La leyenda del canguro volador
Doohan sigue la estela de Agostini
Mientras Mick Doohan siga con ganas de correr -o sea, de vencer-, sus rivales lo van a tener crudo para destronarle. Imbatible no es, pero lo parece. Y sus estad¨ªsticas en los ¨²ltimos cinco a?os, desde que se repuso de la grave lesi¨®n que tuvo en 1992, constatan una hegemon¨ªa indiscutible. Despu¨¦s de ganar ayer, suma 5 t¨ªtulos mundiales, 53 victorias, 99 podios y 57 pole position. Todo ello en la categor¨ªa reina. S¨®lo el legendario italiano Giacomo Agostini le supera. La leyenda de Doohan crece cada d¨ªa que pasa. Su nombre se une a numerosos calificativos: canguro volador, cocodrilo, martillo... todos se refieren a su tenacidad, sus cualidades para pilotar, su capacidad de trabajo y su obsesi¨®n por ganar. Son ¨¦stas las caracter¨ªsticas que le han convertido en un personaje carism¨¢tico y admirado. Por eso en su fiesta de celebraci¨®n, anoche en el ¨¢tico de un local de Cowes, en Phillip Island, hab¨ªa todo tipo de gente: pilotos rivales como Crivill¨¦, mec¨¢nicos propios y de otros equipos, periodistas de varias nacionalidades, representantes de patrocinadores propios y ajenos. Todos los que a veces soportan la arrogancia de Doohan, pero a la vez rendidos a sus logros. Y no es para menos, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un tipo que hace seis a?os estuvo a punto de perder la pierna a causa de un accidente..El ahora pentacampe¨®n se levant¨® de aquel terrible episodio para volverse casi invencible. Desde entonces ha conformado un historial envidiable. "No me importan los r¨¦cords, s¨®lo quiero seguir divirti¨¦ndome y ganando carreras", dice para expresar la fuente de su motivaci¨®n, que le hace estar tan fuerte f¨ªsicamente como el que m¨¢s, a pesar de haber cumplido 33 a?os y de llevar 10 en el Mundial de 500cc.
Cada temporada parece que va a ser la ¨²ltima, pero a sus rivales no les cae esa breva. "Mi objetivo siempre fue ganar dos t¨ªtulos seguidos. Los dem¨¢s han sido un bonus", relata Doohan, cuya cuenta corriente engorda al mismo tiempo que su palmar¨¦s. El ¨ªdolo australiano posee dos residencias, una en Gold Coast (Australia) y otra en M¨®naco, adem¨¢s de tres coches, varias motos, un motorhome y tres barcos. El mar es una de sus grandes pasiones y hoy estar¨¢ ya navegando y pescando por aguas de Australia.
"A veces pienso que deber¨ªa dejar ya las motos y dedicarme a vivir la vida, casarme con Selina y tener hijos", reconoce Doohan, "pero en seguida me doy cuenta de que lo m¨ªo son las motos. Y mientras me divierta y siga ganando carreras, ?c¨®mo voy a retirarme?". Sus contratos para 1999 con Honda y varios patrocinadores le reportar¨¢n m¨¢s de 1.000 millones de pesetas.
A pesar de sus ¨¦xitos, Doohan sigue siendo un tipo simple y directo. Tiene m¨¢s amigos entre los mec¨¢nicos y conductores del Mundial que entre los empresarios, las azafatas o la jet set. Y nunca le ha importado hacerse enemigos si eso significa que puede decir lo que le da la gana, a quien le apetece y cuando le parece. En eso, seg¨²n cuentan su madre, su padrastro y sus dos hermanos, contin¨²a siendo el Michael que realizaba trabajos de construcci¨®n.
Despu¨¦s, cuando descubri¨® su pasi¨®n por las motos, dej¨® los estudios a los 15 a?os y empez¨® con las carreras sobre tierra en su pa¨ªs que moldearon su peculiar estilo de pilotaje. Entonces no so?aba que viajar¨ªa en avi¨®n privado a los grandes premios. Tampoco imaginaba que 50.000 moteros peregrinar¨ªan 150 kil¨®metros al sur de Melbourne para verle correr. Hoy es el mejor. En el comedor de su casa est¨¢n ya las cuatro motos con las que hab¨ªa sido campe¨®n del mundo hasta ayer. Espera que Honda le mande la quinta pronto y quiere hacer hueco para alguna m¨¢s.
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