Un gran actor ingl¨¦s y una revelaci¨®n francesa

Desde que Gods and monsters (Dioses y monstruos), de Bill Condon, se proyect¨® en los primeros d¨ªas del festival, nadie ha tenido dudas de que Ian McKellen (Inglaterra, 1939) se alzar¨ªa con la Concha de Plata a la mejor interpretaci¨®n masculina. Este actor, formado en el teatro y considerado uno de los mejores int¨¦rpretes de Shakespeare, elige con sumo cuidado sus papeles para la pantalla. Pero hab¨ªa demasiados paralelismos entre McKellen y James Whale, director de Frankenstein y personaje sobre el que gira Gods and monsters, como para rechazar el rol que le ofrec¨ªan. Entre otros rasgos comunes, su condici¨®n de homosexuales relacionados con el mundo del cine los un¨ªa.McKellen declar¨® abiertamente su homosexualidad en 1988, y se ha convertido en un l¨ªder del movimiento gay y en uno de los escasos personajes p¨²blicos brit¨¢nicos que ha reconocido su opci¨®n. Cuando en 1991 le fue otorgado el t¨ªtulo de sir, un grupo de 18 actores, dramaturgos y directores tom¨® a McKellen como estandarte y manifest¨®: "Nunca m¨¢s podr¨¢n las figuras p¨²blicas decir que han de mantener en secreto su homosexualidad por temor a da?ar su carrera". Alto, de grandes facciones y manos espectaculares, Ian McKellen ha visitado Espa?a en contadas ocasiones, una de ellas en 1983 para ofrecer dos recitales en Madrid sobre obras de Shakespeare.

Si el premio al mejor actor estaba cantado, no ocurr¨ªa lo mismo con el galard¨®n a la mejor actriz. Al final, el jurado se ha decantado por una joven int¨¦rprete francesa, Jeanne Balibar, que encarna a una de las protagonistas de Finales de agosto, principios de septiembre, de Olivier Assayas. Balibar, que apenas ha participado en media docena de pel¨ªculas francesas, es uno de los rostros de este filme amargo que narra el dif¨ªcil tr¨¢nsito de la juventud a la madurez.