Tregua y opini¨®n

NO ES sorprendente que la tregua de ETA sea vista con m¨¢s esperanza en Euskadi que en el resto de Espa?a. El sondeo de urgencia publicado ayer por este peri¨®dico ha venido a ratificar esta percepci¨®n diferente de un hecho que ha tenido enorme impacto en todo el pa¨ªs. Puesto que los vascos padecen de manera m¨¢s inmediata la amenaza del terrorismo, es natural que por encima de otras consideraciones valoren cualquier iniciativa que alivie esa tensi¨®n. Una tregua de ETA es bien vista por quienes nada ten¨ªan que temer -porque se hab¨ªan adaptado m¨¢s o menos-, pero sobre todo por quienes hab¨ªan resistido a la imposici¨®n violenta y no se sent¨ªan a cubierto. La suma de ambos grupos da ese 73% de vascos esperanzados. En el resto del territorio domina el escepticismo y no faltan motivos para ello.El sondeo incluye tambi¨¦n algunas reacciones m¨¢s sorprendentes. Por ejemplo, que los ciudadanos que consideran que el Estatuto de Gernika es un instrumento a¨²n v¨¢lido, no agotado, son m¨¢s numerosos en el Pa¨ªs Vasco (51%) que en el resto de Espa?a (34%). Ello significa seguramente que esa negativa percepci¨®n exterior se ve condicionada por el desapego mostrado por los pol¨ªticos nacionalistas en sus declaraciones; pero los propios vascos no lo ven as¨ª. Uno de los debates que plantea la nueva situaci¨®n es si los cambios en el marco pol¨ªtico que propugnan con diversa intensidad los partidos nacionalistas corresponden a una demanda real de la sociedad vasca o al hecho de que ETA haga depender de ello el abandono definitivo de la violencia.

El sondeo ofrece alg¨²n indicio. Por ejemplo, hay una diferencia de 20 puntos entre quienes consideran que la autodeterminaci¨®n es "un problema prioritario" (39%) y quienes se muestran dispuestos a aceptar "un cambio en la Constituci¨®n espa?ola que reconociese el derecho de autodeterminaci¨®n" (59%) a cambio de que ETA abandone definitivamente las armas.

Del conjunto de las respuestas se desprende que lo que ocupa a los pol¨ªticos no coincide necesariamente con lo que preocupa a los ciudadanos y a menudo invocan en vano la supuesta voluntad del pueblo para poner en pr¨¢ctica decisiones que s¨®lo a ellos interesan. La encuesta peri¨®dica que el Gobierno de Vitoria realiza desde hace a?os sobre las preocupaciones prioritarias de los vascos indica sistem¨¢ticamente que el terrorismo es, junto con el paro, una de las dos preocupaciones esenciales; mientras que el "desarrollo del Estatuto" y "el logro de las aspiraciones de autogobierno" figuran siempre entre los tres problemas percibidos como menos acuciantes sobre una lista de 16 cuestiones.

Resulta sorprendente -aunque el dato ya hab¨ªa sido revelado por otros estudios anteriores- que haya m¨¢s vascos dispuestos a aceptar que se cambie la Constituci¨®n y el Estatuto que a amnistiar a los presos de ETA. Sorprendente, porque sin duda ser¨ªa m¨¢s viable sacar a los presos que emprender unas reformas legales de dudosa legitimidad democr¨¢tica -en la medida en que una minor¨ªa impusiera sus puntos de vista a la mayor¨ªa- y que requerir¨ªan un consenso dif¨ªcilmente alcanzable.

Pero, m¨¢s all¨¢ de las conclusiones que arroje este sondeo de urgencia, estamos en una situaci¨®n en la que los pol¨ªticos, en primer lugar el Gobierno, no pueden limitarse a esperar acontecimientos ni tampoco quemar etapas mientras no haya indicios firmes de que la tregua indefinida puede convertirse en definitiva. El Gobierno tiene indicios consistentes de que hay una oportunidad real de que sea as¨ª. Y debe emplearse a fondo para conseguirlo. La declaraci¨®n de Aznar desde Lima se?ala el buen camino, que no es otro que el de una acci¨®n concertada de todos los partidos democr¨¢ticos para explorar las v¨ªas que contribuyan a una paz duradera. El hecho mismo de que el presidente Aznar se encaminara ayer directamente desde el aeropuerto a la Zarzuela, para entrevistarse con el Rey, transmite a los ciudadanos sin necesidad de mayores explicaciones el mensaje de que nos encontramos ante una situaci¨®n excepcional.

La ausencia de atentados debe permitir a todos los partidos abrir un debate en profundidad que no reh¨²ya ninguna cuesti¨®n. Como ha recordado el lehendakari Ardanza, puede haber llegado el momento de abrir el proceso de di¨¢logo contemplado en el art¨ªculo 10 del Pacto de Ajuria Enea para el momento en que exista una "voluntad inequ¨ªvoca" de ETA de renunciar a la violencia. Pero ese mismo texto establece la regla de la mayor¨ªa democr¨¢tica para cualquier acuerdo de naturaleza pol¨ªtica. Ser¨ªa inaceptable primar a quienes cargan m¨¢s de 800 muertes sobre sus espaldas.