Pol¨¦mica para tiempo de crisis
La Vuelta goza de buena salud para el consumo interno. Ruido no le ha faltado. La circunstancia de que la victoria final se librara entre ciclistas nacionales ha propiciado un debate apasionado entre los seguidores de Olano, de Escart¨ªn y de Jim¨¦nez. Lo malo es que, de esta pol¨¦mica que tanto despliegue ha despertado, no se deducen grandes conclusiones para el futuro. ?Tenemos, acaso, un proyecto viable para el pr¨®ximo Tour, que es en definitiva lo que cuenta? No. Por mucho que algunos se esfuercen, la Vuelta es una carrera para espa?oles. Su relevancia internacional es limitada. Su te¨®rica utilidad como revancha del Tour es toda una mentira. Como bien dijo Pantani, la revancha del Tour es el pr¨®ximo Tour.La Vuelta vive siempre rodeada de un triunfalismo inexplicable. Los hay que han vendido una competencia con el Tour. Los hay, este mismo a?o, que han cre¨ªdo ver en la ronda espa?ola el escenario que salve al ciclismo mundial de todos los problemas vividos en Francia con el dopaje y lapolic¨ªa. Dado el resultado de un podio completamente espa?ol en 1998, los adjetivos elogiosos se multiplican. Se ha superado un bache porque el ¨²ltimo ganador espa?ol databa de 1991 (Mauri). ?Qu¨¦ bache? ?No vivi¨® entre 1991 y 1996 el ciclismo espa?ol la mejor ¨¦poca de su historia? ?De qu¨¦ sirvi¨® entonces la Vuelta? Dejemos la Vuelta en su sitio. El ciclismo espa?ol no puede correr el riesgo de tener a los ciclistas mejor pagados del mundo simplemente por su capacidad para animar el debate interno.
La calidad de la Vuelta ha sido discreta. Gan¨® Olano porque era el ciclista m¨¢s completo. Ni siquiera le hizo falta una gran contrarreloj. Z¨¹lle, Virenque y Jalabert no fueron m¨¢s que una sombra de si mismos. No gan¨® Escart¨ªn porque carece de pegada, aunque dispone ya de una insobornable legi¨®n de admiradores (curioso su caso, seg¨²n pierde, crecen sus fieles; podr¨ªamos hablar del Poulidor espa?ol). Y no gan¨® Jim¨¦nez porque sigue habiendo muchas dudas respecto a su regularidad. Algunos se apresuran a compararle con Delgado y ¨¦se es el peligro: Delgado, a sus 27 a?os, hab¨ªa visitado el podio del Tour, ganado un par de etapas, mejorado en contrarreloj y sumado una Vuelta irrepetible. Cuidado. De esas pol¨¦micas vienen luego ciertas desgracias, como la que vive Santi Blanco. ?De qu¨¦ sirvi¨® apelar al decreto 1006, montar un gran conflicto y pagarle m¨¢s de 100 millones de salario para quit¨¢rselo a Banesto? ?Qu¨¦ temporada ha hecho Blanco? Tres espa?oles en el podio de la Vuelta. Bien. Pero seguimos teniendo un problema. La pol¨¦mica s¨®lo sirve para sobrellevar mejor la crisis.
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