, la persistencia de situaciones como la supresi¨®n, la sobredotaci¨®n (enga?oso t¨¦rmino), los desplazamientos por falta de horario, problemas de burocratizaci¨®n en los niveles de gesti¨®n relativos a planificaci¨®n educativa y, sobre todo, a gesti¨®n de recursos humanos. La sensaci¨®n, en definitiva, de que no se controla del todo el proceso de implantaci¨®n de la reforma educativa, ni se acaba de contar con los medios humanos y materiales necesarios para hacerlo con garant¨ªas. Este dibujo a grandes rasgos no deja de mostrarnos signos de preocupaci¨®n de cara al futuro inmediato. El retraso que estamos viviendo en la determinaci¨®n de vacantes de cara al pr¨®ximo curso, lo tard¨ªo de la resoluci¨®n de los concursos de traslados, las fechas, absolutamente desfasadas, en que tendr¨¢n conocimiento de sus destinos los profesores y profesoras de Secundaria en expectativa de destino o los interinos e interinas, vienen a componer una panor¨¢mica de inicio de curso ciertamente compleja. Hay elementos para pensar que las autoridades educativas andaluzas est¨¢n preocupadas. Baste un dato: todas las nuevas secciones de ESO, creadas para cerrar lo antes posible el mapa de ense?anzas y la red de centros (?para cu¨¢ndo el de FP?) no estar¨¢n operativas (dado que los profesores y profesoras se incorporar¨¢n tarde) sino hasta avanzado octubre. S¨²mese este hecho a que en la mayor¨ªa de ellas habr¨¢ desdoble y comprenderemos que queda un duro trabajo por delante. El profesorado no encuentra, en medio de este complejo paisaje, mensajes positivos. Todos los elementos, incluido el peligro de deterioro de su imagen, juegan a la contra. ?se, con seguridad, no es el camino. Resulta especialmente doloroso que haya de ser una editorial (bien por su departamento de marketing, por otro lado) la que lance un mensaje de agradecimiento. Ese "gracias, profe", tendr¨ªa que ser un grito social mayoritario. Porque reforzar el prestigio de los y las docentes, proporcionarles herramientas para la potenciaci¨®n de un clima de convivencia democr¨¢tica en los centros, es el mejor instrumento de cara a garantizar un mejor funcionamiento del sistema educativo. Por lo dem¨¢s, mejorar sus condiciones laborales, retributivas, mejorar los diferentes componentes estructurales del sistema (plantillas, infraestructuras, dotaciones...) ser¨¢n, sin duda, avances complementarios, de indudable importancia, hacia el nivel de calidad en nuestro sistema de ense?anza que todos queremos.El autor alaba algunas de las mejoras en educaci¨®n, pero avisa de algunas de las dificultades del futuro
Eduardo Boh¨®rquez Leiva es secretario general de la Federaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de UGT Andaluc¨ªa.
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