Aniversarios
Este curso se nos ha venido encima todos los aniversarios juntos, el de Trajano, el de Averroes, el de Fernando III y no s¨¦ cu¨¢ntos m¨¢s. Desde luego el tiempo es una de las grandes invenciones del hombre: lo corremos para delante o para detr¨¢s seg¨²n nos convenga, y estirarlo hacia el pasado nos sirve para afianzar nuestra identidad, como recurso para ser mucho y m¨¢s largo. Seg¨²n Rafael S¨¢nchez Ferlosio, "la fecha, por ser absolutamente preexistente, es a la vez absolutamente inexistente", pero no podemos negar que puede ser ¨²til para alguna que otra cita y tambi¨¦n para celebrar aniversarios. El caso es que como est¨¢ el ambiente y lo que se oye se antoja, treinta y tantas mujeres celebramos este a?o el veinte aniversario de La comida de los lunes. No sabemos el n¨²mero exacto porque no hemos contabilizado las altas y las bajas, que han sido pocas, y porque siempre hay varias que, por motivos de horario o destino, se ausentan durante temporadas, pero no debemos andar lejos del n¨²mero cuarenta. Y tiene m¨¦rito. Es el producto de una cadena de amistades que, en poco tiempo y sin intenci¨®n concreta, nos reuni¨® para almorzar cada lunes hace doscientos cuarenta meses, que se dice pronto, todas con la edad en la boca y las cosas muy claras entonces, cargadas de razones, transidas de grandes palabras y mayores proyectos. Se ha dicho que a las personas apasionadas no les resulta f¨¢cil la amistad, pero nosotras hemos resurgido de nuestros rescoldos, que no de nuestras cenizas, como el ave F¨¦nix, m¨¢s de una vez; la tenacidad y el tiempo nos han pulido como las aguas a las piedras, limando los roces y las asperezas. Veinte a?os despu¨¦s, cuando la raz¨®n va sofocando nuestras pasiones y somos capaces de escucharnos, de poner en discusi¨®n categor¨ªas, opiniones e incluso, a veces, nuestra propia identidad, queremos celebrar haber conseguido soportarnos hasta llegar a querernos. Ahora tenemos una comida de los lunes estable. Creo que es raz¨®n suficiente. Adem¨¢s, nadie puede negar el valor que hemos tenido de hacer la cuenta y echarnos veinte a?os m¨¢s encima.
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