A un paso de la estaci¨®n espacial internacional
La crisis de Mosc¨² afecta a los planes de la colonia en ¨®rbita de EEUU, Rusia, Europa, Jap¨®n y Canad¨¢
Robert Cabana, a los mandos del transbordador espacial estadounidense Endeavour, con un cilindro de aluminio de once toneladas asomando en la bodega de la nave, se aproxima a un artefacto met¨¢lico de 12 metros de longitud. Lo captura y lo une al cilindro. Las dos primeras piezas de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS, siglas en ingl¨¦s) ya est¨¢n ensambladas y girando alrededor de nuestro planeta. Ahora los astronautas de la NASA Jerry Roos y James Newman van a salir del Endeavour para asegurar todas las conexiones; por fin entrar¨¢n en el habit¨¢culo y ser¨¢n las primeras personas que atraviesen una compuerta de la ISS, tras casi 20 a?os de planes, proyectos, gastos y retrasos.Ni Cabana, ni Ross, ni Newman, ni sus dos compa?eros de tripulaci¨®n se han movido a¨²n del Centro Espacial Johnson, de la NASA, en Houston, donde llevan meses ensayando minuciosamente esta secuencia de maniobras en los simuladores, en la piscina de entrenamientos y en los mareantes equipos de realidad virtual. Pero la hora de la verdad se acerca para ellos, en el espacio, con la nave aut¨¦ntica, en la primera misi¨®n de montaje en ¨®rbita de la ISS. Est¨¢ fijada para principios del pr¨®ximo diciembre, tras el primer lanzamiento del programa, el llamado M¨®dulo de Control (FGB) de fabricaci¨®n rusa, el 20 de noviembre.
Ser¨¢ el inicio del gran espect¨¢culo tecnol¨®gico de la ISS, el programa m¨¢s complicado desarrollado en el espacio, seguramente exceptuando el Apolo que llev¨® al hombre a la Luna. Cuando este completada, hacia el 2003, EEUU, Rusia, Europa, Jap¨®n y Canad¨¢ tendr¨¢n en ¨®rbita el mayor complejo espacial jam¨¢s construido, con un tama?o similar a un estadio de f¨²tbol, donde podr¨¢n vivir y trabajar simult¨¢neamente seis o siete astronautas en misiones de varios meses de duraci¨®n.
Pese a que las fechas se echan encima, los precedentes de retrasos atenazan el calendario oficial una vez m¨¢s y, a¨²n con una parte significativa de las piezas de la ISS preparadas ya en tierra, no se descarta que Rusia, una vez m¨¢s, alegue escasez de fondos para cumplir los acuerdos internacionales. Es el ya habitual tira y afloja con la NASA hasta que EEUU ha acaba por hacerse cargo de otro buen pedazo de la factura rusa del proyecto, que tiene un contenido pol¨ªtico prioritario ya casi antepuesto al tecnol¨®gico. El coste de la ISS se estima en 21.000 millones de d¨®lares (unos tres billones de pesetas).
Primeros inquilinos
Si por fin las fechas se cumplen, los primeros inquilinos de la ISS llegar¨¢n en julio del a?o que viene y permaner¨¢n all¨ª cinco meses. A partir de ese momento, y durante cinco a?os de la fase de montaje m¨¢s 10 de operaci¨®n el nuevo complejo orbital, que jubilar¨¢ a la vieja Mir estar¨¢ permanentemente habitado. Experimentos cient¨ªficos y ensayos tecnol¨®gicos se van planeando para la ISS, aunque una de las bazas fuertes entre los objetivos est¨¢ el simple hecho de vivir en ¨®rbita y aprender a soportar las condicioens de microgravedad de cara a futuras aventuras espaciales a¨²n no detalladas.El calendario pende una vez m¨¢s de un hilo. "Seg¨²n mi informaci¨®n, la primera tripulaci¨®n no ir¨¢ antes del 2000, a finales de 1999 tal vez", declar¨® hace poco un portavoz de la Agencia Espacial Rusa, informa Reuter. El problema es que para que los rusos Serguei Krikalie y Yuri Gidzenko, y el estadounidense William Shepherd puedan vivir en la estaci¨®n tiene que estar ensamblado el tercer m¨®dulo, denominado de servicios, con los sistemas de ox¨ªgeno y de habitabilidad imprescindibles. Y este m¨®dulo, una puesta al d¨ªa del bloque principal de la Mir, no se acaba de construir en Rusia debido a los acuciantes problemas econ¨®micos de la antigua potencia espacial. Los responsables de la NASA y de la agencia rusa discuten estos d¨ªas en Mosc¨² la cuesti¨®n. Si la tecera pieza no esta lista puede que se decida atrasar el lanzamiento de las dos primeras y evitar que ¨¦stas est¨¦n casi un a?o girando en solitario alrededor de la Tierra en lugar de los cinco meses previstos.
