"Estamos en el umbral definitivo de la paz y no podemos perderla"
La cita hab¨ªa sido concertada de antemano con la idea de hacer un balance de los casi 14 a?os de permanencia de Jos¨¦ Antonio Ardanza al frente del Gobierno vasco. Sin embargo, el anuncio, la v¨ªspera, de la tregua de ETA alter¨® su enfoque y contenido.Pregunta. ?Qu¨¦ sinti¨® al conocer el comunicado?
Respuesta. Sobre todo, una satisfacci¨®n enorme. Al primero que llam¨¦ fue a Juan Mar¨ªa Atutxa. Le dije: "Juan Mari, menudo peso que nos quitamos todos". ?l, porque de hecho estaba condenado a muerte por ETA. Pero tambi¨¦n pens¨¦ en toda la gente que en este pa¨ªs va a poder dormir tranquila, sin tener que mirar debajo del coche o vigilar su espalda. Y la siguiente reacci¨®n fue rogar por que nadie, por enrocarse en su postura, frustre esta situaci¨®n; que seamos por una vez generosos, que nos olvidemos de lo que se haya podido decir hasta las nueve de la noche de ayer y que con este hecho encima de la mesa consolidemos un proyecto de futuro desde la paz, desde la normalidad y con la participaci¨®n de todos.
P. ?Considera, entonces, que este paso dado por ETA es de alguna manera irreversible?
R. Tengo la convicci¨®n de que lo es. Quien quiera darle un cariz electoralista a la tregua no tiene ni idea de las claves de comportamientos de ETA. Todas las elecciones que ha habido en los ¨²ltimos 20 a?os le han tra¨ªdo a ETA sin cuidado.
P. Pero en el pasado s¨ª ha habido experiencias de tregua que se han frustrado.
R. Ninguna anterior ha sido como ¨¦sta. Nunca ETA ha hecho un alto el fuego indefinido, y sin condiciones, de forma unilateral. No es como en Argel, donde hab¨ªa una negociaci¨®n con el Gobierno. Para m¨ª, es un paso irreversible.
P. ?Qui¨¦n asegura que, como en otros momentos cruciales, no vaya a producirse una escisi¨®n en ETA y una vuelta a empezar?
R. Ese riesgo cabe te¨®ricamente. No hay ninguna garant¨ªa en ese sentido. Supongo que, antes de dar este paso, habr¨¢n tomado las medidas correspondientes, pero yo no s¨¦ si pueden controlar a todo el mundo. Tampoco el IRA lo pudo hacer. Lo que s¨ª me preocupa es que de alguna parte surjan manos negras, como ha sucedido en otros momentos cruciales. Crucemos los dedos.
P. ?No le preocupa que ETA se quede como ente tutelar armado del proceso, como sugiere en algunos p¨¢rrafos de su comunicado?
R. No, no. Entiendo que es un alto el fuego sin condiciones. Adem¨¢s, es que ni siquiera exige nada a Madrid, sino que apela al mundo nacionalista.
P. Pero no se refiere s¨®lo a la comunidad aut¨®noma vasca, sino tambi¨¦n a Navarra y al Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, donde el nacionalismo no es mayoritario.
R. Pues claro: se habla de la unidad territorial. Es que ser¨ªa iluso esperar que ETA anuncie que deja las armas y renuncie expresamente a lo que ha defendido durante 40 a?os. ?Alguien esperaba que pudiera hacer un comunicado distinto a ¨¦ste? De alguna forma, es su testamento para su gente.
P. ?Qu¨¦ factores cree que han llevado a la organizaci¨®n terrorista a tomar esta decisi¨®n?
R. Ser¨ªa mezquino que cada uno intentara atribuirse el m¨¦rito de esto. En un tema tan complejo, a estas situaciones se llega por nada en particular y por todo en general. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s haya podido influir? Todo. Evidentemente, el proceso del Ulster, la presi¨®n policial me imagino que tambi¨¦n. Pero m¨¢s, probablemente, el tomar conciencia clara de que la sociedad de este pa¨ªs hab¨ªa mostrado un rechazo beligerante a la violencia y le estaba diciendo de forma clamorosa "basta ya", que todo esto provocaba deserciones en sus filas y el hecho de convencerse definitivamente de que en democracia lo m¨¢s eficaz para obtener los objetivos pretendidos por cada cual es la pol¨ªtica. Y que estamos en las puertas del siglo XXI, Dios m¨ªo.
P. ?Cu¨¢l es el momento en que su partido, el PNV, calibra que los movimientos en el complejo HB-ETA pueden ir en serio y se lanza a explorarlos?
