Trasladado a Dubl¨ªn, pieza por pieza, el taller de Francis Bacon
El heredero del artista dice que la Tate Gallery declin¨® el regalo
De algunos pintores se conserva la paleta donde mezclaban los colores. Francis Bacon, uno de los grandes artistas de este siglo, deja un legado personal m¨¢s amplio: su propio estudio. Abierto en el barrio londinense de South Kensington, era un espacio legendario que le sirvi¨® tambi¨¦n de hogar durante 30 a?os. En una pol¨¦mica decisi¨®n, ha sido desmantelado y trasladado, pieza a pieza, a Dubl¨ªn.
Bacon naci¨® en Dubl¨ªn en 1909 y falleci¨® en Madrid, de un ataque al coraz¨®n, en 1992. Su amigo y heredero universal, John Edwards, ha tomado la iniciativa despu¨¦s de que la Tate Gallery de la capital brit¨¢nica declinara el regalo.Francis Bacon le dej¨® a Edwards, al que conoci¨® en los a?os setenta y pos¨® para muchos de sus retratos, bienes evaluados en 10 millones de libras (2.500 millones de pesetas). El estudio, visitado por unos pocos elegidos, albergaba la parte m¨¢s visible del universo creativo de un pintor criticado y admirado, a partes iguales, por sus perturbadoras im¨¢genes. Rechazado, seg¨²n el heredero, por la Tate Gallery, el taller ser¨¢ reconstruido en la sala dublinesa Hugh Lane. Barbara Dawson, la directora, espera abrirlo al p¨²blico en el a?o 2001 como parte esencial de una exposici¨®n prevista para entonces.
La Tate no ha ofrecido a¨²n su versi¨®n de lo ocurrido. Jeremy Lewison, director en funciones, s¨ª ha declarado al rotativo The Sunday Times que desconoce la existencia de propuesta alguna. "La galer¨ªa ha adquirido varios dibujos poco conocidos de Bacon y siempre ha dicho que el estudio deb¨ªa conservarse", ha se?alado. Dos de las mayores retrospectivas de su obra fueron organizadas en Londres por la galer¨ªa, una de sus mayores patrocinadoras. Mientras la secuencia de los hechos es aclarada, un cuidadoso equipo de mudanzas ha catalogado con paciencia de arque¨®logo centenares de objetos esparcidos por la habitaci¨®n.
Caos e inspiraci¨®n
El pintor lo guardaba todo y era muy desordenado. Colecciones enteras de pinceles resecos y lienzos sin usar, su famoso espejo circular y roto, as¨ª como una puerta pintada y tambi¨¦n resquebrajada forman una peque?a parte del lugar. Libros, algunos de ellos dejados en el suelo durante tres d¨¦cadas, fotograf¨ªas de animales salvajes, operaciones quir¨²rgicas y carne cruda han sido tambi¨¦n recogidas. Siete archiveros pasaron 10 d¨ªas en el piso dividi¨¦ndolo en parcelas. "?ste es un ejercicio de gran precisi¨®n. Conocemos el lugar al mil¨ªmetro", ha reconocido Mary McGrato, conservadora de la galer¨ªa irlandesa.El pintor, que conceb¨ªa el desorden como una fuente de inspiraci¨®n, hab¨ªa reconocido que el estudio era su hogar. "De este caos surgen im¨¢genes muy ¨²tiles para m¨ª. Adem¨¢s, los lugares donde vivo son pasajes de mi autobiograf¨ªa. Sus huellas forman parte de mi memoria y no las toco", reconoci¨® en una ocasi¨®n. Las ¨²ltimas instant¨¢neas del apartamento, las paredes llenas tambi¨¦n de manchas de pintura, fueron tomadas por Linda McCartney, esposa del ex Beatle Paul. El hermano de la fot¨®grafa fallecida, el abogado estadounidense John Eastman, asesor¨® al heredero John Edwards al morir Bacon. Cuando el traslado del taller era ya inevitable, Linda pudo entrar y tomar unas fotos.
El pasado oto?o pudo observar entre las posesiones m¨¢s queridas del artista varias reproducciones de las obras de Vel¨¢zquez. Dado el car¨¢cter bohemio y an¨¢rquico de Bacon, que admiraba al pintor espa?ol, tarros de gomina capilar, libros de poemas de T.S. Eliot o revistas pornogr¨¢ficas aparec¨ªan junto a Las Meninas y otras maravillas velazque?as. "Este estudio es uno de los mayores tesoros art¨ªsticos del siglo XX. Incluso las paredes arrojan luz sobre la labor creativa de Bacon. All¨ª experimentaba con los colores que luego acabar¨ªan en el lienzo", han se?alado varios de los marchantes citados por The Sunday Times.
Queda por saber qu¨¦ habr¨ªa dicho el pintor que convirti¨® el popular barrio londinense del Soho en lo m¨¢s parecido a su hogar.
Babelia
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