Una pel¨ªcula radiada por 3.500 espectadores
Banderas conquista al p¨²blico donostiarra
"Oh, my God. Oh my God". Antonio Banderas se llev¨® las manos a la cabeza al pisar el escenario del vel¨®dromo de Anoeta la noche del s¨¢bado. Las gradas estaban abarrotadas de espectadores que no quisieron perderse la oportunidad de asistir el estreno de la pel¨ªcula La m¨¢scara de ElZorro, de Martin Campbell en pantalla gigante. No era para menos. 3.500 personas rend¨ªan tributo al m¨¢s internacional de los actores espa?oles. La ocasi¨®n invitaba a hacer teatro, y a Banderas, la inmensa sala se le qued¨® peque?a. Brind¨® al p¨²blico donostiarra todo un espect¨¢culo, le regal¨® mucho de la magia de Hollywood.Lleg¨® plet¨®rico del Teatro Victoria Eugenia, despu¨¦s de entregar a su compa?ero de reparto en esta pel¨ªcula, Anthony Hopkins, el premio Donostia. No se traslad¨® en avi¨®n desde el cuartel general del Festival hasta el vel¨®dromo. Pero al igual que hace el Papa cuando aterriza se arrodill¨®, bes¨® el suelo y levant¨® de sus asientos a un p¨²blico completamente entregado. Minutos antes se o¨ªan comentarios sobre la tregua de ETA, sobre la bandera de la Concha de regatas que se disput¨® entre semana y sobre el futuro Palacio de Congresos del Kursaal. Pero a partir de entonces, s¨®lo aplausos y gritos de "Antonio, Antonio!"
"No tengo ning¨²n discurso preparado...". Pero con discurso o sin ¨¦l, el actor call¨® al p¨²blico de Anoeta. "Hace 16 a?os", record¨®, "vine a San Sebasti¨¢n con Laberinto de pasiones, de Pedro Almod¨®var. Gracias a esta pel¨ªcula -dijo con nostalgia- pude trabajar nueve a?os m¨¢s con ¨¦l y eso fue lo que me abri¨® el camino hacia el mercado internacional".
Maestro de ceremonias
Banderas hab¨ªa reconocido previamente que no acaba de acostumbrarse a trabajar para el p¨²blico de Oklahoma. Pero todav¨ªa no hab¨ªa halagado al donostiarra. "Ten¨ªa miedo", dijo, "de venir hoy aqu¨ª. Porque la audiencia de San Sebasti¨¢n realmente entiende de cine".Banderas ejerci¨® de protagonista y maestro de ceremonias al mismo tiempo. Aprovech¨® para realizar una breve presentaci¨®n de La m¨¢scara de El Zorro que iba a ser presentada a continuaci¨®n. "El productor, frente a la alta tecnolog¨ªa, quer¨ªa realizar una pel¨ªcula de capa y espada, al estilo de las que se hac¨ªan en los a?os cuarenta". Y el p¨²blico tuvo entonces la oportunidad de conocer a David Foster, que acompa?¨® en el escenario al actor.
"Banderas", dijo Foster, "es un digno representante del cine espa?ol en Hollywood. All¨ª todo el mundo le quiere". Por el escenario desfil¨® tambi¨¦n el director de la pel¨ªcula Martin Campbell, tras la llamada con acento americano de Banderas. "Gabon" (Buenas noches), salud¨®. Los espectadores no pudieron reprimir sus risas, que s¨®lo se interrumpieron cuando Catherine Zeta-Jones hizo su entrada triunfal en el escenario, vestida de negro para bailar junto a Banderas.
El t¨®pico de que el p¨²blico donostiarra es distante y fr¨ªo volvi¨® a deshacerse en Anoeta. All¨ª hay licencias para todo. El comentario reiterado de Banderas y Hopkins de que La m¨¢scara de El Zorro es una pel¨ªcula de palomitas, qued¨® absolutamente refrendado. Pero no s¨®lo eso, no s¨®lo se pueden abrir las bolsas sin recibir la censura del espectador de la grada vecina, tambi¨¦n se tolera el humo del tabaco, los aplausos y las exclamaciones durante la proyecci¨®n. Anoeta radi¨® La m¨¢scara de El Zorro. Scorsese dijo en una ocasi¨®n que el Vel¨®dromo es la mejor sala del mundo. Impresiona la pantalla gigante, pero sorprende a¨²n m¨¢s la receptividad del p¨²blico. Y m¨¢s si se le da lo que quiere al comienzo; un poco de espect¨¢culo. El s¨¢bado hab¨ªa ni?os con m¨¢scaras, pero tambi¨¦n mayores desenmascarados que dieron calor a este pase de Anoeta.
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