Preocupaci¨®n en EEUU ante el cambio de Gobierno en Rusia
Bill Clinton mantendr¨¢ la cumbre con Bor¨ªs Yeltsin prevista para septiembre a pesar de la incertidumbre generada en Washington por la decisi¨®n del presidente ruso de destituir al Gobierno de Sergu¨¦i Kiriyenko y sustituirle por su antecesor, V¨ªktor Chernomirdin. El portavoz de la Casa Blanca para asuntos de Seguridad Nacional, P.J. Crowley, confirm¨® el viaje de Clinton a Mosc¨² y calific¨® la crisis rusa de "asunto interno".
Sin embargo, altos funcionarios de la Administraci¨®n norteamericana y los m¨¢ximos kremlin¨®logos del pa¨ªs no ocultaron ayer su preocupaci¨®n por los acontecimientos ante la inesperada decisi¨®n de Yeltsin y volvieron a expresar serias dudas sobre su capacidad f¨ªsica y mental para gobernar Rusia, un pa¨ªs cuya estabilidad EEUU considera vital para su seguridad nacional."El viaje se mantendr¨¢ como estaba previsto", dijo Crowley, quien a?adi¨® que "las relaciones [entre EEUU y Rusia] no est¨¢n basadas en personalidades". "Naturalmente, vigilamos la situaci¨®n atentamente y continuaremos trabajando para que el Gobierno ruso siga avanzando en su programa de reformas". Los hechos desmintieron la afirmaci¨®n de Crowley sobre "las relaciones personales" porque, tan pronto como se conoci¨® la crisis, el vicepresidente Al Gore se puso en contacto telef¨®nico con Kiriyenko y, posteriormente, con Chernomirdin con quien hab¨ªa establecido una buena relaci¨®n personal en su anterior paso por la jefatura del Gobierno ruso.
Entretanto, Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter y uno de los especialistas m¨¢s respetados en pol¨ªtica rusa, manifest¨® que el regreso de Chernomirdin "hab¨ªa convertido en farsa lo que ya era una tr¨¢gica situaci¨®n". Brzezinsky pidi¨® un aplazamiento del viaje de Clinton y sugiri¨® que, ante la situaci¨®n de Yeltsin, Estados Unidos iniciara contactos pol¨ªticos con otras figuras de la escena rusa, entre ellos, el alcalde de Mosc¨², Yuri Luzhkov, el general Alexandr L¨¦bed, el reformista Grigori Yavlinski, y el l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov.
Por su parte, Anders Aslund, antiguo asesor econ¨®mico del Gobierno ruso, calific¨® de "desastre" la decisi¨®n de Yeltsin de volver a encargar a Chernomirdin la formaci¨®n de Gobierno. "Su decisi¨®n demuestra que [Yeltsin] est¨¢ acabado y que es una marioneta [en manos de la oligarqu¨ªa]. A los rusos no les gustan los l¨ªderes d¨¦biles", a?adi¨® en una declaraci¨®n a The New York Times.
En Washington se interpret¨® ayer el regreso de Chernomirdin al poder como una nueva maniobra del presidente ruso para salvarse pol¨ªticamente.
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