La incandescencia de Alvaro del Amo
?lvaro del Amo (Madrid, 1942) ha titulado su ¨²ltimo libro Incandescencias. "Me gusta la palabra porque tiene las dosis suficientes de claridad y ambig¨¹edad", explica el autor. "Puede referirse a un fuego oculto, a una inquietud, a un misterio, a algo que se mantiene... y me interesaba descubrir esa inquietud bajo las peripecias cotidianas de los diez cuentos del libro".
Del Amo, guionista y dramaturgo, director de cine y teatro, public¨® su primera novela, Mutis, en 1980. Elogiado por la cr¨ªtica, con su ¨²ltima novela, El horror, fue finalista del Premio Herralde.
"Me apetec¨ªa un cambio de registro y por eso me puse a escribir cuentos", dice. "Quer¨ªa probar estilos distintos y eso te lo permite el relato, que es la narraci¨®n por excelencia, en la que no puede sobrar ni faltar nada".
En unos d¨ªas en que el cuento parece vivir una nueva primavera (Plaza y Jan¨¦s acaba de lanzar una colecci¨®n espec¨ªfica, dirigida por Ana Mar¨ªa Moix), Anagrama lanzar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas otros cuatro t¨ªtulos de relatos, bajo el lema conjunto A favor del cuento. Se trata de Los cuentos que cuentan, una antolog¨ªa de J. A. Masoliver y F. Valls; Trilog¨ªa sucia de La Habana, del cubano Pedro Juan Guti¨¦rrez; La gran novela sobre Barcelona, de Sergi P¨¤mies, y Grafomaquia, de Miquel de Palol.
"La novela permite imperfecciones, mientras que el cuento tiene que ser perfecto", apunta el editor Jorge Herralde.
Del Amo se permite en Incandescencias escribir cuentos muy distintos, desde simples esbozos a cartas cruzadas o descripciones a partir de apuntes de la realidad. "El arranque de los cuentos surge del entorno, de personajes extra?os que me cruzaba, como los fruteros que hablaban en M¨²nich de "una lechuga interesante". En otras ocasiones, Del Amo parte de imaginar, como sucede en 'En el camerino', la agitada vida de un director de orquesta. En 'Eleg¨ªa por un tatarabuelo', el registro cambia de nuevo y la narraci¨®n se presenta desde el punto de vista de una adolescente.
"El humor y la iron¨ªa son b¨¢sicos en los cuentos", opina ?lvaro del Amo, "ya que el problema de la literatura es a menudo que parte de una excesiva seriedad".
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