Una mercanc¨ªa delicada

El objeto que va a trasladarse a Estados Unidos conten¨ªa inicialmente 130 gramos de uranio "altamente enriquecido" (es decir, con m¨¢s de un 20% del is¨®topo uranio-235, el m¨¢s activo). Pero, tras haber sido irradiado, parte de ese combustible se convierte en otros elementos m¨¢s peque?os (yodo, estroncio, cesio) y tambi¨¦n en otros m¨¢s pesados (plutonio y americio, sobre todo). Estos is¨®topos pesados son los residuos nucleares m¨¢s engorrosos que existen: su actividad (letal en menos de una hora a varios metros de distancia) tarda cerca de un mill¨®n de a?os en decaer hasta los niveles del uranio natural. El material, por supuesto, se transporta en un contenedor blindado que impide que la radiaci¨®n salga al exterior. Pero, seg¨²n Greenpeace, esos blindajes suelen ser inseguros en caso de accidente: el sellado se puede romper a 800 grados (una temperatura f¨¢cil de alcanzar en un incendio) o tras permanecer una hora sumergido a cierta profundidad.Tambi¨¦n existe el riesgo de que una manipulaci¨®n inadecuada contamine o irradie a los trabajadores y al personal de seguridad. Por estas razones, los transportes de estos elementos se han prohibido en Alemania y, parcialmente, en Francia.

La posibilidad de que el material espa?ol pueda ser utilizado en Estados Unidos para fabricar armas nucleares constituye una aprensi¨®n de fundamentos m¨¢s bien remotos. Una sola bomba at¨®mica requiere m¨¢s de 15 kilos de uranio altamente enriquecido (m¨¢s de 100 veces el contenido del elemento espa?ol) o entre 3 y 6 kilos de plutonio (es improbable que el residuo en cuesti¨®n albergue m¨¢s de un gramo).