2.000 vecinos de un pueblo de Sevilla se echan a la calle para protestar contra la venta de drogas
Unos 2.000 vecinos participaron ayer en la marcha contra la droga convocada por la asociaci¨®n de vecinos Blas Infante de Villanueva del R¨ªo y Minas (Sevilla), seg¨²n la Polic¨ªa Local. El grito de los manifestantes era uno: "Drogas no, fuera la droga". ?se era el grito oficial, pero el comentario de los vecinos era otro: "Que se vayan los gitanos, los culpables de la droga". La totalidad de los 6.000 habitantes de la poblaci¨®n secund¨® la huelga de 24 horas convocada por la asociaci¨®n de vecinos, ni un s¨®lo establecimiento abierto, nadie trabajando.
En 1972 las minas de carb¨®n de Villanueva del R¨ªo y Minas cerraron sus puertas. Ya no eran rentables. Desde entonces, el ¨ªndice de paro de la localidad no ha dejado de crecer, los ¨²nicos ingresos del pueblo son las pensiones que muchos cobran de cuando trabajaban en la mina y las espor¨¢dicas labores del campo. La industria no existe. El sector servicios es m¨ªnimo, y ello a pesar de que el pueblo supera los 6.000 habitantes. El pasado 8 de agosto un grupo de vecinos, a los que se acusa de vender droga, apale¨® a un joven del pueblo. La paliza fue el detonante. Los vecinos se organizaron en una asociaci¨®n y empezaron las patrullas vecinales de vigilancia. Desde entonces, la tensi¨®n en la localidad no ha hecho nada m¨¢s que subir. Seg¨²n el alcalde, el socialista Rafael Bonillo, el problema surgi¨® hace cuatro a?os cuando se establecieron en Villanueva varias familias, con las que llegaron la droga y la violencia al pueblo. Se da la circunstancia de que estas familias son gitanas. Pero Bonillo rechaza que el problema sea racial. "No se puede convertir el tr¨¢fico de drogas en un problema racial. Tambi¨¦n hay payos que se dedican a esto, aunque aqu¨ª la verdad es que, en su mayor¨ªa, son gitanos", asegura. 2.000 personas participaron ayer en la marcha contra la droga convocada por la asociaci¨®n de vecinos, y toda la poblaci¨®n secund¨® el paro general de 24 horas. Francisco Hern¨¢ndez, presidente de la asociaci¨®n, ley¨® un manifiesto en la plaza del pueblo, antes de iniciar la marcha, en el que rechaz¨® la venta de droga, el vandalismo y la delincuencia "que est¨¢n envenenando" a los j¨®venes. Tras las palabras de Hern¨¢ndez, la manifestaci¨®n se dirigi¨® al antiguo cuartel de la Guardia Civil ocupado por cinco familias gitanas a las que se le imputa el tr¨¢fico de drogas. "El Camar¨®n es el peor", aseguraba una vecina. Un coche en la cabecera de la marcha, equipado con dos altavoces, animaba a los manifestantes. Al llegar a la puerta del viejo cuartel la gente empez¨® a insultar al Camar¨®n y a su familia. "Fuera el Camar¨®n, fuera la droga". Los manifestantes no se detuvieron ante la casa, sino que entraron al patio y casi se introducen en el edificio, animados por los altavoces del coche. Por un momento el linchamiento estuvo cerca. El polic¨ªa municipal que controlaba la marcha se vio impotente: "Yo no puedo estar aqu¨ª, esto se nos va de las manos", dijo a los animadores del coche. " No podemos hacer nada, es la voluntad del pueblo", respondieron ¨¦stos.
"He vendido droga, pero ahora estoy limpio"
Jos¨¦ Vilches Silva, El Camar¨®n, tiene 55 a?os y vive con 11 de sus 14 hijos en el antiguo cuartel de la Guardia Civil junto a otras cinco familias gitanas. Las condiciones del edificio son ruinosas. ?l, su mujer y sus hijos duermen juntos en dos habitaciones. Est¨¢ parado y no tiene ning¨²n ingreso conocido. Niega que los gitanos trajeran la droga a Villanueva. "Antes de que llegaran los gitanos ya estaba la droga. Yo no vendo nada", asegura. Al poco, reconoce que el vendi¨® hero¨ªna hace siete a?os, pero no en Villanueva, lo pillaron y estuvo en la c¨¢rcel despu¨¦s se traslad¨® al pueblo y desde entonces est¨¢ "limpio". Su hijo mayor, de 17 a?os, insiste en que todo es racismo. "El otro d¨ªa fui a la discoteca y me rodearon entre un mont¨®n de gente, me dejaron en cueros y me echaron a la calle". Otro ni?o m¨¢s peque?o se queja: "No me dejan entrar a la piscina". El Camar¨®n asegura haber pedido trabajo al alcalde y tener solicitada una casa desde hace un a?o. Rafael Bonillo, alcalde de Villanueva, dice que es cierto, pero que ya le gustar¨ªa a ¨¦l poder dar trabajo y casa al que se lo pida. "No tener trabajo no significa que haya que vender drogas", concluye el alcalde.
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