La Tercera V¨ªa, una democracia social moderna
La Tercera V¨ªa es un camino de renovaci¨®n y ¨¦xito para la moderna democracia social. No se trata ¨²nicamente de un compromiso entre la izquierda y la derecha. Persigue adoptar los valores esenciales del centro y del centro-izquierda y aplicarlos a un mundo de cambios econ¨®micos y sociales libre del peso de una ideolog¨ªa obsoleta.El reto al que hemos de hacer frente es formidable: la globalidad de los mercados, la persistencia de la pobreza y de la marginaci¨®n social, una delincuencia en aumento, el desmoronamiento de la familia, el papel cambiante de la mujer, la revoluci¨®n tecnol¨®gica y del mundo del trabajo, la hostilidad de la sociedad hacia la pol¨ªtica y las demandas de una reforma democr¨¢tica m¨¢s profunda, y un amplio abanico de asuntos medioambientales y de seguridad que reclaman una acci¨®n internacional.
Los ciudadanos buscan un rumbo. Quieren saber c¨®mo adaptarse y prosperar, c¨®mo generar estabilidad y seguridad en este mundo de cambios. Abrazan los tradicionales valores del centro-izquierda de solidaridad, justicia social, responsabilidad y oportunidades. Pero son conscientes de que debemos ir, de forma decidida, m¨¢s all¨¢ de los modos de pensamiento superados. M¨¢s all¨¢ de una izquierda tradicional preocupada por el control del Estado, las elevadas cargas impositivas y los intereses de los productores; y de una nueva derecha librecambista que postula que un individualismo de miras estrechas y la fe en la libertad de los mercados son la respuesta a todos los problemas.
La Tercera V¨ªa supone una nueva l¨ªnea dentro del centro-izquierda. La izquierda del siglo XX ha estado dominada por dos corrientes: una izquierda fundamentalista que ve¨ªa el control del Estado como un fin en s¨ª mismo y una izquierda m¨¢s moderada que aceptaba esa direcci¨®n b¨¢sica, pero estaba a favor del compromiso. La Tercera V¨ªa es una reevaluaci¨®n seria, que extrae su vitalidad de unir las dos grandes corrientes de pensamiento del centro-izquierda -el socialismo democr¨¢tico y el liberalismo- cuyo divorcio durante este siglo contribuy¨® tan claramente a debilitar la pol¨ªtica de signo progresista a lo largo y ancho de Occidente.
La antigua izquierda y la renovada derecha han adoptado, y contin¨²an adoptando, distintas formas en Europa. No existe un modelo ¨²nico de Tercera V¨ªa, pero los partidos progresistas europeos comparten valores comunes y todos nos estamos adaptando para responder a los retos.
Durante sus muchos a?os en la oposici¨®n, el Partido Laborista Brit¨¢nico fue percibido -si bien injustamente- como el partido del gran gobierno, de las nacionalizaciones, contrario al esp¨ªritu de empresa, suave con la delincuencia, despreocupado de las cuestiones que rodean la vida de las familias, estrangulado por los grupos de presi¨®n y favorable a una fiscalidad m¨¢s gravosa y a un mayor gasto en todos los ¨¢mbitos.
Tambi¨¦n se nos consideraba malos gestores de los servicios p¨²blicos, sometidos como est¨¢bamos a los intereses de los sindicatos y de los productores y escasamente preocupados por la variedad y la calidad. La derecha fue capaz de hacer de la privatizaci¨®n y de la libertad de mercados panaceas universales.
Se cre¨® una falsa oposici¨®n entre derechos y responsabilidades, entre compasi¨®n y ambici¨®n, entre los sectores p¨²blico y privado, entre una econom¨ªa de empresa y la lucha contra la pobreza y la marginaci¨®n.
El Nuevo Partido Laborista ha buscado avanzar y aplicar sus valores de un modo diferente.
Nuestra tarea se encuentra en una fase inicial y vamos aprendiendo a medida que avanzamos. Pero el neolaborismo, en el Gobierno, est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica la Tercera V¨ªa.
