Reformar la ley de extranjer¨ªa
?Cu¨¢ntos veranos m¨¢s tendremos que contemplar la desaparici¨®n de tantas vidas bajo las aguas del estrecho de Gibraltar? El Gobierno central, que no se ha lucido precisamente por su benevolencia en la gesti¨®n migratoria, tendr¨ªa que poner mucho m¨¢s empe?o en acabar con esta tragedia anual.Hay que instituir una pol¨ªtica inteligente. Los magreb¨ªes que emprenden la precaria traves¨ªa en balsa saben que se arriesgan la vida, pero deciden que es un riesgo tolerable para llegar al para¨ªso de bienestar de Europa. S¨®lo multiplicando las posibilidades legales de inmigrar se reducir¨¢ el grado de riesgo que est¨¢n dispuestos a correr los inmigrantes. Como propone Sami Na?r, podr¨ªa instituirse un sistema de migraci¨®n estacional, al estilo de las campa?as de vendimiadores que cada a?o se desplazan a Francia, para hacer part¨ªcipes a muchos m¨¢s ciudadanos magreb¨ªes de la demanda laboral existente en este pa¨ªs.
Espa?a tiene que darse cuenta de que est¨¢ ya entre los 10 pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo, y debe recibir un n¨²mero de inmigrantes acorde con su peso econ¨®mico. Guste o no, ellos seguir¨¢n llegando debido a la repulsi¨®n de la miseria y la atracci¨®n de la riqueza, pero hay muchas razones por las que deber¨ªa gustarnos: nos enriquecen con sus ganas de trabajar, su esp¨ªritu emprendedor, sus conocimientos, idiomas, gastronom¨ªas, m¨²sicas y tradiciones. Adem¨¢s, ayudan a frenar el decrecimiento demogr¨¢fico. A la hora de reformar la ley de extranjer¨ªa, conviene que las autoridades recuerden que tambi¨¦n a nosotros la inmigraci¨®n nos beneficia much¨ªsimo.-
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