"Ni entendemos la posibilidad de dos Alardes, ni la de uno privado"
Ixabel Alkain (Hondarribia, 1961) no entiende "la posibilidad de dos Alardes, ni la de uno privado", pese a haber visto frustrado, por segundo a?o consecutivo, su deseo de encabezar la compa?¨ªa mixta Jaizkibel en el acto m¨¢s significativo de las fiestas de su localidad y guardar un recuerdo de los incidentes del 8 de septiembre: un pie malherido por culpa de un culatazo. Desfil¨® como cantinera en 1983, cuando nadie hab¨ªa alzado todav¨ªa la voz para reivindicar el derecho de la mujer a participar en el Alarde. Pregunta. Los momentos de tensi¨®n en los minutos previos al desfile de este a?o demostraron que el pueblo sigue sin aceptar su participaci¨®n en el Alarde como soldados. ?Han percibido alg¨²n cambio de opini¨®n en el ambiente? Respuesta. Se nota una mayor tolerancia en el apoyo que hemos recibido durante todo este tiempo. No ha habido agresiones durante el verano, aunque ha persistido la intimidaci¨®n. Lo que pasa es que el clima se recrudeci¨® el pasado d¨ªa 8 porque a la gente no le gust¨® vernos aparecer en el Paseo ?rbol de Gernika. Todo el mundo quiere que este asunto se solucione. El problema es que mucha gente que ha cambiado de opini¨®n no se atreve a hablar. Hay un gran silencio por el miedo a defender ciertas posturas en la rutina diaria. P. Parece que en Ir¨²n la reivindicaci¨®n de las mujeres goza de mayor aceptaci¨®n que en Hondarribia. Al menos las mujeres desfilaron como soldados en esa localidad. ?A qu¨¦ lo achacan? R. En Ir¨²n, el Ayuntamiento organiz¨® el Alarde y anim¨® a mucha gente a trabajar en pro de ello. Aqu¨ª el alcalde se ha desvinculado despu¨¦s de la sentencia [del Tribunal Superio vasco] y nos ha remitido en todo momento a Alarde Fundazioa. En Ir¨²n el problema no es de hombres y mujeres, sino de que un grupo de personas quieren privatizar una fiesta que es del pueblo y hasta la fecha ha sido municipal, con la connivencia del alcalde. P. A este conflicto se le han atribuido desde el principio connotaciones pol¨ªticas. ?Es una de las causas que puede explicar la postura del pueblo? R. Creo que en el pueblo nos hemos quitado ese sambenito que nos colgaron en un principio de que ¨¦ramos de HB. Pero volver¨¢n a insistir cuando les convenga. El problema es que el alcalde fuera del pueblo vende que somos de ese partido porque le viene bien para simplificar el problema e intentar buscar apoyos fuera de Hondarribia. En el pueblo, HB es el ¨²nico partido que ha manifestado p¨²blicamente su adhesi¨®n a nuestra reivindicaci¨®n. Pero dentro de sus bases tambi¨¦n est¨¢n divididos. P. ?Cree que ser¨¢ posible recuperar un clima normal de convivencia en breve? R. No s¨¦ cuando ser¨¢, pero al final tenemos que seguir viviendo, saliendo a la calle... De todas formas, el pueblo en general no sufre una falta de convivencia. Son s¨®lo unas personas determinadas las que est¨¢n actuando contra nosotras con total impunidad, en una zona concreta de Hondarribia. En todo caso, la situaci¨®n que se vive hoy en el pueblo nada tiene que ver con el clima que vivimos hace tres a?os. P. Su colectivo lanz¨® una dura cr¨ªtica contra la Ertzaintza por desplegar un dispositivo con el que les result¨® imposible sumarse al Alarde. Ellos aducen que actuaron para proteger la integridad f¨ªsica de las personas. ?Cree acaso que el derecho est¨¢ por encima de la seguridad? R. No existe protecci¨®n de las personas si no podemos ejercer un derecho. En los momentos previos al Alarde se pudo ver que cuando la Ertzaintza no nos rodeaba no nos agredi¨® nadie. P. Hubo enfrentamientos f¨ªsicos y verbales antes de su llegada al paseo ?rbol de Gernika. R. Fueron agresiones aisladas... Estoy convencida de que se hubiese podido controlar a esa gente que no quer¨ªa vernos all¨ª. La funci¨®n de la Ertzaintza consisti¨® realmente en impedir nuestro desfile. S¨ª hab¨ªa motivos para pensar que corr¨ªa peligro la integridad f¨ªsica de las personas, pero los agentes pod¨ªan haber ayudado tambi¨¦n a apoyarnos en el ejercicio del derecho a la igualdad. Y lo que hicieron fue impedirlo. P. ?Qu¨¦ ¨¢nimos percibi¨® en su compa?¨ªa, tras ver nuevamente frustrado su deseo de sumarse al Alarde? R. Bastante altos. P. Los integrantes de Jaizkibel, ?conf¨ªan en un avance m¨¢s para el pr¨®ximo a?o? R. Ya toca que desfilemos, ?no? P. ?Han pensado en recurrir a organizar otra fundaci¨®n como han hecho este a?o los mandos del Alarde? R. No, porque no queremos privatizar el Alarde. Nos parece muy fuerte poner en manos de unos pocos una fiesta que desde 1639 es de todos. Ni entendemos la posibilidad de dos desfiles, ni la de un Alarde privado. P. Han dirigido sus acusaciones m¨¢s feroces al alcalde, Borja Jauregi. ?C¨®mo creen que debe actuar? R. Debe retomar su papel para pasar a la historia como el alcalde que resolvi¨® de forma pac¨ªfica este problema. Le pedir¨ªa a Jauregi que se ponga a trabajar muy en serio. Todos tenemos que disfrutar de la fiesta y hay que buscar la f¨®rmula. Le instar¨ªa a que deje de incitar, de dar le?a a un fuego muy peligroso.
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