Papageno y Kemp
La flauta m¨¢gica Mozart: La flauta m¨¢gica. Solistas, Coro de Valencia y Orquesta de Valencia. Director musical: Randall Behr. Director de escena: Lindsay Kemp. Teatro Principal. Valencia, 1 octubre 1998.Esta coproducci¨®n del Festival de Peralada y de los Teatres de la Generalitat Valenciana ha inaugurado la temporada 98-99 del Principal con la promesa de que, al menos, este a?o s¨ª habr¨¢ ¨®pera en el teatro de la calle de las Barcas. Aunque no la habr¨¢ en la medida que los buenos aficionados desear¨ªan, ¨¦sta es una noticia indudablemente positiva para la vida cultural de la ciudad. Lindsay Kemp ha enfocado el esot¨¦rico mundo de La flauta m¨¢gica desde la perspectiva del cuento. Opci¨®n leg¨ªtima, a tenor de la componente popular que subyace en gran parte de la m¨²sica, escrita por Mozart con destino a un sector del p¨²blico vien¨¦s al que le seduc¨ªa ver reflejadas sobre la escena las peque?as inquietudes diarias del hombre simple. Y ah¨ª est¨¢ la figura de Papageno, muy bien caracterizado por Carlos L¨®pez, a quien el papel del pajarero va como anillo al dedo. Sin embargo, el texto La flauta invita a lecturas menos superficiales. Kemp lo sabe y por ello se ha vuelto hacia una de las grandes versiones cl¨¢sicas, la de Ingmar Bergman cuya influencia sobre el trabajo del escen¨®grafo de Flowers ha sido expl¨ªcitamente reconocida por ¨¦ste. La atm¨®sfera neocl¨¢sica del monumental decorado, ¨²nico para los dos actos, y la general sobriedad en los movimientos de los actores no se ven desmentidas por la extempor¨¢nea aparici¨®n de ciertos tics kempsianos: el gigantismo de la sierpe, los tres ni?os en bicicleta, la lluvia real, o incluso el zafio chiste de que Papageno y Pagagena dialoguen en valenciano (la obra se canta y se habla, naturalmente, en alem¨¢n). Dentro de las voces hay que destacar la l¨ªnea ajustada del tenor Reinaldo Mac¨ªas (Tamino) y del bajo Kevin Short (Sarastro) frente a la calante Reina de la Noche de Aline Kutan y la problem¨¢tica Pamina de Melba Ramos. Como suele ocurrir ¨²ltimamente en estas producciones del Principal, los papeles secundarios vienen cubiertos con mayor solvencia que los titulares. Fue un derroche la Papagena de Elena de la Merced, habida cuenta de la brevedad de su intervenci¨®n, y otro tanto puede decirse del m¨¢s sustancial Tr¨ªo de Damas, fuertemente sostenido por Estrella Est¨¦vez, Mireia Pint¨® y Merc¨¦ Obiol. Tampoco anduvo corto de medios el Monostatos de Michael Forest. Vocalmente penosa fue la encantadora presencia de los ni?os de la Escolania. Coro y Orquesta tuvieron que v¨¦rselas con una batuta tan poco en¨¦rgica como la de Randall Behr, quien lleg¨® a plantear serios problemas de m¨¦trica y ajuste a voces e instrumentistas. Tampoco, claro, es que la Sinf¨®nica fuese un modelo de refinamiento sonoro en esta oportunidad.
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