La bisagra
MIGUEL ?NGEL VILLENA Los liberales alemanes llevan varias d¨¦cadas benefici¨¢ndose del poder, es decir, a la sopa boba de la Democracia Cristiana que gobierna Helmut Kohl. Ocupan ministerios como el de Exteriores como si se tratara de una finca o de un patrimonio heredado. Apenas superan el 5% en las consultas electorales, pero sus votos siempre resultan necesarios. Cuando llegan las elecciones, los liberales siempre emplean la misma t¨¢ctica: se apuntan todos los tantos y le adjudican a los democristianos todos los errores. En Alemania suelen llamarlos oportunistas, en plan suave, o directamente par¨¢sitos en un lenguaje m¨¢s duro. En el argot period¨ªstico se conoce a este tipo de partidos como la bisagra. El ¨²nico truco que no emplea este peque?o partido alem¨¢n es culpar de todo a la capital porque en un estado federal invitar¨ªa a la carcajada y m¨¢s en una ciudad como Bonn conocida cari?osamente como la aldea federal. Uni¨®n Valenciana utiliza a la perfecci¨®n el invento de la bisagra. Gobierna desde hace tres a?os en la Generalitat con un partido conservador, pero ellos no son ni de derechas ni de izquierdas. Integran un Ejecutivo con competencias plenas en muchas materias, pero ?qu¨¦ curioso! las responsabilidades siempre las tienen en Madrid o en Bruselas, ciudades lejanas que aparecen como perfectas para encarnar todos los males que sufrimos los valencianos. Esquizofr¨¦nico como pocos este partido no ha dejado nunca de jugar con dos barajas. Gobierno y oposici¨®n a un tiempo, cuando se acercan las elecciones este partido ha de practicar equilibrios en la cuerda floja para definir sus siempre ambiguas posturas. Pero ahora, desarmado en parte el conflicto de la lengua, esta bisagra puede quedarse sin espacio porque el riesgo que corre es que sus electores se cansen de darle su apoyo para que al final de la corrida acaben haciendo la misma pol¨ªtica del PP. Pendientes una vez m¨¢s del 5% para entrar en las Cortes Valencianas, muchos nos alegrar¨ªamos si explicaran en qu¨¦ se diferencia su actuaci¨®n en la Generalitat de la pol¨ªtica que ha desarrollado Eduardo Zaplana.
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