Extra?as en la oscuridad
Vista de d¨ªa la playa de Torrenostra, en Torreblanca, no ofrece particularidad alguna. Es un tramo de costa mediterr¨¢nea apacible, con una m¨¢s que suficiente extensi¨®n de arena que da cabida a centenares de sombrillas que cobijan sillas, tumbonas, cubos, palas y rastrillos en manos de ni?os tratando de levantar mansiones y castillos con almenas, donde la ley no permite la edificaci¨®n real. Todo transcurre con normalidad. La gente se ba?a, se seca con sus toallas, toma el sol, discute, lee, r¨ªe, se quema con la arena... Algunos ni?os lloran, otros gritan, muchos llaman a sus madres. Todo normal. Se puede ver a unos alemanes colorados, a un padre que ha dormido poco y a un joven a quien le pesa la noche pasada en el vecino Alcossebre. La extensi¨®n de la playa de Torrenostra es tal que podr¨ªa albergar al doble de la poblaci¨®n que la ocupa en el periodo vacacional. Son muchos los metros de arena que separan el paseo del mar y su longitud proporciona la posibilidad de realizar m¨¢s que considerables paseos por la orilla. Llega el mediod¨ªa. El movimiento de los veraneantes se?ala la llegada de la hora de la comida. Los enseres se quedan en la playa, recogidos y conformados en peque?os montones, preludio de una actividad playera vespertina. Y, realmente, hay quienes retornan a la playa una vez consumada la siesta veraniega. La tarde tampoco ofrece m¨¢s alicientes que el sol, el mar, la playa en general. Llega el atardecer. Algunas familias han amontonado ya sus sombrillas, tumbonas, cubos y sillas. Otros lo hacen al caer el sol. Pero ninguno de ellos "desnuda" la playa. Todos dejan clavados en la arena sus quitasoles y, junto a ellos, sus posesiones playeras: los moldes de los castillos, los asientos de tela o pl¨¢stico sobre los que descansar¨¢n al d¨ªa siguiente y todo aquello que no habr¨¢n de trasladar diariamente porque la playa se encarga de "guardar" durante la noche. Al menos hasta ahora. ?sa es la mayor particularidad de la playa de Torrenostra. Nadie recoge sus utensilios y, por la noche, este tramo de costa se presenta como una plantaci¨®n que aunque no produce cosecha tampoco pierde los "frutos" que se encuentran en ella.
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