Una fiesta

Presentaci¨®n por todo lo grande de parte de la plantilla cubana del sello canario Eurotropical. Comenzaron Gema y P¨¢vel cantando a La Habana de los apagones y las nostalgias, y a ese Madrid en el que viven. Sus nombres son sin¨®nimo de talento. Les sucedieron Los Naranjos, de Cienfuegos, conjunto de sones desde 1926. A Espa?a llegaron diez pero s¨®lo quedan nueve. Apostaron por la alegr¨ªa -se guardaron la pena por el compa?ero fallecido el martes-, mostrando un entusiasmo que ya quisieran muchos j¨®venes.A Faustino Oramas, El Guayabero, lo intentaron jubilar hace a?os. "?Misericordia!", dice con 87 cumplidos, "imag¨ªnense, yo encerrado entre cuatro paredes". El trovador de Holgu¨ªn ofreci¨® sus canciones libertinas,como Marieta, e insisti¨® en hacer unos cuentos subidos de tono.

"Soy un viejo cantante de la Sonora Matancera", dijo para presentarse el tambi¨¦n octogenario La¨ªto Sureda. Explic¨® que hace un siglo, un joven espa?ol parti¨® hacia La Habana, que "all¨¢ conoci¨® a una bonita muchacha, se enamor¨® de mi madre y me tuvo a m¨ª". Sureda encarna la m¨²sica de los cincuenta, tal como la interpreta en su reciente disco Ahora comienzo a vivir. Menos pasado que futuro tiene Mayel¨ªn, cuyo chorro de voz -escuchen su Babal¨²- puede emparentarla muy pronto con las m¨¢s grandes cantantes de la isla. Hasta quince m¨²sicos se trajo Manolito Simonet para su salsa o timba cubana, la banda sonora actual de la capital de Cuba, y una f¨®rmula musical que, por lo que sea, no acaba de conectar aqu¨ª con un p¨²blico mayoritario. Al final, algunos soneros se unieron a Manolito y su Trabuco para descargar Son de la loma y poner broche a Cuba es m¨²sica.