Que viene el lobo
Silvio Rodr¨ªguez canta en una de sus canciones a lo que supo y no pudo ser m¨¢s que silencio. Victor Manuel (creo que es Victor Manuel) se pregunta por su parte a d¨®nde ir¨¢n los besos que no dimos. Muchos son los que cantan a la contenci¨®n. La virtud de no consumar lo que es posible, ciertamente m¨¢s propia de cosmovisiones orientales contemplativas que del imaginario occidental moderno y su racionalidad instrumental dominadora, no es sin embargo ajena a la sensibilidad occidental. Tambi¨¦n en nuestra cultura existe una est¨¦tica y hasta una ¨¦tica basadas en lo que pudo haber sido y no fue. El silencio es una de las formas en las que se expresa la contenci¨®n. La paciencia, la capacidad de esperar y ver, es otra. Aclar¨¦monos: no se trata del frustrante "freno y marcha atr¨¢s", cuya valoraci¨®n positiva s¨®lo puede deberse al deprimente ejercicio de intentar hacer de la necesidad virtud. Quien no realiza aquello que puede y quiere realizar no se contiene, se coarta. La contenci¨®n tiene que ver con el reino de la libertad, no con el de la coerci¨®n. La pr¨¢ctica de la contenci¨®n se nutre de la responsabilidad. "Si los hombres pierden el sentido de la paciencia", escribe la fil¨®sofa Cath¨¦rine Chalier, "es porque no saben ya vivir en el tiempo del otro: porque cada cosa, cada acontecimiento, se debe modular seg¨²n su propia manera, a menudo ¨¢vida, de valorar el tiempo. La paciencia, en efecto, se exige a todo aquel que trate de abrirse al tiempo del otro, porque no son s¨®lo los hombres y las mujeres de las sociedades lejanas quienes viven de forma diversa el tiempo, sino ya aquellos y aquellas que, en proximidad consigo mismos, recuerdan que el tiempo se vive en plural. S¨®lo la paciencia consiente en esa pluralidad sin querer reducirla a cualquier precio y autoritariamente a una norma com¨²n". En efecto, hay una gesti¨®n del tiempo que contribuye a la construcci¨®n de una convivencia en libertad y en pluralidad: es aquella que se realiza desde la contenci¨®n. Resistir la quemaz¨®n de lo inmediato. Pero en la pol¨ªtica vasca la contenci¨®n es un virtud m¨¢s bien escasa. El "por si acaso" tiene m¨¢s ¨¦xito. Aqu¨ª, quien m¨¢s quien menos prefiere la embestida. La mejor defensa es siempre un buen ataque. ?Qu¨¦ dicen que han dicho? Se entra al trapo con un vigor y una alegr¨ªa retozona cuya f¨®rmula para s¨ª quisieran los ganaderos que cr¨ªan toros bravos para que luego sean destrozados entre aplausos en las diversas plazas sacrificiales de la Pen¨ªnsula. Una de las noticias que m¨¢s juego ha dado durante este mes ha sido la posibilidad de que el pr¨®ximo Gobierno vasco tenga una composici¨®n exclusivamente nacionalista merced al apoyo brindado al mismo por Herri Batasuna, apoyo que, seg¨²n las distintas versiones, pudiera consistir tanto en un apoyo parlamentario de la coalici¨®n a las leyes fundamentales de dicho Gobierno como en una participaci¨®n directa en las tareas de gobierno. Chorros de tinta, kilogramos de papel y horas de grabaci¨®n han servido para hacer de esta noticia la canci¨®n del verano en el Pa¨ªs Vasco. Pero, ?se trata de verdad de una noticia?, ?de verdad alguien cree en la posibilidad de que Herri Batasuna vaya a hacer algo distinto que lo que ha hecho en los ¨²ltimos meses (apoyar con sus votos en el Parlamento las selecciones vascas y el no a la Constituci¨®n)? Despu¨¦s de todo lo que se ha dicho, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando en octubre no ocurra nada? Un d¨ªa llegar¨¢ de verdad el lobo. Despu¨¦s de tanto tiempo escuchando gritar "?que viene el lobo!", habr¨¢ un d¨ªa en que el lobo se instalar¨¢ entre nosotros. No vendr¨¢ bajo la forma de un Gobierno vasco con participaci¨®n de Herri Batasuna. Vendr¨¢ bajo la forma de una ciudadan¨ªa que ya no se creer¨¢ nada de lo que digan los pol¨ªticos; o que se lo creer¨¢ todo. En definitiva, vendr¨¢ bajo la forma de una ciudadan¨ªa a la que le dar¨¢ lo mismo lo que digan los pol¨ªticos. Y el lobo, ese d¨ªa, habr¨¢ dado un buen bocado a la democracia.
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