Capitalismo frenado
La globalizaci¨®n, la financiera, est¨¢ siendo cuestionada. Y con ella el modelo de la econom¨ªa de mercado. Hong Kong, Malaisia, Rusia y otros est¨¢n imponiendo l¨ªmites a los movimientos de capitales. Es comprensible. Otros pa¨ªses lo han hecho antes que ellos. Y, sobre todo, resultaba vano imponer la libre circulaci¨®n de capitales a pa¨ªses que no dispon¨ªan de la estructuras m¨ªnimas, econ¨®micas, jur¨ªdicas, fiscales o financieras, para una econom¨ªa que se pueda llamar de mercado. Lo que ha podido, con dificultades y a medias, funcionar en Polonia o Hungr¨ªa no ten¨ªa por qu¨¦ funcionar en Rusia, atrapada en su historia y sus malos h¨¢bitos. Un cierto doctrinarismo ha impulsado a Occidente y al Fondo Monetario Internacional a imponer su modelo, tambi¨¦n para proteger sus inversiones, olvid¨¢ndose quiz¨¢s que faltaban las condiciones para ello o que Espa?a no liberaliz¨® los movimientos de capitales hasta 1991. ?Cansados del capitalismo, los rusos, los indonesios u otros? Pues del que han conocido, en buena parte s¨ª. La sensaci¨®n se expande de Mosc¨² a Kuala Lumpur de que la f¨®rmula del mercado libre ha fracasado. Pero ser¨ªa conveniente, para todos, que evitansen aislados, unilaterales que les privar¨ªan de las necesarias inversiones extranjeras que a¨²n necesitan. Y de sentido del futuro. Rusia tiene una parte importante de su econom¨ªa en r¨¦gimen de trueque y s¨®lo un 8% de los pocos impuestos pagados por las empresas son en dinero. Necesita ese pa¨ªs cierta calma, pero tambi¨¦n cierta medicina fuerte para hacer lo que tiene que hacer, y recuperar el tiempo perdido. Por otra parte, el rapid¨ªsimo desarrollo de algunos pa¨ªses asi¨¢ticos en los ¨²ltimos a?os se ha producido sin unas bases suficientemente s¨®lidas; por ejemplo, en el terreno bancario.El debate, curiosamente, ha partido en primer lugar desde Estados Unidos, quiz¨¢s porque all¨ª se confunda un cierto cansancio de un excepcionalmente largo buen ciclo econ¨®mico con tambi¨¦n un cansancio con su capitalismo o su econom¨ªa de mercado. Robert Knuttner propone llevar la reflexi¨®n del buen mercado a la buena sociedad. Mientras, Europa vive su ascenso al euro, aunque el mundo en su conjunto ha de rebajar sus perspectivas de crecimiento casi a la mitad. Otra cuesti¨®n es si este retroceso de la econom¨ªa de mercado que se empieza a detectar en estos pa¨ªses va a tener efectos en otras partes del mundo; si va a frenar o detener la globalizaci¨®n en curso. Desde luego, para el llamado Occidente, parece que no. Su propia globalizaci¨®n est¨¢ ya lanzada. La tecnolog¨ªa la empuja y la econom¨ªa tambi¨¦n. Hay que evitar que el freno, parcial y probablemente temporal, a la globalizaci¨®n financiera no se traduzca en un retroceso en los avances de la liberalizaci¨®n del comercio mundial. Aunque est¨¦ a¨²n sometido a controles, representa hoy en d¨ªa el 24% del PIB mundial, casi tres veces el de dos d¨¦cadas atr¨¢s en t¨¦rminos relativos, mucho m¨¢s en absolutos, seg¨²n un estudio citado por Business Week. La tentaci¨®n proteccionista, de materializarse, podr¨ªa tener graves efectos pol¨ªticos, sociales y militares en Asia, especialmente si China tira la toalla y acaba devaluando su moneda de modo significativo. La frustraci¨®n social tras a?os de espectacular crecimiento en Asia es colosal.
En el fondo, los productos producidos, como los comprados, empiezan a parecerse mucho, aunque las culturas sean bien diferentes. La globalizaci¨®n podr¨ªa frenarse, pero dif¨ªcilmente desaparecer. Menos a¨²n cuando las telecomunicaciones contribuyen tambi¨¦n a ello. Incluso Arabia Saud¨ª parece decidida a abrirse ahora a Internet.
No obstante, hay precedentes que no resultan alentadores. Entre 1870 y 1913 se vivi¨® una ¨¦poca sin par de libre circulaci¨®n de capitales, bienes, servicios e incluso personas con efectos migratorios importantes. La Gran Guerra acab¨® con todo eso, y el mundo tard¨® varias d¨¦cadas, y varias guerras, en volver a un nivel similar de integraci¨®n.
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