Zoe Vald¨¦s cree que "la identidad es una cicatriz de nacimiento"
Tiene los a?os de la revoluci¨®n cubana y creci¨® en una casa llena de mujeres, con la ausencia de un padre que abandon¨® el hogar al poco de nacer Zoe Vald¨¦s (La Habana, 1959).Creci¨® en una casa en la que a su madre (aunque "mi mam¨¢ ten¨ªa un pie en la luna y el otro en la tierra", afirm¨®) le toc¨® ser el elemento realista, quien impon¨ªa cordura y manten¨ªa al gineceo, mientras su abuela, actriz de reparto, santera que mezclaba ritos afrocubanos con celtas, declamaba a Baudelaire, sin entenderlo, sin saber franc¨¦s y "dici¨¦ndolo" como lo le¨ªa en un libro que hab¨ªa ca¨ªdo en sus manos, y mientras su t¨ªa, que hab¨ªa dejado de trabajar en la f¨¢brica de talco Brisa cuando se acab¨® el talco y se dedicaba a hacer las u?as de las vecinas, le pasaba a la sobrina, Zoe Vald¨¦s, para que no le importunara, novelas rosas, Cor¨ªn Tellado, sobre todo.
Nostalgia
Esa atm¨®sfera, en la que creci¨® la escritora Zoe Vald¨¦s, es la que quiso evocar el pasado mi¨¦rcoles en Madrid, en la presentaci¨®n de su ¨²ltima novela, Caf¨¦ nostalgia (C¨ªrculo de Lectores), en una sesi¨®n p¨²blica en la que se puso deliberadamente ¨ªntima y nost¨¢lgica, tal vez porque tanto Albert P¨¨lach, director del C¨ªrculo de Lectores, como el editor Basilio Baltasar, que hab¨ªan intervenido antes que ella, le dieron pie con sus palabras; sobre todo cuando Albert P¨¨lach record¨® aquel consejo que le hab¨ªa dado, a Zoe Vald¨¦s, su madre, que ten¨ªa, ese d¨ªa, un pie, el bueno, puesto en tierra: que se dedicara, mejor, a hacer croquetas.Y de croquetas habl¨® Zoe Vald¨¦s, como si fuesen la c¨¦lebre magdalena de Proust (ese Proust que ley¨® a trompicones, anotado por Lezama Lima, seg¨²n Albert P¨¨lach, o por Virgilio Pi?era, seg¨²n la protagonista de su obra Caf¨¦ nostalgia), tal vez porque ella est¨¢ de acuerdo con la protagonista de su novela cuando dice que "la identidad es una cicatriz de nacimiento.
Y esta cubana, que lleva su isla en la memoria, y a la que se asoma cuando saca la cabeza por la ventana de su casa de Par¨ªs, en la que vive, se acord¨® de aquellas cosas ("en la sencillez est¨¢ el secreto de las cosas", dijo) para explicar c¨®mo es su mundo literario. Y record¨®, s¨ª, a su t¨ªa, que le hac¨ªa leer a Cor¨ªn Tellado, y a su abuela, que le "inici¨®" en Baudelaire, y tambi¨¦n a su madre, sobre todo, que cocinaba poniendo junto al fuego un gran libro que ella, Zoe Vald¨¦s, en su ignorancia, crey¨® que era una colecci¨®n de recetas de cocina: un libro que cuando su madre lo acab¨® de leer se lo dio con un ¨²nico comentario: en ese libro estaba todo. Era El Quijote.
"?ste es mi mundo", se?al¨® la autora Zoe Vald¨¦s, "aqu¨ª est¨¢ lo esencial de mi mundo literario, donde tanto caben las croquetas de mi madre como Cioran".
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