Bravas y carnales

Falsamente ha pasado por ser la historia de su madre finalmente contada por Pedro Almod¨®var, despu¨¦s de haber introducido a la dama que le dio el ser y el todo en varias de sus pel¨ªculas. Pero Todo sobre mi madre se llama precisamente as¨ª porque va de madres, y de la dificultad de ser mujer y estar sola (o ser travestida, o transexual, y estar sola), y porque constituye un homenaje de Almod¨®var (a ¨¦l, que siente tanto pudor rindi¨¦ndolos) a mujeres que posiblemente estuvieron m¨¢s de una vez al borde de un ataque de nervios, y de llanto, y de desesperaci¨®n, pero que supieron ofrecernos el resultado, n¨ªtido y puro, de su sufrimiento: su arte.Hablamos, habla Pedro, de la Bette Davis de Eva al desnudo, esa Margo Channing frente a la cual una jovenc¨ªsima y p¨¦rfida Ann Baxter desarrolla un relato mendaz que es el resumen de todos los teatros. Habla de la Gena Rowlands que, pura actriz en Opening night, se da a s¨ª misma en la asunci¨®n de su fragilidad. Habla de Romy Schneider, de aquella mujer sedienta de amor de Lo importante es amar.

Pero a estos homenajes, que impregnan Todo sobre mi madre, se llega por la intervenci¨®n, brava y carnal, de un grupo de mujeres de excepcional carnalidad y delicadeza. Manuela (Cecilia Roth), la exiliada argentina que parte, con la muerte del hijo entre sus brazos, a la busca de su paz; Huma (Marisa Paredes), la actriz enganchada al amor como su amante (Candela Pe?a) lo est¨¢ al caballo; la hermana Rosa (Pen¨¦lope Cruz, tan buena y honesta que no es de este mundo); su madre (Rosa Mar¨ªa Sard¨¤), la que vive tan alienada por el amor a su esposo que es incapaz de entender nada m¨¢s, y La Agrado, transexual cuya grandeza de coraz¨®n s¨®lo puede ser superada por su audacia.

Junto a ellas, el joven Esteban (Eloy Azor¨ªn), que sale poco pero condiciona muchas vidas; Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, en el papel de padre de Pen¨¦lope, situado m¨¢s all¨¢ de la vida, y, sobre todo, Lola la Pionera, mitad hombre-mitad mujer, como la muerte misma, como la enfermedad (el sida), como el propio destino.

La pel¨ªcula m¨¢s ambiciosa de Almod¨®var, sin duda.