Ecolog¨ªa, crecimiento y solidaridad
El t¨¦rmino "ecolog¨ªa" es bastante reciente. Se compone de dos palabras griegas oikos (casa) y logos (discurso, ciencia). Naci¨® en el siglo XIX de la mano de los bi¨®logos y designaba la adaptaci¨®n de los organismos vivos a su medio ambiente. Posteriormente se convirti¨® en la ciencia que estudia estas relaciones. Finalmente pasa a calificar la doctrina que establece una nueva relaci¨®n entre el hombre y su ambiente, as¨ª como los movimientos pol¨ªticos u otros, que se inspiran en esa doctrina. Pero la ecolog¨ªa no se limita a los problemas del medio ambiente, tambi¨¦n est¨¢ estrechamente unida a la econom¨ªa, al subdesarrollo, a la cultura, al pensamiento, a la t¨¦cnica. Por lo tanto, la ecolog¨ªa se refiere, tambi¨¦n, al porvenir de la Humanidad tributaria del planeta y a las estructuras sociales y pol¨ªticas sobre las que asentamos nuestra civilizaci¨®n. Existe un lazo profundo entre ecolog¨ªa-medio ambiente y ecolog¨ªa-desarrollo. Olvidar este nexo ser¨ªa practicar un ecologismo naif y primario que negar¨ªa toda implicaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica. Por eso, hemos de luchar por implantar un modelo de desarrollo pol¨ªtico y socioecon¨®mico que satisfaga nuestras necesidades sin poner en peligro las de las generaciones futuras. Esta es la definici¨®n de desarrollo "sostenible", propuesta por la Comisi¨®n Brutland (1987). Pero la realizaci¨®n de este modelo conlleva una proyecci¨®n mundial, que implica la cooperaci¨®n internacional y la solidaridad con el Tercer Mundo. Esto nos desborda, pero no hemos de abandonar la lucha. Para los analistas de nuestro tiempo, a las puertas del Tercer Milenio, en la era de lo planetario y de la globalizaci¨®n se oyen dos gritos en nuestro mundo: el grito de los hombres y el grito de la tierra. A pesar de las declaraciones de los organismos internacionales y acciones de las ONG: millones de ni?os est¨¢n obligados a trabajar y son explotados diariamente, hombres y mujeres son vendidos como esclavos. Pueblos enteros masacrados, como causa de fanatismos religiosos y nacionalistas. El exilio y la desesperaci¨®n es el pan nuestro de cada d¨ªa de miles de personas. Como consecuencia de la deuda externa contra¨ªda por los pa¨ªses pobres con los pa¨ªses ricos, el hambre y la sequ¨ªa aniquilan a infinidad de seres humanos diariamente. En nuestro Estado del bienestar, a pesar del crecimiento econ¨®mico, aumentan las bolsas de pobreza. Est¨¢ claro que diariamente nacen m¨¢s pobres que ricos. Muy cerca de nosotros, todav¨ªa persisten problemas sociales graves y vergonzantes, que son una llamada a nuestra conciencia. Una vez m¨¢s, este verano, la pateras nos han recordado, que la pobreza y la miseria est¨¢n a pocos kil¨®metros. El grito de la Tierra. Cada d¨ªa descubrimos el agua m¨¢s contaminada. Las fuentes se est¨¢n secando, los pozos se agotan, el mar es un gran basurero. En algunas ciudades del mundo respirar es un riesgo. La desertizaci¨®n va ganando la partida a la tierra. Los p¨¢jaros ya no emigran. Las especies animales est¨¢n desapareciendo a la carrera. La atm¨®sfera se recalienta. El gas carb¨®nico de las industrias, los coches y las calefacciones transforman nuestro planeta en una inmenso olla. Al subir la temperatura, los glaciares polares corren el peligro de fundirse, con esto el nivel del mar subir¨¢ y concentraciones urbanas en zonas costeras, est¨¢n amenazadas por las aguas. Hay que desconfiar del sol. La capa de ozono que nos proteg¨ªa de las radiaciones solares y de los rayos ultravioletas tiene agujeros. Los inmensos bosques y selvas tropicales est¨¢n desapareciendo. Por primera vez en su historia la tierra parece decirle al hombre: peligro. En esta l¨ªnea tenemos en nuestra Comunidad Valenciana algunos problemas graves, a los que no se le ha dado soluci¨®n desde hace a?os: La reforestaci¨®n de las grandes areas quemadas por los incendios, El parque de L" Albufera y el Saler, la huerta de Valencia, el marjal de Pego...por citar los m¨¢s conocidos. Esta es una descripci¨®n que no nos gusta y puede parecer a muchos exagerada y apocal¨ªptica, pero para la mayor¨ªa de expertos en estas cuestiones, es bien real. La toma de conciencia de esta situaci¨®n cr¨ªtica es una llamada a la responsabilidad personal y colectiva. A trav¨¦s de los gritos de nuestra tierra, o¨ªmos tambi¨¦n los de los hombres. Todo est¨¢ unido: protecci¨®n del planeta, derecho a vivir humanamente para todos, necesidad de cambio social y de un nuevo modo de vivir. No podemos robar el capital ecol¨®gico: polucionando la Tierra. Contribuyendo a la desaparici¨®n de las especies, agotando las riquezas del planeta. ?Qu¨¦ dir¨¢n los historiadores del siglo XXI de nuestra generaci¨®n? ?Una generaci¨®n perversa que dej¨® el planeta y la vida a la deriva o una generaci¨®n que tuvo la valent¨ªa de reajustar el camino? El grito del Tercer y Cuarto mundo es una llamada a restablecer el equilibrio fraterno. ?pasaremos a la historia por ser la generaci¨®n que tuvo posibilidades reales, pero que fue incapaz de dar una soluci¨®n al problema del hambre y la sed de muchos de sus contempor¨¢neos?
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