La 'plaza mayor' de Tetu¨¢n
La Remonta es algo as¨ª como la actual plaza mayor de Tetu¨¢n. Sus 11.095 metros cuadrados albergan un instituto de secundaria, una comisar¨ªa, un centro de la tercera edad, otro de cultura, un espacio comercial, columpios, bancos, ¨¢rboles, terrazas y las fiestas patronales. Lo que no hay es sombra. As¨ª que, cuando empiezan a apretar los calores, el lugar permanece vac¨ªo hasta el atardecer, pero en cuanto cae el sol, se llena de bullicio hasta altas horas de la madrugada.Esta plaza, inaugurada en 1987 en lo que fue un antiguo cuartel del escuadr¨®n de caballer¨ªa, es un lugar de esparcimiento intergeneracional. Eso s¨ª, cada edad tiene su zona predilecta: los ni?os, en los columpios; los jubilados, en los jardincillos que rodean el centro de la tercera edad; los adolescentes, en los soportales y en la explanada junto al instituto... Todos confluyen en las terrazas, la mayor¨ªa mesones gallegos regentados por un mismo due?o, a quien los graciosos del barrio le comentan que s¨®lo le falta comprar la comisar¨ªa y el instituto.
Mar¨ªa Rosa V¨¢zquez, de 40 a?os, se acerca cada d¨ªa a La Remonta con su hija de tres desde la cercana calle de Pinos Alta. En invierno acuden por la tarde pero con la llegada del verano y las vacaciones, su jornada cambia y salen al caer el sol hasta las once o doce de la noche. "De aqu¨ª vamos a casa, ducho a la cr¨ªa, que cae rendida despu¨¦s de tanto rato en la calle, y la acuesto", asegura esta madre. El plan suele ser que ella se sienta horas y horas junto a los columpios mientras la ni?a juega con el resto de la chavaler¨ªa. "Paso tanto rato aqu¨ª que ya me he fabricado hasta un cojincito para estar m¨¢s c¨®moda", explica, mostrando un mullido cuadrado de tela con puntillas. "Cuando viene tambi¨¦n mi marido, a veces nos sentamos en la primera fila de una de las terrazas, y desde all¨ª echamos un vistazo a ver qu¨¦ hace la cr¨ªa; eso mismo hacen muchos padres", a?ade.
El ¨²nico peligro de la plaza son las motos que, tripuladas por j¨®venes de la zona, invaden esta zona peatonal y provocan m¨¢s de un susto. "Yo no entiendo c¨®mo, estando la comisar¨ªa aqu¨ª mismo, permiten a estos chavales pasar con motos; claro que los agentes tambi¨¦n atraviesan la plaza con los coches patrulla", concluye V¨¢zquez.
Ana Mar¨ªa del Estal, una comerciante que lleva ocho de sus 30 a?os en La Remonta, entiende que la plaza est¨¦ siempre llena. "Es el espacio abierto m¨¢s grande de todo el distrito, aparte del parque de Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n", afirma.
"En agosto, con las vacaciones, baja un poco el gent¨ªo, pero por lo general, durante todas las noches de verano las terrazas est¨¢n a tope", a?ade. "Hay gente de las calles cercanas que viene cuando se pone el sol, sube a casa a cenar y vuelve despu¨¦s hasta la madrugada, muchos de ellos con sus ni?os", asegura. "Lo que hace falta es que las autoridades cuiden mejor la plaza, porque hay losetas del suelo medio sueltas, y en invierno, con la lluvia, te salpicas", concluye.
A las diez de una calurosa noche estival, la zona de columpios est¨¢ atiborrada de chiquillos. Alrededor permanecen sentados sus padres y grupos de mayores, a los que, de vez en cuando, la excesiva exuberancia infantil acaba hart¨¢ndoles. "?Vaya con las ocurrencias de los ni?os!", exclama una anciana al ver a dos chavales que atan a otros dos a un ¨¢rbol enclenque.
Sus intentos para que amarren las sogas en otro lugar chocan con la opini¨®n de la abuela de las criaturas, y se crea un rifirrafe dial¨¦ctico. "Atan la cuerda ah¨ª porque en otros sitios s¨®lo hay cacas de perro", defiende la abuela, haciendo referencia a otros de los usuarios de la plaza. Son los ¨²nicos animales que frecuentan ahora esta zona, en la que anta?o se criaban caballos sementales para el Ej¨¦rcito.
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