?Gracias, Bianca!
Bianca Jagger, con su comparecencia en la conferencia Mujer y guerra, celebrada recientemente en Palma de Mallorca, nos dio una lecci¨®n de presencia y compromiso con las v¨ªctimas de las guerras de los Balcanes. Cuando parec¨ªa que los asistentes hab¨ªamos de resignarnos a un ejercicio de autocomplacencia durante las intervenciones previas, Bianca Jagger expuso en toda su crudeza lo que fue uno de los peores episodios de la guerra de Bosnia Herzegovina, la matanza de Srebrenica.Y lo hizo enumerando en primer lugar a las v¨ªctimas, los 15.000 musulmanes bosnios que habitaban el enclave; en segundo lugar, a los agresores, las tropas del general Mladic, que, con su ocupaci¨®n, a?adieron una nueva conquista territorial a su proyecto de Estado serbio ¨¦tnicamente puro, acabando en tres d¨ªas con la vida de 8.000 personas, que fueron sepultadas en fosas comunes. Y, por ¨²ltimo, a los c¨®mplices, la comunidad internacional y las tropas de Naciones Unidas, que se hab¨ªan comprometido a su protecci¨®n, pero que asistieron impasibles a la carnicer¨ªa.
Bianca prosigui¨® denunciando la actual pasividad y complicidad de la comunidad internacional frente a la agresi¨®n de las fuerzas militares y policiales serbias de Milosevic sobre la poblaci¨®n albanesa de Kosovo, que est¨¢ reproduciendo los episodios de Bosnia Herzegovina, e hizo un llamamiento a la presi¨®n de nuestros dirigentes pol¨ªticos para no permitir m¨¢s matanzas y proteger la vida y los derechos humanos de la poblaci¨®n civil.
Es de esperar que los pol¨ªticos all¨ª presentes tomen cumplida nota de esta llamada y no se limiten a rentabilizar fr¨ªvolamente la presencia de Bianca Jagger desde su imagen p¨²blica.
De lo contrario, dentro de algunos a?os nos encontraremos celebrando un acto de solidaridad con las v¨ªctimas del genocidio de albaneses de Kosovo, oyendo testimonios escalofriantes y enjugando nuestra congoja con una colaboraci¨®n econ¨®mica a la reconstrucci¨®n de sus destrozadas vidas. M¨¢s nos valdr¨ªa haberlo evitado cuando estuvo en nuestras manos detener al agresor.- .
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