De Abraham Lincoln y la esclavitud
En el verano, en alg¨²n momento, independientemente de la cantidad de malas noticias en la prensa que intente absorber, siempre leo alg¨²n libro totalmente desconectado de mi trabajo actual. Y el ¨²ltimo fue la magn¨ªfica biograf¨ªa de Lincoln por el historiador de Harvard David Donald. Puede que anime a otros, como me anim¨® a m¨ª, a reflexionar sobre el papel de Lincoln en la abolici¨®n de la esclavitud en Estados Unidos.Desde el periodo de la convenci¨®n constitucional de 1787 hasta el estallido de la Guerra Civil en 1861, la esclavitud, independientemente de que se debatiera acaloradamente o se evitara educadamente, fue el tema m¨¢s doloroso de la pol¨ªtica estadounidense. Los Padres Fundadores no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre una posible abolici¨®n, pero especificaron que la trata de esclavos se volver¨ªa ilegal en 1808 (20 a?os despu¨¦s de la ratificaci¨®n de la nueva Constituci¨®n).
Pero la invenci¨®n en 1793 de la desmotadora de algod¨®n -una m¨¢quina que separaba r¨¢pida y eficazmente el algod¨®n de sus semillas- renov¨® repentinamente la importancia econ¨®mica de la esclavitud. Durante las primeras d¨¦cadas del siglo XIX, la prosperidad del Sur empez¨® a depender cada vez m¨¢s de la exportaci¨®n de una enorme cosecha de algod¨®n a las f¨¢bricas de tejidos de Inglaterra y Europa. Y la econom¨ªa de las plantaciones depend¨ªa de la d¨®cil mano de obra esclava y de la desmotadora de algod¨®n. Empezaba a desarrollarse un conflicto aparentemente inevitable entre los Estados del Norte, que hab¨ªan abolido la esclavitud en sus respectivas constituciones, y los Estados del Sur, que no s¨®lo mantuvieron la esclavitud dentro de sus Estados, sino que adem¨¢s exig¨ªan que fuera legal en los nuevos Estados que se estaban creando con la expansi¨®n hacia el Oeste de la Uni¨®n Federal.
Abraham Lincoln naci¨® en 1809 en el Kentucky rural. Trabaj¨® como jornalero en Indiana e Illinois y con el tiempo se convirti¨® en un abogado de ¨¦xito en este ¨²ltimo Estado. Se form¨® de modo autodidacta en literatura inglesa y derecho, y albergaba intensas ambiciones pol¨ªticas. Tanto sus amigos como sus enemigos le conoc¨ªan por dos excelentes cualidades que le hicieron dif¨ªcil su vida pol¨ªtica: su honestidad y su ternura.
Desde el momento en que entr¨® en la pol¨ªtica, Lincoln manifest¨® el odio que sent¨ªa por la esclavitud, pero al igual que una amplia minor¨ªa de norteamericanos blancos mantuvo la esperanza de que se encontrara alguna forma de poner fin a "la peculiar instituci¨®n" sin una guerra. La posici¨®n adoptada por Lincoln, y por la coalici¨®n de whigs y dem¨®cratas contrarios a la esclavitud que luego se convertir¨ªa en el Partido Republicano, fue que no se deb¨ªa permitir que la esclavitud se extendiera a ninguno de los territorios occidentales. La idea era que si la esclavitud se limitaba a los Estados ya existentes con plantaciones, el predecible agotamiento del suelo y la diversificaci¨®n, lenta pero segura, de la nueva econom¨ªa industrial, pondr¨ªan fin a la esclavitud.
Sin embargo, la pol¨ªtica de la d¨¦cada de 1850 convirti¨® esas esperanzas en ut¨®picas. El Sur exig¨ªa, y obtuvo del Congreso, la ampliaci¨®n de la esclavitud a algunos de los nuevos Estados y territorios federales; tambi¨¦n, en 1850, el Congreso aprob¨® una Ley sobre Esclavos Fugitivos que obligaba legalmente a todos los norteamericanos a ayudar a los jefes de polic¨ªa federales a capturar a los esclavos huidos (una ley que mucha gente evad¨ªa). Pero el peor golpe para los moderados como Lincoln fue una decisi¨®n del Tribunal Supremo en 1858: en el caso de Dred Scott, el Tribunal dictamin¨® que el Congreso no ten¨ªa derecho a legislar sobre la esclavitud en los territorios. Esta decisi¨®n destruy¨® expl¨ªcitamente la base legal para cualquier iniciativa legislativa encaminada a impedir la creaci¨®n de nuevos Estados esclavistas. El Tribunal dictamin¨® tambi¨¦n que cualquiera que tuviera antepasados esclavos (en otras palabras, todos los negros que en ese momento eran libres) no podr¨ªan ser considerados ciudadanos y, por consiguiente, no ten¨ªan derecho a llevar sus quejas ante los tribunales norteamericanos.
