El FBI desmantela una red de esp¨ªas dentro del exilio cubano en Miami

La abierta y particular guerra fr¨ªa que viven Cuba y EEUU desde hace cuatro d¨¦cadas acaba de desembocar en un nuevo y embarullado caso de acci¨®n y esp¨ªas. Siguiendo la mejor tradici¨®n de Graham Greene, el escenario del novel¨®n lo han protagonizado La Habana y Miami, mientras que la trama es del FBI, que acaba de desmantelar una presunta red de 10 agentes de Fidel Castro. Estados Unidos afirma que los esp¨ªas llevaban a?os infiltrados en las organizaciones del exilio.

Los 10 cubanos detenidos, dos mujeres y ocho hombres, permanecen encarcelados en la prisi¨®n federal de Miami sin derecho a fianza en espera de juicio bajo la acusaci¨®n de espionaje, conspiraci¨®n para enviar informaci¨®n militar a un Gobierno extranjero y conspiraci¨®n para defraudar a Estados Unidos. Otros dos imputados en el caso se encuentran en paradero desconocido.Los 10 acusados son: Manuel Viramontes, de 31 a?os; Luis Medina, de 30; Rub¨¦n Campa, de 30; Ren¨¦ Gonz¨¢lez, de 42; Antonio Guerrero, de 29; Alejandro Alonso, de 39; Nilo Hern¨¢ndez-Mederos, de 44, y su mujer Linda Hern¨¢ndez, de 40; y Joseph Santos, de 37, y su mujer, Amarylis Silverio, de 36.

"El Gobierno cubano mand¨® esta red de espionaje para atacar al coraz¨®n del sistema de seguridad nacional. Ten¨ªan mapas y descripciones detalladas de las instalaciones militares, nombres y direcciones de personal militar y actuaban con sistemas sofisticados", declar¨® el fiscal federal Thomas Scott, durante una comparecencia conjunta con el FBI ante la prensa en Miami.

El Gobierno de La Habana, por su parte, no ha dado a¨²n una versi¨®n oficial de los hechos. El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Robaina, dijo ayer que no quer¨ªa ni confirmar ni desmentir la informaci¨®n. "No quiero adelantarme a los acontecimientos", se?al¨®. El canciller cubano se?al¨® que no es la primera vez que se "levantan acusaciones", contra presuntos esp¨ªas cubanos "que luego resultan ser simples campa?as".

Los 10 presuntos esp¨ªas han operado desde comienzos de la d¨¦cada tratando de infiltrarse en tres centros militares estrat¨¦gicos: el Comando Sur de Estados Unidos, situado en Miami; la base de Boca Chica en Key West, y la base de la Fuerza A¨¦rea Mac Dill de Tampa.

En los documentos presentados por los fiscales ante los tribunales, se describen con todo lujo de detalles los m¨¦todos que usaban para enviar informaci¨®n secreta a Cuba: radios, esc¨¢neres, ordenadores, disquetes electr¨®nicos, nombres codificados e identidades falsas.

Todos los presuntos esp¨ªas detenidos llevaban vidas discretas, dispersos por la geograf¨ªa del sur de Florida y ninguno ten¨ªa m¨¢s de 2.000 d¨®lares (unas 300.000 pesetas) en su cuenta bancaria.