Los paname?os rechazan un nuevo mandato del "Toro" Balladares

Feliz, la jefa del Partido Arnulfista, Mireya Moscoso, se exhibi¨® en la noche del domingo en una tribuna alzando un par de banderillas, e inst¨® a la construcci¨®n de una alianza de la oposici¨®n para ganar las elecciones presidenciales de 1999. Moscoso mostraba los hierros de la lidia porque el presidente paname?o, Ernesto P¨¦rez Balladares, a quien apodan El Toro por su corpulencia, hab¨ªa encajado ese d¨ªa un serio castigo: perdi¨® el refer¨¦ndum para enmendar la Constituci¨®n y autorizar su reelecci¨®n presidencial.El 63,87% de los paname?os se pronunci¨® contra la reformas de la Carta Magna, y, por elevaci¨®n, contra la gesti¨®n de P¨¦rez, por un 67,3% contra un 34,28%. El jefe de Gobierno acept¨® la derrota. "El pueblo habl¨® alto y claro. Lo hemos escuchado y aceptamos humildemente. Ha sido un d¨ªa de triunfo para nuestro pa¨ªs porque consolida la democracia. No hay duda de que las elecciones de 1999 ser¨¢n puras y honestas (...) el 1 de septiembre de ese a?o le dar¨¦ la conducci¨®n del pa¨ªs a quien el pueblo designe".

Consulta con garant¨ªas

El ¨ªndice de participaci¨®n fue del 66%, excelente seg¨²n el presidente del Tribunal Constitucional, Eduardo Vald¨¦s. El anterior refer¨¦ndum, tambi¨¦n sobre cambios constitucionales, arroj¨® una abstenci¨®n del 60%. Un comunicado de la Organizaci¨®n de Estados Americanos subray¨® que la consulta tuvo garant¨ªas.Al poco de divulgarse el triunfo del no, destacados dirigentes del Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD), el de P¨¦rez, tomaban posiciones. Alfredo Oranges, que aspira al cargo, dijo que los resultados de la consulta constituyen un rechazo del liberalismo econ¨®mico aplicado por P¨¦rez porque aument¨® la pobreza, pero de ninguna manera un rechazo del PRD. Para el secretario general del Partido Dem¨®crata Cristiano, Hatuey Castro, se trata de un mensaje contra la reelecci¨®n que trasciende las fronteras paname?as y apunta a Per¨² y Argentina, donde se observa una corriente popular favorable a la no reelecci¨®n.

El Toro Balladares, al igual que los otros jefes de Gobierno empe?ados en la reelecci¨®n, habr¨ªa previsto una victoria que probablemente le ha negado el descontento popular generado por unas reformas econ¨®micas que modernizaron los servicios p¨²blicos y abrieron una v¨ªa de salvaci¨®n (con privatizaciones), a empresas estatales ruinosas. Sin embargo, esas reformas se acometieron sin un sistema de seguridad social capaz de amortiguar los costes de los cambios.

De hecho, el presidente del Partido Dem¨®crata Cristiano, Rub¨¦n Arosamena, destacaba que fue derrotada "la pol¨ªtica econ¨®mica y social de Balladares", y desde las propia filas del oficialismo los aspirantes a la presidencia por el partido de gobierno, el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, a la jefatura del Estado en las elecciones del pr¨®ximo a?o se desmarcaban raudos de la suerte de su jefe.