Abandonados a su suerte

Se?ora ministra: el jueves 20 de noviembre coincid¨ª en los jardines del Real Sitio de la Granja con unos j¨®venes estudiantes, de entre 15 y 17 a?os, que proced¨ªan del instituto Gaspar de Jovellanos.Los j¨®venes estaban abandonados a su suerte, sin profesores, en tan magn¨ªfico lugar.

La mayor¨ªa sentaditos tomando el sol, sin interesarse por nada de lo mucho que pod¨ªa brindarles el lugar; las fuentes, los jardines, la naturaleza, el palacio.

Y los dos grupitos (unos 10 y unos 6 estudiantes) que se mov¨ªan, m¨¢s vale que se hubieran quedado quietecitos. Tuve que enfrentarme al primer grupo porque no encontraron m¨¢s distracci¨®n que liarse a pedradas con los patos y los cisnes que est¨¢n en la r¨ªa.

Y en cuanto al segundo grupo, su entretenimiento era jugar a patadas con los botes vac¨ªos de coca-cola que, naturalmente, no estaba dispuestos a colocar en las papeleras.

Siendo ya mayorcitos para tener tan mala educaci¨®n, tan poca cultura y tan nula sensibilidad, su actitud es impresentable y sobre todo inadmisible, pensando en los siguientes hechos:

1. El viaje desde M¨®stoles hasta la Granja cuesta un dinero que sale del bolsillo de todos los espa?oles.

2. El instituto, si es p¨²blico, lo pagamos todos, su construcci¨®n, su conservaci¨®n, su calefacci¨®n, su limpieza.

3. A los profesores tambi¨¦n les pagamos todos el sueldo. Y ya digo que no los vi por ninguna parte.

Por tanto, como ciudadano de a pie y contribuyente desde el a?o 1961 siempre he contribuido a los gastos generales de este pa¨ªs llamado Espa?a.

Pero bien, malgastar ese dinero es un delito de lesa patria que conducir¨¢ a la progresiva inhibici¨®n civil, as¨ª que entiendo que es conveniente intentar atajar estos desmanes.-