A la espera de una decisi¨®n, el calendario oficial sigue su curso. El pr¨®ximo 20 de noviembre se da el pistoletazo de salida de la ISS con el lanzamiento desde la base de Baikonur (en Kazajst¨¢n), del m¨®dulo de control FGB; el 3 de diciembre parte el Endeavour con el m¨®dulo n¨²mero uno, llamado Unity, en la bodega y la primera cuadrilla de obreros espaciales de la ISS (Roos y Newman) que ensamblar¨¢n las dos piezas y consolidar¨¢n las conexiones antes de regresar a la Tierra. Durante unos meses, no habr¨¢ actividades en ¨®rbita excepto el control remoto de la primera piedra de la estaci¨®n recien montada. Despu¨¦s llegar¨¢ el m¨®dulo de control, en abril de 1999 si no se modifica el calendario, con peque?os camarotes para los astronautas, zona de comer y estar, c¨¢maras de transferencia, nodos de atraque para las naves espaciales rusas y estadounideses, sistemas de control de vuelo y de propulsi¨®n, que se unir¨¢ autom¨¢ticamente a las dos primeras piezas. En ese momento la ISS sumar¨¢ ya 40 toneladas. Despu¨¦s llegar¨¢n los dos rusos y el estadounidense para quedarse cinco meses.
Poco a poco, en 45 lanzamientos de cohetes rusos y transbordadores estadounidenses durante cinco a?os, se ir¨¢n uniendo piezas y m¨®dulos, un centenar en total, hasta formar una estructura met¨¢lica de m¨¢s de 100 metros de longitud con laboratorios, viviendas, almacenes, gigantescos paneles solares que suministrar¨¢n energ¨ªa a todo el complejo, brazos articulados rob¨®ticos que facilitar¨¢n las operaciones en el exterior y puntos de atraque para las naves tripuladas y los veh¨ªculos autom¨¢ticos.
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Para poco despu¨¦s de 2002 llegar¨¢ el m¨®dulo japon¨¦s JEM y para el 2003, el de la Agencia Europea del Espacio (ESA), el COF (Columbus Orbital Facility). Este laboratorio europeo, en cuyo programa participa Espa?a, ser¨¢ un cilindro de 12.400 kilos de peso en el lanzamiento, 6,7 metros de longitud y 4,5 de di¨¢metro con 10 dispositivos para montar experimentos de biolog¨ªa, f¨ªsica e ingenier¨ªa en microgravedad. La participaci¨®n de la ESA en la ISS asciende a 442.000 millones de pesetas, de los que el 2% corresponde a Espa?a. Seg¨²n los planes de la ESA, el destacamento europeo de astronautas aumentar¨¢ de seis a 16 para la ISS.
Veinte a?os de planes, modificaciones y rebajas, tres nombres (primero Freedom, luego Alpha y ahora ISS), miles de ingenieros y centenares de empresas y talleres implicadas forman la historia de este ambicioso proyecto lanzado por Ronald Reagan, convertido en realmente internacional con la incorporaci¨®n de Rusia, que marcar¨¢ el cambio de siglo en el espacio.
Los protagonistas de la ISS, al menos durante los primeros a?os, ser¨¢n los astronautas convertidos en singulares obreros de alta tecnolog¨ªa encargados de montar y conectar las piezas y m¨®dulos con ayuda de los brazos rob¨®ticos.
Paseos espaciales
Ross y Newman, con sus tres paseos espaciales inminentes, ser¨¢n los primeros, pero media docena de tripulaciones-cuadrillas est¨¢n ya asignadas y entren¨¢ndose para los siguientes vuelos. En total, seg¨²n los planes asignados al destacamento de astronautas en Houston, el montaje de la estaci¨®n exigir¨¢ 91 paseos espaciales en cinco a?os, sumando un total de 550 horas. Esto supone casi una vez y media el n¨²mero de horas (377) que han pasado en total los astronautas de la NASA fuera de las naves desde 1964, cuando el primer estadounidense realiz¨® un paseo espacial.Ahora, los obreros orbitales tendr¨¢n que conectar centenares de cables, poner tornillos y remaches especiales, agarrar enormes bloques de metal que por su volumen y masa no podr¨ªan mover ni un cent¨ªmetro si estuviesen sometidos a la gravedad de la superficie terrestre. Para ello utilizar¨¢n nuevas herramientas y nuevos equipos.
El artefacto esencial en los paseos espaciales es el traje y los astronautas de la NASA estrenar¨¢n un nuevo modelo para la ISS. El traje, o EMU (uno de los miles de acr¨®nimos que la NASA adora utilizar y que en este caso es la abreviaci¨®n del Extravehicular Mobility Unit) ha sido mejorado para hacer frente a los retos que se avecinan. Por ejemplo, se ha ha mejorado el control t¨¦rmico del traje porque la ISS, a diferencia del transbordador, no puede ser orientada de manera que los astronautas en paseo espacial est¨¦n menos tiempo en la g¨¦lida sombra espacial. Un EMU, que cuesta 10 millones de d¨®lares, pesa en Tierra 130 kilogramos y permite paseos de hasta ocho horas seguidas. Un sistema mejorado de radiocomunicaciones permitir¨¢ a los astronautas de paseo mantener conservaciones con hasta cinco interlocutores.
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