Sostiene Savater
Sostiene Savater que "en el PSOE tienen actualmente un muy serio pan pan pan"; es decir, que est¨¢ padeciendo "un contratiempo t¨¦cnico grave, pero a¨²n no desesperado". Y fundamenta esa afirmaci¨®n en la negativa del partido socialista a aceptar la culpabilidad de Jos¨¦ Barrionuevo y Rafael Vera dada por probada por el Tribunal Supremo.Creo que Savater tiene raz¨®n tanto en el pan pan pan como en el porqu¨¦ del mismo. Para un partido pol¨ªtico, no aceptar una decisi¨®n judicial es algo grav¨ªsimo. Cuando ese partido es, adem¨¢s, un partido clave para el funcionamiento del sistema pol¨ªtico, el pan pan pan deja de ser un problema exclusivo del partido para convertirse en un problema general.
En ¨¦sas estamos. La condena e ingreso en prisi¨®n de Jos¨¦ Barrionuevo y Rafael Vera es un problema para el PSOE, pero tambi¨¦n para la sociedad espa?ola, como su tratamiento en los medios de comunicaci¨®n a lo largo de esta semana pasada ha dejado claro de manera rotunda. Si el problema fuera exclusivamente socialista, no habr¨ªa tenido el tratamiento y la repercusi¨®n que ha tenido. La condena e ingreso en prisi¨®n de Barrionuevo y Vera, nos guste o no, es un problema de toda la sociedad espa?ola y no s¨®lo de una parte de ella.
Y es un problema de todos porque el proceso penal que ha conducido a su condena se ha instruido como se ha instruido y la sentencia ha sido la que ha sido. ?Alguien ha discutido la instrucci¨®n y la sentencia que ha acabado conduciendo a la condena del ex director general de la Guardia Civil? ?Alguien ha discutido la instrucci¨®n y la sentencia que en esa misma semana conden¨® al que fuera presidente de la Comunidad Aut¨®noma de Navarra durante ocho a?os? Cuando en un proceso penal la instrucci¨®n se hace por un juez subjetiva y objetivamente imparcial, cuando se respetan las garant¨ªas constitucionales del proceso penal en dicha instrucci¨®n y cuando la actividad probatoria de cargo en la fase del juicio oral destruye la presunci¨®n de inocencia "m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable", la decisi¨®n del ¨®rgano jurisdiccional no es que no la discuta, es que no la puede discutir nadie, excepto, naturalmente, quienes hayan sido condenados. El sentido de justicia que existe de manera difusa en la sociedad impide que pueda ser de otra manera.
Si el caso Marey hubiera sido instruido por un juez cualquiera y se hubieran respetado todas las garant¨ªas constitucionales de los acusados, y si la actividad probatoria en el juicio oral hubiera demostrado la culpabilidad de Barrionuevo y Vera m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable, ?existir¨ªa el problema? ?Podr¨ªa el PSOE negarse a aceptar la evidencia? Si fuera indiscutible que la sentencia, como vienen diciendo el PP, IU, PNV, EA y el Abc y El Mundo, es un "triunfo del Estado de derecho", ?podr¨ªa el PSOE seguir manteniendo que Barrionuevo y Vera son inocentes? La presi¨®n social sobre el PSOE ser¨ªa tan irresistible que no habr¨ªa podido ni esbozar siquiera una actitud de este tipo.
El problema del caso Marey es que su instrucci¨®n no ha sido la instrucci¨®n exigible en un Estado de derecho y que la actividad probatoria en el juicio oral no ha destruido la presunci¨®n de inocencia de Barrionuevo y Vera "m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable". Ah¨ª est¨¢n los votos particulares, que no es que discrepen en la valoraci¨®n de la prueba, sino que dicen que no hay prueba, que lo que los magistrados que han formado la voluntad del tribunal consideran prueba no lo es; y no lo es porque, de acuerdo con la doctrina cient¨ªfica generalmente admitida, es ¨¦sa la conclusi¨®n a la que hay que llegar.
