No apta para cin¨¦filos
Si se cuenta usted entre los tiquismiquis que ponen el grito en el cielo si alguien come palomitas en el cine, no acuda a una proyecci¨®n de The Rocky Horror Picture Show. Esta pel¨ªcula de culto atrae tras de s¨ª a una legi¨®n de seguidores fan¨¢ticos que convierten cada proyecci¨®n en una experiencia interactiva que incluye lanzamiento de rollos de papel higi¨¦nico, lluvia de arroz, batallas de pistolas de agua e insultos a voz en grito. El jueves por la noche, la presentaci¨®n en Alicante del filme abarrot¨® una de las salas de los minicines Astoria, que se convirti¨® en el escenario de una catarsis colectiva donde casi todo estuvo permitido. La pel¨ªcula fue un fracaso absoluto cuando se estren¨® en Londres en 1975. Basada en un musical brit¨¢nico, The Rocky Horror Show, la cinta fue escrita y dirigida por Jim Sharman, quien seguramente jam¨¢s podr¨ªa haber imaginado que el pastiche que hab¨ªa creado se convertir¨ªa en una especie de juego de rol en el que el p¨²blico se involucra de modo casi enfermizo. El milagro se obr¨®, como no pod¨ªa ser de otra manera, en Estados Unidos. Pese a que el estreno fue tambi¨¦n all¨ª un fiasco, los exhibidores de ciudades como Nueva York se dieron cuenta de que -una vez fue relegada a las sesiones golfas- el p¨²blico que acud¨ªa a ver la cinta estaba formado, b¨¢sicamente, por las mismas personas. Adem¨¢s, los feligreses del culto a Rocky Horror sol¨ªan ataviarse como los personajes de la pel¨ªcula y comenzaban a a?adir al filme ideas de su propia cosecha. En algunas salas de este pa¨ªs y del Reino Unido, el filme se proyecta en estas sesiones de madrugada ininterrumpidamente desde 1976. Tanto en gui¨®n como en realizaci¨®n, la pel¨ªcula deja bastante que desear. Embadurnada de una est¨¦tica kitsch muy propia de mediados de los setenta, cuenta la historia de una pareja de prometidos v¨ªrgenes -Brad Majors y Janet Weiss- a los que se les pincha la rueda del coche en medio de una tormenta y deben buscar refugio en una l¨²gubre mansi¨®n. All¨ª habita el doctor Frank"n"Further, un travestido histri¨®nico y tirano que rige con mano dura los designios de los habitantes de la morada, entre los que se cuenta, c¨®mo no, un mayordomo jorobado que es uno de los personajes m¨¢s carism¨¢ticos de la cinta y responde al nombre de Riff Raff. Frank"n"Further, interpretado con maestr¨ªa por Tim Curry, crea un ser cuya belleza y musculatura es inversamente proporcional a la cantidad de su masa encef¨¢lica: el Rocky Horror que da nombre a la pel¨ªcula. Por cierto, que todos ellos son alien¨ªgenas procedentes del planeta Transexual de la galaxia Transilvania, de ah¨ª el glamour que se respira, sobre todo, en los coloristas n¨²meros musicales. ?De d¨®nde procede, entonces, el ¨¦xito? Francisco Huesca, gerente de los cines Astoria y promotor del estreno, se?ala que "es uno de esos extra?os casos en los que surge la qu¨ªmica entre el filme y el p¨²blico, sin que se sepa muy bien por qu¨¦". En este caso, la mezcla es explosiva. En la primera escena, en la que tiene lugar una boda, el p¨²blico lanza arroz. Al entrar en escena el repulsivo Dr. Scott, vuela el papel higi¨¦nico. Toda vez que Brad o Janet -Susan Sarandon en uno de sus primeros papeles- muestran su mojigater¨ªa en la pantalla, se desata una chiller¨ªa llena de insultos. Para la proyecci¨®n, Huesca cont¨® con la colaboraci¨®n de los miembros del club de fans del Rocky Horror Picture Show, que tiene su sede en la Universidad de Alicante. Aparecieron disfrazados de los personajes de la pel¨ªcula y, aunque su misi¨®n era animar y guiar al p¨²blico, apenas tuvieron que intervenir, porque muchos se tra¨ªan la lecci¨®n aprendida. Las 270 personas -las 175 que obtuvieron butaca y las 95 con "silla de moqueta" a precio reducido- quedaron satisfechas con la experiencia. Tambi¨¦n Huesca, que pretende recuperar el verdadero esp¨ªritu de las sesiones golfas.
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