Como candidato a la presidencia en 1860, Lincoln denunci¨® la decisi¨®n sobre Dred Scott e insisti¨® en que la esclavitud no deb¨ªa extenderse a los nuevos Estados. Pero con la esperanza de evitar la guerra, tambi¨¦n repiti¨® sus promesas anteriores de no interferir con la esclavitud en los lugares en que hab¨ªa existido tradicionalmente. No obstante, el Sur consider¨® que el que saliera elegido era un casus belli. Entre las elecciones de 1860 y su toma de posesi¨®n el 4 de marzo de 1861, 11 Estados se separaron de la Uni¨®n y formaron los denominados Estados Confederados de Am¨¦rica.
Aunque la mayor¨ªa de la gente del Norte sent¨ªa aut¨¦ntico odio por la Ley sobre Esclavos Fugitivos, Lincoln estim¨®, apropiadamente, que la opini¨®n p¨²blica en general no estaba en absoluto preparada para una invasi¨®n militar de los Estados escindidos con el prop¨®sito de abolir la esclavitud. Como Presidente y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, defini¨® su objetivo militar no como una guerra contra la esclavitud, sino como una guerra para preservar la Uni¨®n Federal. No reconoci¨® a los Estados Confederados, como tampoco hizo ninguna potencia extranjera. En todos los pronunciamientos de Lincoln, los ej¨¦rcitos del Sur eran definidos como grupos de individuos en rebeli¨®n contra la autoridad constitucional de Estados Unidos. Hacia el final de la contienda, esa ficci¨®n legal permiti¨® a este Presidente que odiaba la guerra, restaurar la ciudadan¨ªa y los gobiernos locales del Sur tan pronto como cesaron su resistencia militar.
Al mismo tiempo, mientras que la restauraci¨®n de la Uni¨®n era el objetivo anunciado, el Presidente utiliz¨® toda su autoridad personal y pol¨ªtica para asegurarse de que la guerra pondr¨ªa tambi¨¦n de hecho fin a la esclavitud. Con su consentimiento extraoficial, se produjo una emancipaci¨®n de facto dondequiera que los ej¨¦rcitos de la Uni¨®n a las ¨®rdenes de oficiales opuestos a la esclavitud ocupaban territorios donde hab¨ªa esclavos; y el ej¨¦rcito de la Uni¨®n acept¨® voluntarios negros. Pero como las actitudes individuales de los blancos eran tan variadas, se esforz¨® en evitar cualquier ambiente de cruzada y contracruzada y en ofrecer la emancipaci¨®n gradual y legal en plena guerra.
?ste era el prop¨®sito de la Proclamaci¨®n de la Emancipaci¨®n de julio de 1862, en la que anunci¨®, como medida militar, que el 1 de enero de 1863 declarar¨ªa a "todas las personas mantenidas como esclavos en cualquier Estado... en el cual la autoridad constitucional de Estados Unidos no est¨¦ por consiguiente reconocida en la pr¨¢ctica... libres para siempre".
Al notificarlo con seis meses de antelaci¨®n y evitando los sermones farisaicos, confiaba en minimizar el inevitable resentimiento de los propietarios de esclavos y reducir las pasiones vengativas en el Norte. A los numerosos blancos que se opon¨ªan a la emancipaci¨®n total les dec¨ªa tranquilamente que la desaparici¨®n de la esclavitud beneficiar¨ªa a blancos y negros por igual. A lo largo de los dos a?os y tres meses de guerra que siguieron consult¨® a los l¨ªderes negros libres sobre el futuro de su gente y fue el primer Presidente que invit¨® a negros a la Casa Blanca.
El 4 de abril de 1865, Lincoln consigui¨® entrar en la ciudad de Richmond, que hab¨ªa sido la capital confederada. Pongo fin a este art¨ªculo con una breve cita extra¨ªda de la biograf¨ªa de Donald: "Tras presentarse sin aviso ni fanfarria, el Presidente fue reconocido primero por algunos trabajadores negros. Su l¨ªder, un hombre de unos sesenta a?os, dej¨® caer su espada y ech¨® a correr, al tiempo que exclamaba: "?Bendito sea el Se?or, ah¨ª est¨¢ el Gran Mes¨ªas! ?Gloria, aleluya!". Tanto ¨¦l como los dem¨¢s cayeron de rodillas e intentaban besar los pies del Presidente. "No os arrodill¨¦is ante m¨ª", les dijo Lincoln, avergonzado. "Eso no est¨¢ bien. S¨®lo deb¨¦is arrodillaros ante Dios, y darle las gracias por la libertad que disfrutar¨¦is de ahora en adelante". Diez d¨ªas despu¨¦s, Lin-coln fue asesinado por un partidario del poder esclavista derrotado. Con su muerte, fue apartado de la escena el estadista m¨¢s importante a favor de la justicia racial y la reconciliaci¨®n nacional".
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