La pobreza se concentra en 23 barrios situados en su mayor¨ªa en el centro y sureste de la capital

Ventitr¨¦s barrios de la capital, en los que viven unos 180.000 vecinos (el 6% del total), pueden considerarse zonas desfavorecidas, seg¨²n un estudio del Ministerio de Fomento y la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Todos estos barrios sufren una o varias carencias: altos niveles de paro, analfabetismo o falta de estudios de sus habitantes, carencias en las casas de servicios b¨¢sicos, como el agua corriente, el retrete indivicual y la ducha. Entre las zonas desfavorecidas figuran partes del casco antiguo como Lavapi¨¦s, ¨¢reas de Tetu¨¢n y barrios chabolistas remodelados como Orcasur.

Agust¨ªn Hern¨¢ndez Aja, arquitecto urbanista y uno de los art¨ªfices del informe, explica que en el estudio se traza la radiograf¨ªa de los vecindarios que se han convertido en el furg¨®n de cola de la ciudad. "Son zonas que hist¨®ricamente han acumulado la pobreza y que se est¨¢n descolgando de las posibilidades de mejora que existen en otros puntos de la capital", asegura."La ¨²nica soluci¨®n para ellos son planes de intervenci¨®n integral en los que se aborden de forma conjunta y no con parches sus problemas de fracaso escolar, paro y vivienda", a?ade. "En algunos de estos barrios se han construido viviendas dignas, pero muchos de sus habitantes siguen reproduciendo sus problemas de generaci¨®n en generaci¨®n", concluye.

Este estudio, iniciado en 1995 por el ejecutivo del PSOE y finalizado ahora por el PP, pretende informar a la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) sobre los barrios vulnerables de las 88 ciudades espa?olas de m¨¢s de 50.000 habitantes. El objetivo es aunar actuaciones entre los pa¨ªses ricos, ya que todos tienen barrios deprimidos. La OCDE fue quien fij¨® los criterios para considerar como desfavorecido un barrio. Deb¨ªan cumplir al menos una de estas caracter¨ªsticas: niveles de paro y de poblaci¨®n sin estudios superiores al 27,5%; m¨¢s de un 3% de viviendas sin retrete, m¨¢s de un 2% sin agua y m¨¢s de un 5% sin ducha.

Para elegir las zonas se utilizaron datos del censo de poblaci¨®n y vivienda de 1991, el ¨²ltimo realizado. Pero seg¨²n los autores, aunque con los a?os han cambiado algunas cifras, las tendencias se mantienen y ahora son esos mismos los vecindarios con m¨¢s problemas sociales de la ciudad.

Los barrios madrile?os donde el paro supera la media nacional (un 19% en 1991) son los de la UVA de Vallecas Villa (28%); Orcasur (26%), en Usera; Pozo del T¨ªo Raimundo (23%), en Puente de Vallecas, y San Ferm¨ªn (22%), en Usera.

Se trata de vecindarios de antiguas chabolas donde las instituciones han emprendido programas de reforma que han mejorado mucho las condiciones de habitabilidad. Pero la procesi¨®n va por dentro.

La tasa de poblaci¨®n analfabeta y sin estudios, que a nivel estatal era del 19% en 1991, se desborda en el Pozo del T¨ªo Raimundo (40%) y en las barriadas de Orcasur, San Ferm¨ªn, Entrev¨ªas, Palomeras (Puente de Vallecas), Plata y Casta?ar, UVA de Vallecas y Ca?o Roto (Latina), con un 37%. Sin embargo, en otros vecindarios desfavorecidos por las condiciones de sus viviendas, como Malasa?a o Conde Duque, los vecinos sin formaci¨®n no superan el 13%.

Las carencias de servicios b¨¢sicos en las viviendas se concentran en barrios antiguos de la almendra central. As¨ª, en zonas del distrito de Tetu¨¢n como la de Marqu¨¦s de Viana, donde los domingos se celebra un rastrillo, y Blanco Argibay suponen un 2,2% las viviendas que dependen de un ca?o exterior. Lo mismo ocurre en el antiguo pueblo de Fuencarral (2,3%).

En Tetu¨¢n se dispara, asismismo, el porcentaje de casas sin retrete: un 10% de las fincas del rastro y de Blanco Argibay. Lo mismo ocurre en un 8,5% de los pisos de Cascorro, en un 7,4% de los de Lavapi¨¦s y en un 6,5% de los de Malasa?a.

La falta de ducha afecta al 21,9% de los pisos de Cascorro y al 21% del casco del Puente de Vallecas y de Lavapi¨¦s.

La avenida de Asturias, en Tetu¨¢n, figura tambi¨¦n en el estudio, pero en estos a?os su situaci¨®n ha mejorado con los planes de remodelaci¨®n. Algo similar ocurre en Opa?el.