El derribo de un edificio hist¨®rico en Valencia enfrenta a vecinos con los obreros de la contrata municipal
La contrata municipal de derribos, Comsa, empu?¨® ayer las piquetas contra una finca hist¨®rica del barrio de El Carme de Valencia, en los n¨²meros 3 y 5 de la calle de Ll¨ªria. Indignados ante la demolici¨®n del edificio, que se produce mientras la Consejer¨ªa de Cultura estudia proteger la manzana con un Plan Integral de Actuaci¨®n, varios vecinos del barrio denunciaron los hechos ante el juzgado de guardia y se enzarzaron en una discusi¨®n acalorada, con lanzamiento de cascotes incluido, contra los obreros. Este edificio de dos plantas, construido a principios de siglo, est¨¢ ubicado junto a las primeras fincas de obreros de Valencia, datadas entre 1850 y 1870, y al lado de una f¨¢brica hist¨®rica protegida como prototipo de arqueolog¨ªa industrial, seg¨²n explic¨® un vecino del barrio, Agust¨ªn Nieto. "En diciembre saldr¨¢ a exposici¨®n p¨²blica el plan de la consejer¨ªa para ordenar toda la manzana", denuncia Pilar Mas¨®, portavoz de la asociaci¨®n vecinal Atzucac, "el Ayuntamiento ha decidido derribar la finca [deshabitada y de propiedad municipal] antes de que le obliguen a protegerla para poder construir un edificio nuevo". Esquerra Unida confirma estas prisas: "El departamento de disciplina urban¨ªstica no ha expedido ninguna licencia de derribo", dicen. Los obreros esgrim¨ªan una orden de la alcald¨ªa que ordena la demolici¨®n urgente de la casona por su "alta degradaci¨®n" y "el riesgo de ca¨ªda de cascotes a la v¨ªa p¨²blica". Pero Nieto y el resto de vecinos dicen que la finca est¨¢ en perfectas condiciones. Los vecinos creen que el hallazgo de un cad¨¢ver en un edificio de esa calle en agosto ha acelerado el deseo del Ayuntamiento de demoler la finca. Mas¨® se queja de que los obreros han provocado el riesgo de ca¨ªda de cascotes, ya que han picado en los balcones y en la fachada y han retirado un buen n¨²mero de tejas sin acordonar la acera. El momento de mayor tensi¨®n se produjo a primera hora de la tarde, cuando algunos vecinos se colocaron bajo el balc¨®n y les cayeron encima varios cascotes, porque los obreros no dejaron de picar. Entonces, los vecinos les lanzaron cascotes, pero la discusi¨®n no fue a m¨¢s.
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