Sin las dudas que existen en la sociedad sobre la instrucci¨®n del caso y el car¨¢cter poco concluyente de la actividad probatoria con base en la cual han sido condenados, nadie, excepto sus familiares y amigos m¨¢s ¨ªntimos, hubiera podido acompa?ar a Barrionuevo y Vera. Y lo habr¨ªan hecho con la cabeza baja, rehuyendo la mirada de los dem¨¢s ciudadanos y los objetivos de los profesionales gr¨¢ficos. No se hubiera podido transmitir por televisi¨®n en directo el ingreso en prisi¨®n de la forma en que se hizo. Ni existir¨ªa la preocupaci¨®n e incluso la congoja que existe respecto de dicho ingreso en prisi¨®n. Esto no lo hubiera podido generar el PSOE, aunque quisiera.
Tengo la impresi¨®n, tras leer tu art¨ªculo, que has interpretado la sentencia y los votos particulares desde un apriorismo que supone la negaci¨®n de los fundamentos en los que descansa el proceso penal en el Estado constitucional. Ese apriorismo es el que expresas en el ¨²ltimo interrogante con el que finalizas el p¨¢rrafo en el que refutas la argumentaci¨®n del PSOE de que Barrionuevo y Vera han sido condenados sin pruebas. Dice as¨ª: "?Acaso alguien ha brindado explicaciones m¨¢s convincentes de lo ocurrido que la versi¨®n aceptada por el Tribunal Supremo?". No s¨¦ si has sido consciente de que con este interrogante te cargas el proceso penal del Estado constitucional y te retrotraes al proceso penal del Antiguo R¨¦gimen como m¨ªnimo.
Porque lo que diferencia al proceso penal del Estado de derecho frente al proceso penal anterior es que los procesados no tienen que dar ning¨²n tipo de explicaci¨®n, ni m¨¢s ni menos convincente, sino que ¨²nicamente tienen que defenderse de las acusaciones que se les hacen. Barrionuevo y Vera no tienen por qu¨¦ dar una explicaci¨®n alternativa a la ofrecida por la sentencia para justificar su inocencia. Porque la inocencia ni se explica, ni se justifica, ni se prueba. La inocencia se posee. Es un derecho subjetivo que tenemos por vivir en una sociedad democr¨¢tica.
?ste, justamente, es uno de los problemas que plantea la sentencia: que no demuestra la culpabilidad, sino que exige de Barrionuevo y Vera que demuestren su inocencia. Una sentencia condenatoria no puede descansar en una explicaci¨®n plausible o veros¨ªmil, sino en pruebas objetivas y contrastables. A nadie se puede condenar porque no "d¨¦ una explicaci¨®n m¨¢s convincente" que la que haya podido formarse el tribunal. Sin esto, Fernando, volvemos al proceso penal del Antiguo R¨¦gimen o todav¨ªa m¨¢s lejos.
Por eso tenemos el problema que tenemos y por eso no es un problema exclusivamente del PSOE, aunque al PSOE le afecte m¨¢s que a los dem¨¢s. Tenemos en la c¨¢rcel a dos ciudadanos tras un proceso cuya instrucci¨®n ha sido, cuando menos, irregular y tras una actividad probatoria que dista mucho de ser concluyente y de destruir la presunci¨®n de inocencia "m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable". Si no hubiera ninguna duda en la sociedad, ?estar¨ªamos donde estamos y aceptar¨ªa la sociedad que el PSOE pudiera reaccionar como lo est¨¢ haciendo? En la pregunta est¨¢ la respuesta.
Por lo dem¨¢s, estoy de acuerdo contigo en la cuesti¨®n del in
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dulto. Aunque ir¨ªa m¨¢s lejos. Si yo estuviera convencido de que Barrionuevo y Vera han sido condenados con pruebas y que la sentencia ha destruido su presunci¨®n de inocencia "m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable", me opondr¨ªa al indulto, aunque lo pidieran. Si Barrionuevo y Vera han hecho lo que la sentencia da por probado que han hecho, entonces su sitio es la c¨¢rcel. Habr¨ªan traicionado la confianza depositada en ellos por la sociedad espa?ola y habr¨ªan contra¨ªdo una deuda que tendr¨ªan que saldar. Tendr¨ªan que tener derecho a los beneficios penitenciarios que la legislaci¨®n contempla y nada m¨¢s. Si la sentencia fuera indiscutiblemente un triunfo del Estado de derecho, ?por qu¨¦ el indulto?