En el terreno econ¨®mico, nuestro enfoque no encaja ni en el laisser-faire ni en la intromisi¨®n estatal. La funci¨®n del Gobierno es favorecer la estabilidad macroecon¨®mica, desarrollar pol¨ªticas fiscales y de bienestar que fomenten la independencia -no la depen- dencia-, dotar a los ciudadanos de los elementos necesarios para poder trabajar merced a una mejora de la educaci¨®n y de las infraestructuras, y apoyar a la empresa, especialmente a las industrias del futuro basadas en el conocimiento. Y nos enorgullece el sabernos respaldados por los empresarios y tambi¨¦n por los sindicatos.
La educaci¨®n es una prioridad absoluta. Una mejora de la calidad educativa representa la clave para aumentar la competitividad internacional y conseguir una sociedad no excluyente en el futuro. Se est¨¢ efectuando una inversi¨®n sustancial para impulsar una radical reforma en los centros de ense?anza, encuadrada por la fijaci¨®n de objetivos y la intervenci¨®n decidida en aquellas escuelas marcadas por el fracaso escolar. Con ello se aspira a que todos los ciudadanos del futuro posean las capacidades y conocimientos b¨¢sicos que necesitan para obtener un empleo y para que la gran mayor¨ªa alcance mayores y mejores niveles de formaci¨®n.
En lo que respecta a las pol¨ªticas de protecci¨®n social y de empleo, la Tercera V¨ªa supone la reforma de la seguridad social para transformarla en un camino hacia el empleo siempre que sea posible. Y fomenta unas condiciones justas en el mundo laboral al tiempo que hace que trabajar compense al reducir la fiscalidad y las penalizaciones que desincentivan el trabajo y la creaci¨®n de empleo.
La Tercera V¨ªa persigue la consolidaci¨®n de un nuevo equilibrio entre derechos y deberes no s¨®lo en la esfera del sistema de protecci¨®n social, sino tambi¨¦n desde un tratamiento m¨¢s riguroso de la delincuencia juvenil, y un ¨¦nfasis mucho mayor en los deberes de los padres. Y se est¨¢ fraguando un nuevo enfoque de las ayudas a la familia que permita responder a las necesidades de los hijos y ayudar a las familias -en particular a las m¨¢s vulnerables- a compaginar el trabajo y la vida familiar de manera m¨¢s adecuada.
La Tercera V¨ªa se traduce en una renovaci¨®n democr¨¢tica y una restituci¨®n de la fe en
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la pol¨ªtica. El neolaborismo ha emprendido un proceso de transferencia de autonom¨ªa dentro del Reino Unido. Irlanda del Norte ya cuenta con una asamblea electa, el a?o pr¨®ximo se celebran las primeras elecciones al nuevo Parlamento escoc¨¦s y a la asamblea de Gales, y la elecci¨®n de nuevo alcalde de Londres son s¨®lo algunos de los muchos pasos que se est¨¢n dando para renovar el gobierno local.
Para esta nueva era , hemos de reinventar, igualmente, el concepto mismo de Gobierno. Los Gobiernos, en el discurrir de esta centuria, han contado con los instrumentos adecuados para regular el flujo monetario, conceder ayudas sociales, construir viviendas o, incluso, embarcarse en guerras y llevar al hombre hasta la Luna. Ahora, han de adquirir nuevas capacidades, a saber: la capacidad de trabajar en conjunci¨®n con el sector privado y con el voluntario, de compartir la responsabilidad, de responder a una sociedad mucho m¨¢s exigente, y de cooperar de nuevos modos a escala internacional.
En el ¨¢mbito internacional, la sustituci¨®n de las viejas certidumbres de la guerra fr¨ªa por las m¨¢s desazonadoras amenazas de la delincuencia organizada, el terrorismo, los estupefacientes y la degradaci¨®n del medio ambiente, exige formas flexibles de colaboraci¨®n internacional.
Abogamos por la cooperaci¨®n sin denigrar el patriotismo. El neolaborismo est¨¢ a favor de una Europa descentralizada y fuerte, ampliada hacia el este y capaz de dar respuesta a los problemas transfronterizos de manera eficaz, pero recurriendo a la integraci¨®n ¨²nicamente en aquellos casos en que sea precisa.
Esto es la Tercera V¨ªa. Una nueva alianza entre el progreso y la justicia, un nuevo fundamento de sustentaci¨®n que alcanza a aquellos que compart¨ªan nuestros valores, pero dudaban de nuestra capacidad para materializarlos.
Con valor, podemos admirar nuestra historia sin vivir anclados en ella, y construir sociedades de democracia social din¨¢micas para el siglo XXI.
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