Izquierda fin de milenio
O sea que, con la notable excepci¨®n carpetovet¨®nica, Europa llega al fin de milenio gobernada por la izquierda. Las amenazas de la globalizaci¨®n, la incertidumbre sobre el Estado de bienestar, la persistencia del paro, la inseguridad del empleo, han sido decisivos para que los ciudadanos europeos opten por los partidos que ofrecen un contrapeso pol¨ªtico a las fuerzas del mercado. All¨¢ donde esta regla no se cumple, como en Espa?a, se debe m¨¢s a los instintos autodestructivos de los socialistas (s¨®lo parcialmente superados en estos momentos) que al atractivo de las f¨®rmulas liberales para la gente. Con la posibilidad de un Felipe Gonz¨¢lez como presidente de la Comisi¨®n Europea, y con una coordinaci¨®n m¨¢s estrecha entre los partidos socialistas europeos, como acaba de proponer Rudolf Scharping, se vislumbra una opci¨®n socialdem¨®crata para gestionar pol¨ªticamente la globalizaci¨®n econ¨®mica y la transici¨®n tecnol¨®gica cuando el mundo parece encaminarse hacia una grave crisis econ¨®mica.Pero ?son Schr?der, Blair, Jospin, Prodi, Guterres y dem¨¢s, expresiones de la izquierda? El concepto de izquierda tiene la ventaja de que es posicional, no esencial. En las sociedades democr¨¢ticas europeas, todos los Gobiernos son de coalici¨®n porque s¨®lo una amplia gama de opciones recibe el apoyo de la mayor¨ªa de los ciudadanos. A veces, las coaliciones est¨¢n hechas de posiciones y tendencias dentro de un solo partido, como fue el caso del PSOE, o del actual Gobierno laborista brit¨¢nico. Los partidos socialistas con vocaci¨®n de gobierno suelen combinar la ideolog¨ªa de izquierda tradicional con propuestas de gesti¨®n adaptadas a las nuevas realidades. Y esto se traduce en un liderazgo abierto a la sociedad en general, compartido con un subliderazgo m¨¢s vinculado a la ideolog¨ªa del partido. Tal es el caso de las f¨®rmulas de ¨¦xito: Schr?der/ Lafontaine, Blair/Prescott, Jospin/Aubry, Prodi/PDS. Como fue el caso del poderoso binomio Gonz¨¢lez/ Guerra mientras funcion¨®. En sociedades m¨¢s abiertas al pluripartidismo, las coaliciones de gobierno se ampl¨ªan a fuerzas dispares, comunistas y ecologistas en Francia, Los Verdes en Alemania, una amplia gama de centro-izquierda en Italia. Pero ?es de izquierda lo que hacen o piensan hacer? Hay cambios sociales fundamentales, m¨¢s all¨¢ de las pol¨ªticas econ¨®mico-sociales que est¨¢n alumbr¨¢ndose en esta nueva versi¨®n de la izquierda pol¨ªtica. Tres ejemplos. En el Reino Unido, la "devoluci¨®n" de poder y competencias a autonom¨ªas de nacionalidades, regiones y municipios, dinamizando la anquilosada articulaci¨®n entre Estado y sociedad civil (algo en que, por cierto, Espa?a est¨¢ mucho m¨¢s avanzada). En Alemania, la posible concesi¨®n de doble nacionalidad a millones de hijos de inmigrantes, aceptando por fin que Europa es y ser¨¢ cada vez m¨¢s multi¨¦tnica y modificando para siempre el mapa social y pol¨ªtico de Alemania. En Francia, el planteamiento en primer plano de la reducci¨®n del tiempo de trabajo como pol¨ªtica de gobierno.
Ahora bien, la izquierda s¨®lo puede gobernar si asume sin complejos la gesti¨®n de la globalizaci¨®n. Lo cual quiere decir impulsar el euro, reformar la Uni¨®n Europea acabando con los subsidios parasitarios y desengrasando burocracia, y sobre todo crear empleo y reformar el Estado de bienestar, que es lo mismo. La competitividad y productividad de las econom¨ªas europeas pasan por reformas inaplazables que la izquierda fin de milenio parece dispuesta a emprender preservando sobre bases estables lo esencial del Estado de bienestar y de los derechos de los trabajadores. Por primera vez existe la posibilidad de que, conjuntamente, los Gobiernos de la Uni¨®n Europea aborden seriamente la regulaci¨®n de los flujos globales de capital de los que depende la marcha de las econom¨ªas. Pero nada de esto ser¨¢ factible si la izquierda no consigue relegitimar a la clase pol¨ªtica en su conjunto. Los ciudadanos europeos son cada vez m¨¢s esc¨¦pticos con la pol¨ªtica y m¨¢s negativos con los pol¨ªticos. Aprovechar el momento de entusiasmo en Alemania y de relanzamiento en Europa para volver a conectar con la gente es tal vez el desaf¨ªo m¨¢s importante de la izquierda. Y s¨®lo ser¨¢ posible si la ¨¦tica influye la pr¨¢ctica pol¨ªtica. S¨®lo la confianza del ciudadano puede dar el margen necesario para abordar las reformas que permitan la gesti¨®n pol¨ªtica de la globalizaci¨®n, como alternativa a la adaptaci¨®n incondicional a un capitalismo cada vez m¨¢s salvaje.
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