Lo que ocurre es que, tras haber le¨ªdo tres veces la sentencia y los votos particulares, cada vez estoy m¨¢s convencido de la inocencia de Barrionuevo y Vera y cada vez estoy m¨¢s de acuerdo con su decisi¨®n de no solicitar el indulto.
No solicitar el indulto es la ¨²nica forma que tienen Barrionuevo y Vera de afirmar su dignidad. La sociedad espa?ola a trav¨¦s de la sentencia del Tribunal Supremo no s¨®lo los ha condenado a la p¨¦rdida de libertad y a la inhabilitaci¨®n absoluta, sino que los ha equiparado a los dem¨¢s condenados. Los ha estigmatizado oficialmente a todos por igual como personas indignas. La ¨²nica diferencia que hay entre Barrionuevo y Vera y los dem¨¢s condenados es que los primeros mantienen la convicci¨®n de su inocencia y los segundos no. Lo ¨²nico que la sociedad no ha podido quitarle a Barrionuevo y Vera es la convicci¨®n de su inocencia. Todo lo dem¨¢s se lo ha quitado.
?sta es la raz¨®n por la que Barrionuevo y Vera no pueden pedir el indulto. En el momento en que lo soliciten, Barrionuevo y Vera habr¨¢n perdido el ¨²nico elemento de dignidad personal que les queda. A partir de ese momento, no s¨®lo ser¨¢n oficialmente personas indignas, sino que pasar¨¢n a serlo tambi¨¦n a sus propios ojos. Ya no ser¨¢ la sentencia la que los habr¨¢ equiparado a Amedo y Damborenea. Ser¨¢n ellos, por voluntad propia, los que se habr¨¢n equiparado. Aunque siguieran proclamando su inocencia, la equiparaci¨®n se habr¨ªa producido. Y esto Barrionuevo y Vera no lo podr¨¢n aceptar jam¨¢s.
Y no lo podr¨¢n aceptar porque si lo hicieran no podr¨ªan volver a mirar a la cara a su mujer y a sus hijos, tendr¨ªan que bajar los ojos cuando se crucen por la calle con cualquiera de sus conciudadanos, no tendr¨ªan autoridad para hablar sobre nada, tendr¨ªan que vivir con la conmiseraci¨®n de los dem¨¢s, etc¨¦tera. Su petici¨®n de indulto ser¨ªa su muerte civil. La compra de la libertad a ese precio ser¨ªa mucho peor que la condena que se les ha impuesto. El indulto s¨®lo puede ser aceptado por ellos, si es concedido como reparaci¨®n por la injusticia que con ellos se ha cometido. Y as¨ª no es f¨¢cil que se les conceda.
Estoy, en consecuencia, de acuerdo contigo, Fernando, en que estamos en un pan pan pan. El PSOE m¨¢s que los dem¨¢s. Pero quienes no somos del PSOE tambi¨¦n. La condena e ingreso en prisi¨®n de Barrionuevo y Vera afecta al sentido de la justicia en el que descansa la convivencia. Y el sentido de la justicia no puede ser objeto de transacci¨®n, como la tarifa tributaria, la semana laboral de las treinta y cinco horas, el n¨²mero de medicamentos que quedan excluidos de la financiaci¨®n por la Seguridad Social, o lo que sea. El sentido de justicia se comparte o no se comparte. Es una premisa inescindible de la convivencia pac¨ªfica. Cuando no se comparte estamos ante una falla profunda que no puede no acabar afectando a la estabilidad del edificio. En mi opini¨®n, esto es lo que est¨¢ pasando. Y la lectura de tu art¨ªculo ha venido a confirm¨¢rmelo. Te llevo leyendo desde siempre y siempre con placer y casi siempre con un alto grado de coincidencia. Tu art¨ªculo del s¨¢bado me produjo una tristeza inmensa. Es posible que a ti te pasara lo mismo con mi columna del viernes. Discrepamos radicalmente nada menos que en el sentido de la justicia que debe presidir la convivencia. Lo que a ti te parece bien, a m¨ª me parece una monstruosidad y a la inversa. Tengo la impresi¨®n de que esto est¨¢ pasando de manera bastante generalizada en la sociedad espa?ola. Me temo que estamos ante se?ales de una fractura social, que sabemos c¨®mo ha empezado, pero no c¨®mo puede terminar.
Javier P¨¦rez Royo es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla.
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