R. Antes que nada, lo que ve mi partido es que los procesos normales no van por donde ten¨ªan que ir. Es lo que me pas¨® el 17 de marzo pasado, cuando vi que por la v¨ªa de la Mesa de Ajuria Enea no hab¨ªa nada que hacer. Y lo digo con una enorme pena. Cuando plante¨¦ mi propuesta de paz [el llamado plan Ardanza], mi obsesi¨®n era que ten¨ªamos que ser los dem¨®cratas quienes lider¨¢ramos la paz. Por eso me negu¨¦ a propon¨¦rsela a HB. Pero, una vez m¨¢s, el PP rompi¨® el acuerdo generalizado de la Mesa. Y en esa reuni¨®n la mayor¨ªa dijo que no iban a quedarse de brazos cruzados a ver cu¨¢ndo ven¨ªa la paz por la v¨ªa policial, en la que no creemos. Ah¨ª empieza el proceso.
P. Sin embargo, meses antes, el PNV hab¨ªa comenzado ya las reuniones con miembros de la nueva Mesa Nacional de HB.
R. Es normal que cuando se renueva la direcci¨®n de un partido se establezcan contactos, y en este caso s¨ª se apreciaron algunos cambios de lenguaje. Pero que quede claro que el cambio del PNV se produjo porque vio bloqueado el camino de la Mesa de Ajuria Enea. Por eso me apena que al PP y el PSOE este proceso les haya cogido con el pie cambiado.
P. ?Y en qu¨¦ momento percibe que puede producirse la tregua?
R. Cuando en agosto se hacen determinados pronunciamientos empezamos a ver la luz. Aunque el ¨²ltimo encaje es la reuni¨®n de Lizarra [Estella], donde se visualiza un contexto sociol¨®gico amplio que llega hasta lo m¨¢s que pod¨ªa llegar y que le dice a ETA, aunque de forma muy alambicada, que pare.
P. ?Qu¨¦ hay que hacer ahora?
R. Primero, calma. Olvid¨¦monos de medallas, del momento electoral, y veamos con seriedad c¨®mo podemos ir consolidando este proceso. Y si es preciso abrir un par¨¦ntesis hasta el 26 de octubre hag¨¢moslo. Debemos estar todos a la altura del momento que estamos viviendo. Yo s¨ª creo que ¨¦ste es un momento hist¨®rico, que estamos en el umbral definitivo de la paz, y no podemos desaprovecharlo porque tengamos dentro de un mes elecciones.
P. ?Y para ello no ser¨ªa necesario que los partidos se reunieran y estudiaran c¨®mo gestionar esta nueva situaci¨®n?
R. Puede ser que s¨ª o que no. En cualquier caso, hay que hacerlo con discreci¨®n. Tengamos calma, incluso para convocar o no la Mesa de Ajuria Enea. Sopesemos las cosas, pero no a trav¨¦s de los peri¨®dicos.
P. En cualquier caso, ?no le parece urgente que el Gobierno del PP, el PSOE y el PNV pongan en com¨²n sus opiniones sobre esta cuesti¨®n?
R. Pues s¨ª. Pero este a?o intent¨¦ durante dos meses que esta tripleta funcionara y, al final, ?qui¨¦n la rompi¨®? Yo no puedo obligar a los partidos a hacer lo que no quieren hacer.
P. ?C¨®mo cree que pueden sumarse el PP y el PSOE en este proceso?
R. Van a tener que cambiar de chip, darse cuenta de que se abre un escenario distinto. Hasta ahora se dec¨ªa desde el PP que todo es posible sin el chantaje de las armas: pues, se?ores, ha desaparecido el chantaje de las armas. Quiz¨¢ sea muy precipitado hablar de esto a las pocas horas del comunicado, pero todos tenemos que hacer un esfuerzo para avanzar hacia una sociedad normalizada.
P. Aceptando que se ha dado un avance, ?cu¨¢les ser¨ªan los siguientes pasos hacia la paz en Euskadi?
R. Si hay un compromiso de no utilizaci¨®n de la lucha armada, lo que debe haber es una apertura pol¨ªtica total, sin miedos ni complejos. Y, especialmente, respetar la voluntad mayoritaria de los ciudadanos vascos, que es lo que se planteaba en el llamado plan Ardanza.
P. ?Pero cu¨¢l es esa voluntad y sobre qu¨¦ se expresa?
R. Bien, de acuerdo, para eso tenemos un Parlamento. Por eso pido que a partir del 26 de octubre, cuando tendremos toda la representaci¨®n genuina de este pa¨ªs, y al no haber violencia, ya no se pueda decir si este partido es o no democr¨¢tico. Miremos para adelante. En las elecciones del d¨ªa 25 se decantar¨¢n los deseos y las voluntades pol¨ªticas: resp¨¦tese eso.
P. Va a dejar la presidencia del Gobierno vasco despu¨¦s de 14 a?os. ?Puede hacerle replantear este proceso su decisi¨®n de abandonar la pol¨ªtica activa?
R. No, no. Adem¨¢s, si antes marchaba con la conciencia tranquila, como dije al convocar las elecciones, en estos momentos marcho mucho m¨¢s tranquilo. Es el mayor regalo que pod¨ªa esperar para el final de mi mandato. Vienen nuevos tiempos y nuevas personas. A m¨ª me ha tocado gestionar la violencia y al que llegue despu¨¦s le tocar¨¢ la tarea m¨¢s ilusionante de gestionar la paz.
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